Desde que regresó de la casa de sus padres, estaba ansioso y algo fastidiado. Pensó que las cosas saldrían como las había planeado, pero Seonghwase equivocó por completo. Y se arrepintió de lo que provocó cuando su madre le dijo que lo visitarían; que Yeosang tenía que vivir con él; que estaban muy felices por él y que le deseaban lo mejor del mundo; y, pese a ello, se negó rotundamente a confesarles la verdad.
Después de todo, no tendría que hacerlo.
Era una muy buena solución el decirles después a sus padres que Yeosang lo abandonó; que simplemente se había ido sin decir nada; que ya no habría ninguna boda que celebrar; que el joven destrozó su corazón en mil pedazos.
Sí.
Él no tenía por qué salir afectado de esa situación. Toda la culpa sería de Yeosang, y él, como siempre, podría seguir haciendo lo que le viniera en gana.
Seonghwa sonrió de lado cuando de nueva cuenta analizó su plan mentalmente mientras se dirigía a su casa, después de haber recogido a Kang en la escuela. No había ninguna falla, y Yeosang estaba dispuesto a hacer todo lo que dijera siempre y cuando le pagara un poco más.
Nada podría ser más sencillo.
Suspiró, y luego bajo del auto cuando aparcó frente a la vivienda. Llamó a Yeosang para que lo siguiera hasta su habitación, y le mostró que las cosas que dejó en la maleta, ya estaban acomodadas en el armario.
—También te compré varios trajes y zapatos. Cuando lleguen mis padres, quiero que estés presentable.
Kang agachó la mirada y asintió.
—¿A qué hora llegarán sus padres? —preguntó, dejando su mochila en el largo sillón que había en el cuarto.
Seonghwa se acercó a la cama y se quitó el saco, la corbata y, después de dejarlos sobre el colchón, desabrochó varios botones de su camisa.
—En un par de horas —respondió, frunciendo el ceño cuando observó a Yeosang mirarlo con interés. Incluso parecía que sus mejillas estaban algo rojas. Seonghwa se aproximó más al muchacho y clavó su vista en él—. ¿Qué te pasa? ¿Estás enfermo? —se interesó, arrugando más el entrecejo, y después levantó una mano para intentar tocar la frente del otro, pero el muchacho se hizo para atrás de inmediato, y Seonghwa rodó los ojos.
—N-no. Estoy bien. Sólo estoy algo cansado.
El empresario bajó de golpe el brazo y se giró sobre sus talones. Frunció un poco la boca y enseguida se arremangó la camisa.
—Arréglate. Cuando lleguen mis padres quiero que estés junto a mí en la puerta para recibirlos. Y quiero que vean en tu rostro la enorme felicidad que sientes porque eres mi prometido.
—Si, señor.
Sonriendo de lado, Seonghwa salió del cuarto para buscar a la mucama que arreglaba siempre su habitación. La encontró en la cocina, y llamó su atención con un carraspeo ya que ella se encontraba ayudando a preparar la cena.
—Necesito más almohadas y un par de cobertores.
—Enseguida iré a cambiarlas, señor.
—No. No quiero que las cambies, sólo que las dejes sobre el sillón.
—Como diga.
La cena ya casi estaba lista, y el hombre se acercó a inspeccionar las preparaciones.
—¿Eso es lo que prepararán para mis padres? —inquirió mientras se acercaba a la estufa. Los sirvientes asintieron, y Seonghwa negó con la cabeza—. Yo lo haré.
—Sí, señor.—Estás más apuesto que la última vez que te vi, querido Yeosang —expresó la señora Park con una apacible sonrisa mientras permanecía de pie bajo el marco de la puerta junto a su esposo, provocando que el muchacho se sonrojara.
La mujer se acercó a Kang para darle un beso en la mejilla y Yeosang le ofreció su brazo para llevarla hasta la mesa del comedor. Mientras tanto, Seonghwa se aproximó a su padre, y éste sonrió, satisfecho, llevando una mano al hombro de su hijo para palmearlo con suavidad.
—¿Cómo estuvo su vuelo, señora? —preguntó Yeosang una vez que ambos se acomodaron en el sofá.
—Por favor, cielo, llámame mamá.
El joven le regaló una suave sonrisa, y luego una punzante molestia se albergó en su pecho ante las palabras de la mujer.
Sus acciones no lo hacían sentir bien, pero no podía hacer otra cosa más que seguir las órdenes de Seonghwa y fingir que eran una feliz pareja. Exactamente como se lo había dicho con tanta seriedad un par de horas antes. Por lo que se mantuvo sonriente durante toda la cena. Respondiendo a lo que sus suegros le preguntaban, cuidando de no hablar de más, y mirando a Seonghwa cada en cuando para buscar su aprobación.
Y, al terminar la comida, Yeosang y Seonghwalos acompañaron a la habitación que ocuparían durante su estancia en la casa mientras los seguían de cerca, tomados de la mano.
La madre de su novio falso siguió expresando su alegría por los muchachos. La mujer les dio las buenas noches, diciéndoles también que los vería por la mañana. Ella y su esposo entraron al cuarto, cerraron la puerta y, de inmediato, Seonghwa dejó ir la mano de Yeosang con desaire, girando sobre sí mismo para caminar hasta su cuarto.
Suspirando con lentitud, Yeosang lo siguió, entró a la habitación y cerró la puerta con seguro.
—Vamos a dormir. Mañana será un largo día —dijo Seonghwa, dejándose caer sobre el colchón y tapándose los ojos con el antebrazo.
Yeosang lo observó por un momento y luego se dirigió al sillón, donde un par de almohadas y gruesos cobertores ocupaban casi la mitad del mueble. Los tomó y los hizo a un lado para sentarse, después sostuvo un libro que yacía en la mesita junto al sofá, y siguió leyendo la página donde se había quedado.
—¿No vas a dormir? —intervino de pronto Seonghwa. Yeosang dio un pequeño respingo por la pregunta de su jefe y levantó la mirada para buscar los ojos del hombre.
—Sí. Sólo voy a estudiar por unos minutos. Tengo examen mañana —contestó, y Seonghwano le tomó más importancia.
Park se levantó de la cama y el joven lo vio tomar su pijama de un cajón para después dirigirse al baño. El muchacho se dejó caer entonces en el respaldo del suave mueble antes de cerrar los ojos.
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𝑬𝒍 𝑪𝒐𝒏𝒕𝒓𝒂𝒕𝒐 (𝑺𝒆𝒐𝒏𝒈𝒔𝒂𝒏𝒈)
Fanfic•SINOPSIS• "Cuando Park Seonghwa le ofrece un empleo muy singular, Kang Yeosang no puede negarse porque necesita el dinero. ¿Qué tan difícil le será fingir? Nada le impedirá dejarse llevar por sus sentimientos". ☆ Adaptacion Autorizada por @Kim-Ins...