La necesidad de confesar

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Lord Zhou, aunque las túnicas te obligaran a imaginarte cosas, no podías evitar notar su cuerpo esbelto, su semblante formal y sus pulcros modales. Eso pensó Wen Ke Xing.

El aire de la organización de asesinos más grande del jianghu era tal y como te la imaginabas. La penumbra reinaba en ella, las personas parecían no tener una pizca de alma en sus ojos cuando entrenaban y el orden era manejado por la mano de un monarca que te sonreía de frente, más te penetraba con su mirada cuando le dabas la espalda. 

A pesar de todo eso y de que ese joven de túnica negra tenía un aire similar, sus acciones podían dejarte una impresión mucho más pasiva de su parte. Cumpliendo su papel de general pero fallando en su faceta frívola con acciones que provenían de un corazón que no era ruín e injusto completamente.

Toda su vida, el joven del valle tuvo que proteger solo a su pequeña hermanita. Ella llegó a ese sitio a una edad inocente e indefensa, tanto así que aun recuerda cargarla en su espalda cuando una pandilla de demonios sedientos de sangre la asaltaron inesperadamente cuando vagaba por los caminos del valle. 

Cuando el jefe la descubrió, pensó en usarla como saco de boxeo pero desistió de la idea al darse cuenta que una cara tan hermosa podía ser usada para otros asuntos muchos más íntimos. Fue en ese entonces que Wen Ke Xing prefirió el convertirse en objeto y esclavo a merced del otro, permitiendo las golpizas y los maltratos. Normalmente luego de todo un día al lado de ese loco, llegaba al departamento de infieles intentando soportar sus costillas rotas mientras entrenaba a Gu Xiang en artes marciales.

Ahora, el trabajo de protegerla ya no era una labor individual. Cuando escapó del maestro del valle al este enterarse de lo que pasó en realidad en el deposito con el general Zhou, sabía que su niña no quedaba en malas manos y pudo huír sin tanto peso en sus hombros o si quiera culpa por pensar que le harían algo por cosas en las que no tenía absolutamente nada que ver.

Su primera pelea con Zhou Zi Shu fue una mezcla de sensaciones, sentimientos y habilidades. Pudo detectar que este hombre no solo se hacía llamar general por decreto del rey, sino que sin duda merecía más que solo un premio por su estupenda destreza. Eso si, le molestaba que fueran tan pulcras para ser acciones que de un modo u otro buscan dañar a otra persona. El joven pensaba: "Cuando peleas, debes ser audaz y despiadado, sin remordimiento ni piedad ¿Por qué este general se molesta en tener tanta pulcritud al efectuar golpes tan violentos y dolorosos?".

Después de eso, solo se dedico a observarlo de reojo en las ocasiones que ocurría el suceso de encontrarse y convivir. Analizando de arriba a abajo era un hombre realmente guapo; veía su cuerpo enteramente, intentando descubrir si su piel era suave y tersa o en cambio debido al entrenamiento era algo mal cuidada y con cicatrices.

Esas telas contorneaban perfectamente su figura y la hacían lucir de gran clase. Empoderante, era la mejor palabra para describirlo.

Las veces que llego a odiarlo no era debido a su persona, sino debido a con quienes se asociaba y los asuntos en donde se metía. Primero, el príncipe Yi a simple vista era un gran gobernante, portando en su cuerpo joyas preciosas y vestimenta de elite más un ambiente que gozaba de las mismas características, la clase relucía en el sin lugar a duda; más eso no quitaba el hecho de que quería negociar con un tipo que arruinó su vida. No quitaba el hecho de que cada copa de alcohol era bebida con goce y sinceridad, cuando en ninguno de esos dos individuos había nada de eso; no quitaba el hecho de que era participe del problema en el que estaba metida su hermanita.

Segundo, Gu Xiang. Este general, aunque no fuera la persona más desconfiable de aquel recinto, no se podía tomar libertades así como así; entrar cuando quería al cuarto de su niña, consentirla demasiado, todo eso era molesto. Agregando también que aun y estando en contra esta persona no expresaba ninguna emoción ante estos asuntos, lo demostraba solo cuando los dos jóvenes fantasmales eran atacados. Una opinión concreta que determinaba de que lado estaba salía a relucir cuando tenía la obligación de actuar.

EL HERMANO DE GU XIANG - WenZhouDonde viven las historias. Descúbrelo ahora