Capítulo 9

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Leonor estaba sentada de brazos cruzados mirando con el ceño fruncido a Alexia después de escuchar su plan para desvelar al supuesto topo que habría filtrado los movimientos de las princesas en Gales. Para la española era un disparate tanto el plan como la idea de que alguien se hubiera chivado a la prensa. ¿En qué cabeza cabía eso?

-¿Entonces estás diciendo que tenemos que averiguar la profesión de los parientes cercanos de los 350 alumnos que hay aquí? ¿Te has vuelto loca? ¿Sabes acaso el trabajo que supone eso? -se quejó Leonor.

-¿Y qué propones tú? -Alexia dejó que Leonor respondiera, pero ante el silencio de la española, la holandesa prosiguió con su charla-. Tenemos que preguntar con discreción, pegar el oído en cada conversación o incluso buscar por internet. No es tanto trabajo ya verás. Buscamos a aquellos que sean periodistas o redactores en la prensa del corazón. Lo que me resulta curioso es que en el artículo no pone el nombre ni del redactor, ni de quien tomó las fotos...

-¿Y si no son familiares? ¿Y si son simples contactos?

-Pues habrá que dedicarle más tiempo a la causa, no seas tan quejica. Además, te voy avisando de ya que no podremos contarle a nadie nuestros planes, ni siquiera a Lucy o Michael, se podrían ir de la lengua -avisó Alexia.

-¿Por qué no? Son amigos cercanos, no creo que ellos hagan algo así.

-Parece que no has visto ninguna película policíaca de misterio. Aquí una no puede confiar ni de su sombra. Hazme caso, iremos apuntando en este cuaderno lo que vayamos averiguando y después, iremos descartando a gente -la española no tenía otra alternativa que seguir el plan de Alexia, el cual comenzaría mañana mismo. Las dos al acordar todos los detalles se fueron a dormir.

A la mañana siguiente, se pusieron manos a la obra. Antes de ir a clase, hablaron sobre a quiénes iban a preguntar en el día para ponerse de acuerdo. Leonor aprovechó y estrenó uno de los conjuntos que Alexia le compró en la capital galesa, admitiendo así que la holandesa pasó el pequeño reto que la española le propuso.

De mientras, toda la escuela ya había visto dicha portada e incluso leído el artículo. Era inevitable que la gente comentase sobre la foto, y más, cuando todos sabían que la relación entre Leonor y Alexia no era muy buena que digamos hace unas semanas.

Su círculo de amigos se preguntaban en qué momento se hicieron tan amigas o si era una tapadera para hacer que la gente dejase de especular sobre su mala relación. Lucy, su única amiga en común, le alegraba saber que habían estrechado lazos, pero no comprendía qué había pasado como para que ahora pareciesen mejores amigas.

Durante el día, en los minutos previos en los que se encontraban en clase esperando al profesor, aprovechaban para hablar con otros estudiantes y en los cambios de clase, se escaqueaban unos minutos para pasarse el cuaderno y apuntar la información obtenida.

Cuando llegó el final de la última clase, Leonor y Alexia esperaron a que todos salieran para que la holandesa le pudiera dar el cuaderno a la española. Leonor lo guardó en su mochila y Alexia, con cautela, salió de clase de la forma más disimulada posible. Leonor dejó pasar unos minutos para después salir ella, pero se topó con Michael nada más salir de la clase para dirigirse al comedor.

La española soltó un grito ahogado y dio un pequeño bote por el susto que le había dado su mejor amigo, quien se disculpaba mientras reía por la reacción de Leonor.

-No sabía que Alexia te pasaba los deberes -dijo Michael con una risilla, a lo que Leonor alzó la ceja confusa, ya que no sabía a qué venía ese comentario.

-¿A qué te refieres? -respondió mientras andaban por el solitario pasillo.

-Vi antes de salir que te daba un cuaderno.

-No son deberes. Son... son algunos diseños que Alexia ha hecho y quiere que los mire -Leonor dijo lo primero que se le pasó por la cabeza, se quedó bloqueada con el hecho de que las habían "descubierto".

-¿Estás llevando el conjunto que te compraste en Cardiff? Te queda bien.

