I WANNA BE YOUR SLAVE | LEE FELIX

capitulo 9

FELIX

Bangchan se levantó bruscamente del sillón, miro el reloj una vez más con impaciencia. Estaba estresado y de mal humor.

Nada lo complacía y los miembros estaban en su mundo.

Changbin se encontraba con su hermana, Minho con sus gatos y el resto con sus padres.

Sin embargo él, Jisung y yo, teníamos actividades aparte. A las que habíamos acordado organizarnos con tiempo.

Permanecía en silencio, solo viendo como el estaba a punto de perder la cabeza.

Me sentí aliviado al ver cómo la puerta se abría y Jisung entraba.

—hola—fue todo lo que dijo y se aproximó con tranquilidad al sillón que estaba a mi lado.

—¿Hola?, ¿Eso es todo?—la expresión despreocupada de Jisung, parecía desesperar más a Cristopher.

—hyung, no seas exagerado aún faltan tres horas—cerre los ojos esperando el regaño.

—ese no es el punto idiota, acordamos que íbamos a organizarnos temprano.

Jisung sonrió burlonamente.

—somos tres, ¡Tres!, Relájate— quizás si tenía que relajarse. Bangchan siempre andaba el triple de nervioso si no tenía a todos los chicos.

respiro hondo y me miró. Aunque aquello no duró mucho, pues nuevamente miro a Han.

—¿Dónde estabas?—lo miro interrogante.

—con Meraki— últimamente pasaba mucho tiempo con ellos, cada vez que estaba libre salía con el grupo. Lo sabíamos parecían amarlo. Si querías saber de Han Jisung, solo tenía que entrar al Instagram del líder y vocalista de Meraki, y ver sus historias.

No tenía nada en contra de ello pues no eran malas personas, no parecían serlo.

Jisung parecía más feliz.

Y ya podía ver fácilmente a los ojos a Dante sin sentirme avergonzado por los recuerdos de esa noche en la que me hizo dormir y olvidar mis preocupaciones por unas horas.

Sin embargo yo era capaz de sentir su mirada traspasarme la piel y no podía negarlo yo hacía igual.

...

DANTE

Sonría mientras escuchaba las estupideces que decían Mía y Boris con sus habituales peleas.

Sin embargo también tenía unas tremendas ganas de tomar algo, así que pensé ir a la cafetería , pero no había explorado lo suficiente la empresa como para saber dónde quedaba la cafetería de este lugar.

Supongo que tenía que ser al azar, pero para ver sincero deseaba encontrarme con alguna chica de Twice o a Jisung, para que me indicaran dónde estaba.

Caminé por los pasillos cabizbajo , mientras lo hacía pensaba lo mucho que quería tomar un trago de grappa.

Mire hacia arriba al oír como alguien se acercaba.

Felix caminaba hacia mi, mientras veía muy concentrado su teléfono, parecía no haber notado mi presencia.

¿Yo podría?...que tenía de malo, ya era tiempo de dejar esa estupidez atrás

—Felix— automáticamente me miró y cuando noto que lo llamaba me sonrió con evidente nerviosismo.

—Dante—la manera en la que mi nombre salía de sus labios con aquella voz gruesa, Dios.

—¿Me llevarías a la cafetería, porfavor?— junte mis manos como si estuviera rezando e hice puchero

Sonrió mientras negaba.

—claro, yo también voy para halla —de la nada volvió esa corriente cuando me posiciones a un lado de el.

Me hubiera incomodado si no hubiéramos hablado, pero afortunadamente el dió el primer paso.

—¿Cómo vas con los chicos?—me miro esperando mi respuesta.

—¿Hace cuánto tiempo no me preguntan eso?, Si te soy sincero vamos bien, siguen igual de idiotas— soltó una pequeña carcajada.

Mis ojos se desviaron a su rostro.

Tenía maquillaje, era uno natura, pero el rubor rosita en sus mejillas hacían resaltar sus pecas.

— ¿tenías trabajo?— asintió con una pequeña y adorable sonrisa. Jesús quería morder sus mejillas.

—¿Y tú?— negué. no tenía nada por ahora.

El tiempo se pasó entre risas. Las conversaciones salían de forma espontánea y no me sentía incómodo. Aún me preguntaba si tenía que disculparme por el "incidente" de la madrugada.

Espero no incomodar el ambiente, pero ciertamente yo no era de los que se quedan con la duda.

—Felix, discúlpame por lo de hace unas semanas atrás, no debí hacerlo— me miró alarmado, pero algo en sus ojos me dijo que no se sentía de la forma en la que yo pensaba.

—no te disculpes, me ayudo mucho, es más gracias. 

Ni siquiera había notado que ya nos encontramos en la cafetería, para cuando lo hice y vi todo lo que ofrecían, prácticamente le salte encima a mi musa

Lo rodeé con mis brazos y recosté mi cabeza en su hombro derecho. Y susurré cerca de su  oído

—Grazie bellezza,ya estaba hartó de bebidas y alimentos en máquinas dispensadoras.

Cuando creía que se iba a alejar o a pedirme su espacio personal, ocurrió algo totalmente diferente.

Me regreso el abrazo. Lo escuché reir mientras nos movimos torpemente intentando no perder el equilibrio.