Capítulo 37

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Minutos antes

Sofía tenía toda la camiseta llena de café recién hecho. No tenía mucho tiempo para dramas por lo que se levantó rápido y se aseguró de que sus padres no salían del salón. Fijó su mirada en la empleada que seguía en el suelo, también manchada de café, y la ayudó a levantarse.

-Si mis padres preguntan, diles que te has tropezado. Yo nunca he estado aquí, te lo compensaré más tarde te lo prometo -nada más decir esto salió corriendo al cuarto de su hermana. A cada sirviente con el que se cruzaba le rogaba que se hicieran los locos y que actuaran como si ella no estuviera allí.

Llegó con éxito al cuarto de Leonor con la respiración entrecortada y con dolor por las quemaduras del café.

-¿Sofía? ¿Qué haces aquí? ¿Por qué dices eso? -Leonor frunció el ceño y al ver la mancha marrón en la camiseta de su hermana la dejó pasar- ¿Qué te ha pasado?

-Sólo dame otra camiseta que me estoy derritiendo. Lo importante ahora es lo que te tengo que decir -Leonor se puso en la búsqueda de otra prenda para su hermana mientras le prestaba toda la atención-. Mamá tiene pensado espiarte en el internado, quiere contratar a personal para que te vigile. Entre tu ruptura, tus notas y el que Alexia sea tu compañera de cuarto no han ayudado a su decisión.

-¿¡Qué!? No puede hacer eso. ¿Y qué hago yo ahora? -Leonor dejó de hacer todo lo que estaba haciendo y comenzó a pasarse la mano por le pelo y a pensar en posibles soluciones.

-Leonor te entiendo, de verdad, pero búscame esa camiseta por favor te lo pido.

-Ah, sí, cierto.

-Mamá no puede saber que lo sabemos porque sino sabrá que la estuve escuchando a escondidas y sabes como se pone cuando eso pasa. No creo que tengamos mucha elección, Alexia y tú tendréis que hacer el papel de vuestras vidas -Leonor llegó con una camiseta del internado y se la dio a Sofía quien se fue al baño para cambiarse.

-Si eso pasa, prácticamente no podré pasar tiempo con ella. No estaré tranquila ni en nuestro cuarto -Sofía a los minutos salió del baño con menos café encima y con una camiseta limpia.

-Leonor... sé que me dijiste que no, pero creo que lo mejor es que se lo digas.

-¿El qué?

-Lo tuyo con Alexia. Si va para largo, es mejor que se lo digas ahora y os ahorréis todo esto. ¿Crees que tus notas van a mejorar si estás más pendiente de si te están espiando que de tus estudios? ¿Prefieres que se enteren por informes semanales o por ti?

-N-no puedo hacer eso. Sería mucho peor, todo el mundo se enteraría. ¿Qué opinaría la gente? ¿Y la oposición política? Estaría cavando mi propia tumba.

-Ese problema lo tendrás siempre Leonor, tarde o temprano si estás decidida a estar con ella, se sabrá. Ahora no es necesario que la gente lo sepa. Sólo se lo diríamos a mamá y a papá. Se quedará como algo de familia.

Leonor sabía perfectamente que el problema seguiría ahí, pero sentía que ahora mismo no podía hacerlo público. A penas estaba comenzando a realizar sola actos oficiales, aún no había demostrado nada al pueblo como para echarse a sí misma la soga.

-Tengo miedo Sofía. ¿Y si sale mal?

-No te preocupes por eso, yo estaré ahí contigo y te estaré apoyando como siempre.

-¿Tiene que ser ahora?

-Cuando estés preparada, pero cuanto antes mejor.

Leonor asintió y se estuvo mentalizando sobre todo lo que acababa de pasar. Tenía en mente hacerlo por la noche, a la hora de la cena, porque antes quería hablarlo con Alexia y ella tenía que salir toda la tarde por actos oficiales.

A Dos Coronas de TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora