FINAL.

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Alice alzó la mirada hacia aquel árbol de cerezos y cerró los ojos, disfrutando de la suave prisa primaveral.

Así como los días, semanas y meses transcurrían, su amor por Daryl aumentaba. Ya hacía más de un año que habían formalizado su relación, y con el paso del tiempo, Dixon sacó una faceta que desconocía de si mismo; ser romántico sin importar el que dirán.

Daryl había preparado un picnic a cierta distancia de su hogar, para que Alice pudiera disfrutar de su estación del año favorita, acompañado de preciosos cerezos.

—Es precioso—admitió con una gran sonrisa—y más aún, teniéndote aquí conmigo.

—Siempre tienes bonitas palabras para decirme—concluyó el cazador a la vez que se ponía de pie para ir hacia su novia—. Me gusta este clima, no hace ni frío ni calor, es perfecto.

Alice desvió la mirada y sonrió nuevamente, viendo como su pareja alzaba las manos para atrapar los pétalos de cerezo que se desprendían del árbol por la brisa.

Sin duda había cambiado positivamente y le ardía el pecho de felicidad al verle disfrutar de cosas tan mundanas. Dónde ya no le decía que sobrevivia sin razón alguna y que no tenía propósitos de vida.

Daryl comprendía la emoción de su novia al ver el cielo poblados de estrellas, y más ahora que ya no era un mantra para no sentirse sola o acallar sus pensamientos y pesadillas. Ahora el cielo nocturno era una cosa que ambos compartían, dónde se quedaban hasta las tantas inventando historias de cualquier género, abrazándose y dándose besos hasta que sus pulmones pedían oxigeno. 

Alice pudo dejar atrás aquello que le hizo daño y dejó cicatrices en su corazón, o al menos gran parte se ha ido. Daryl fue paciente y esperó a que ella pudiera expresara como realmente se sentía, sin esconderse por creer parecer exagerada o una miedosa por temer a quedarse dormida.

La perspectiva por contemplar la luna y disfrutar su compañía era completamente diferente a lo que era cuando iba sola por el mundo, ahora ya no lo estaba. Había aprendido a disfrutar su soledad y la compañía de los demás, sin sentirse abrumada o fuera de lugar.

Pese a que de vez en cuando se levantaba exaltada por acontecimientos recientes que le causaban culpa—cosa que ella intenta no hacer ni sentir—allí estaba su pareja para recordarle que tan solo era un mal sueño.

Pero también había aprendido a consolarse así misma, y a curar todo su ser. No quería tener que depender emocionalmente de nadie, por lo que tuvo un proceso largo para encontrarse así misma y saber que tenía que ser su prioridad número uno.

Allí también entraba Daryl, la ayudó cuando mas lo necesitaba. No quería quitarle el merito y ni creer que ella sola había superado todo lo malo, Daryl tenía mucho que ver.

El plan de Alice sobre conquistar a su cazador favorito fue todo un éxito, y mucho más cuando Daryl ya tenía sentimientos fuertes hacia ella. Ya no había por qué tener miedo a amar y a dejarse amar, lo mejor era vivir el presente y dejar que todo siguiera su curso.

Lo que tenga que pasar, pasará.

Así los dos decidieron seguir viviendo sus vidas, sin ponerse a pensar en el futuro o imaginando trágicas escenas donde uno de los dos ya no esté. Querían vivir el presente sin tantas preocupaciones.

Daryl y Alice tenían sus días malos como cualquier pareja, pero era tanta la madurez entre ambos, que se sentaban en el sofá de su hogar a hablar como adultos y solucionaban sus indiferencias. 

Daryl sabia lo sensible que era su novia y tampoco le nacía ir gritando cuando algo le molestaba, prefería ir por el diálogo pacífico tal como Alice siempre solía recurrir.

Alice había aprendido a medir su temperamento y dejar la ingenuidad a un lado, cosa que le había salvado de más de un problema. Por mucho que quisiera ser buena con todos, no funcionaba esa actitud en ocasiones y debía recurrir a acciones extremas que la hacían sentir mal. Ahí estaba Daryl para consolarla entre sus brazos y explicarle que no era su culpa, que ella había puesto todo de su parte para ayudar a los malos a dejar de serlo.

Pero Alice sabía que en ese mundo no había bandos de buenos y malos, solo gente sobreviviendo. Y por mucho que la culpa estuviera presente, debía manchar sus manos. Las sensaciones de culpa se iban cuando veía a sus amigos a salvo, lejos del peligro constante cada vez que salían muy lejos de Alexandria.

Pero todo pasa y con el tiempo las cosas sanan. Debía seguir adelante y disfrutar de los suyos.

Y ahora más que había encontrado a su otra mitad.

—Eres mi estrella favorita, Daryl—le dijo con sus ojos brillando de puro y sincero amor, entrelazando sus manos con las de él—. No me cansaré de ver como brillas en cada paso que das, y espero que juntos podamos brillar como las estrellas lo hacen en la noche.

Daryl sonrió y se inclinó para llegar a los labios de su pareja.

—Tus ojos brillan de una manera extraordinaria—respondió sin ningún tipo de timidez, hablándole con seguridad para que supiera que adoraba todo de ella—no me cansaré de ver tus bonitos ojos. Me haces ser mejor persona y agradezco haberte encontrado en plena carretera bailando como una loca, en ese momento no imaginé que mi ser de luz estaba justo ahí. Gracias por enseñarme que la vida puede ser preciosa en este nuevo mundo, y que vale más la pena cuando estoy con personas que amo.

Alice sonrió, tan amplio, único y brillante, como solo lo hacía cuando se trataba de su Daryl. 

FIN.

Si has llegado hasta aquí, muchas gracias❤

STAR [Daryl Dixon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora