PSIQUIÁTRICO

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Despierto exaltada sin saber que paso, intento acordarme, pero solo viene un vacío infinito de oscuridad.

Cuando mi corazón vuelve a su ritmo normal, veo que me encuentro en una especie de capsula o incubadora donde varios cables se encuentran conectados a mi cuerpo, mi cuerpo solo está cubierto por mi ropa interior y mis manos están atados a unos grilletes dentro de la misma incubadora impidiéndome mover.

No soy muy buenas con los lugares pequeños, siento que me sofoco, pateo con todas mis fuerzas la parte inferior de la incubadora, pero solo hace que esta se mueva un poco, el vidrio es resistente causando que me lastime el pie derecho en el proceso.

Una sombra a mi lado me hace voltear a ver, a unos cuantos pasos se encuentran unas tres incubadoras en forma vertical a comparación de la mía que esta acostada en lo que parece una superficie metálica, pero solo en una se encuentra lo que parece ser el cuerpo de un niño sumergido en un líquido verdoso, sus ojos están abiertos como si supiera que lo observo, no hay nada que le ayude a respirar en aquel líquido, una sonrisa surca su rostro mientras cierra sus ojos y se acurruca, las burbujas sale de su boca y van hacia la superficie de la incubadora, parece que el agua y la falta de oxígeno en aquel lugar no le impide vivir con lo que parece ser comodidad, gracias a Dios no me encuentro sumergido en algún liquido o algo por el estilo.

Cuando menos lo espero la incubadora es abierta, dejando a la vista una morena hermosa y su sonrisa diabólica.

— me llamo Hanna, te voy a sacar de la incubadora para hacerte algunos exámenes, espero mucha cooperación de tu parte para hacer esto menos difícil y doloroso para que puedes volver a tu habitación. — nada de esto me da buena espina, pero asiento con la cabeza mientras poco a poco va desconectando los cables con delicadez, pero antes de quitarme los grilletes, inyecta un calmante en mi brazo, haciendo que todo a mi alrededor de vueltas y sienta mi cuerpo liviano, pero al mismo tiempo pesado, parece que el sedante es muy fuerte hasta dejo mi lengua inmovilizada, pero no la culpo en la condición en la que me encuentro puedo ser peligrosa y lo acepto y poco sangrienta también.

Mi cuerpo es sacado de la incubadora y puesto en una camilla, las personas a mi alrededor hablan entre ellas, pero no logro entender nada.

Llegamos a una habitación donde hay varias camillas ocupadas por diferentes personas, pero solo una logro distinguir.

¡Es él!

La ira comienza a recorrer cada célula de mi cuerpo, y cuando soy dejada a tres camillas de él, me sorprende como mi cuerpo sin importar el sedante y que este a pasos de colapsar, me levanto de la camilla con un poco de dificultad, pero con la mirada cargada de furia dejando a la vista solo el objetivo que quiero alcanzar mientras el veo todo lo demás de un color sangre que sé que solo es producto de mi imaginación por el instinto asesino que tengo en este momento.

Cada vez estoy mas cerca, a los pies de la camilla se encuentra un pequeño cartel donde dice un nombre de aquella bestia que me daño el primer día que llegue a este lugar.

Haru

Me acerco cada vez más, pero la adrenalina que impulso mi cuerpo ha levantarme sin importar el sedante que corre por mi sistema esta debilitándose, mis piernas se sienten como gelatina y ante de poder agarrar el esfero para clavarlo, este se desliza como agua por mis dedos, y siento como la corriente de una pistola eléctrica choca con mi espalda quedando de rodillas, lo último que veo es aquel joven que intente apuñalear abriendo sus ojos y viendo con una sonrisa burlona, y pronunciando con un acento raro lo que parece un

Nos volvemos a ver conejita....

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Las horas pasaron rápido y me volvieron a enviar a la habitación donde por una extraña razón esta Allison sentada en el pequeño escritorio al lado de mi cama.