-Ah, sí. Gracias -la rubia se sentía cada vez más incómoda con la conversación y esperaba poder llegar al comedor lo antes posible.

-Este finde podríamos hacer algo con el grupo, que llevas un tiempo desaparecida -comentó Michael.

Leonor iba a aceptar hasta que se acordó que este fin de semana Alexia también decidía plan. No sabía si eso iba a crear confusiones o iba a crear más chismorreos, por lo que decidió finalmente aceptar la propuesta de Michael. Esperaba que a Alexia no le fuera a molestar ese cambio de planes tan repentino.

Al llegar al comedor, se dirigieron directamente a su mesa habitual donde sus amigos Madeleine, Viktor, Hayato y Lysandra les estaban esperando. Comentaban sobre quedar un rato después de la actividad deportiva de esa misma tarde, pero Leonor no estaba echando mucha cuenta ya que intentaba localizar a Alexia con la mirada. Vio a sus amigos Nathalie, Thomas y Chesa, además de Lucy, en su mesa habitual, pero no a ella.

-¿Leonor tú te apuntas? -preguntó Viktor.

-Oh, disculpa. ¿Qué decíais? -automáticamente Leonor volvió a centrarse en la conversación que estaban entablando sus amigos, sintiéndose algo vergonzada.

-Si quieres venir con nosotros al pueblo un rato para comprarnos algo después de la actividad deportiva que tenemos a la tarde. Podríamos ir a una cafetería si os apetece -dijo Madeleine.

-Ah, claro. Sí, suena bien. Esta tarde me toca a mí recoger el material deportivo con Charlotte, así que podríais esperarme en la puerta principal.

Sus amigos asintieron y siguieron su animada charla, Leonor sin embargo, seguía buscando disimuladamente a Alexia, quien llegó unos 5 minutos después y se fue a la mesa donde estaba su grupo. Estaba algo sería y se veía poco animada, Leonor se preguntó qué le había pasado.

Llegó la tarde y todos los estudiantes del primer año se encontraban en el gimnasio para hacer un circuito. Todos dejaron sus mochilas apiladas cerca de la entrada y cogieron sus toallas para poder secarse el sudor.

Leonor minutos antes pudo darle el cuadernos a Alexia con algunas anotaciones. La holandesa seguía de capa caída, lo que preocupaba a la española ya que no era común verla así por más de 15 minutos.

Tras hora y media de sangre, sudor y lágrimas, la actividad acabó y Leonor y Charlotte se pusieron manos a la obra para acabar lo antes posible. Recogían el material y lo organizaban en el cuartillo, en el que había más material y objetos, que se encontraba dentro del gimnasio y algo apartado de la entrada.

-Leonor, ¿me puedes hacer un favor? Es que tengo que terminar un trabajo para hoy y lo llevo fatal. Te lo compensaré -dijo Charlotte con cara de cachorrito abandonado para intentar convencerla.

La rubia no supo cómo decirle que no y acabó aceptando. Charlotte le dio un abrazo a Leonor y se fue corriendo de allí.

Leonor suspiró y agradeció que no le quedaba mucho por hacer. Todo estaba en silencio y eso le ponía algo nerviosa, por eso, comenzó a hablar consigo misma.

La española cargó con los últimos conos y entró en el cuartillo para ponerlos en su sitio, hasta que alguien cerró la puerta de golpe y la bloqueó. Leonor pensaba que se trataba de una broma de mal gusto, se quedó paralizada unos segundos cuando empezó a gritar.

-¡Eh! Que aquí hay alguien. ¡Abre la puerta! Seas quien seas no tiene gracia.

No obtuvo respuesta y es lo que más le aterrorizaba. A los dos minutos escuchó cómo la puerta del gimnasio se cerró y ahí supo que no habría forma de salir.

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Después de 30 años luz, por fin soy libre jajan't.

Sé que todos esperabais un nuevo capítulo y es por eso que a partir de ahora, cada sábado publicaré un nuevo capítulo de esta historia. Lamento el abandono, pero entre el bloqueo de ideas que tuve y la universidad apenas podía dedicarle tiempo a la historia.

Espero que os guste y sigáis disfrutando.

Recordar que no se pretende sexualizarlas ni mucho menos. Todo es ficción.

A Dos Coronas de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora