Volví mi vista a el, estaba de espaldas y no podía ver mucho su cara pero si sus gestos. Siempre estaba sentado con su computador y una libreta al lado, trabajaba tan concentrado mientras bebía y llevaba papas fritas a su boca. Sonreía bobamente fre...
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Observaba por el gran ventanal frente a mi como la lluvia impactaba contra el suelo. La gente caminaba con paraguas, otras corrían sin uno, solo llevaban como protección una chaqueta o su mochila. Vaya gente...
Tome la taza entre mis dedos y la conduje a mis labios, dando un trago de café. Pocos segundos lo caliente inundo mi garganta hasta mi estomago. Me recargue en la pared con la taza en mis manos. Ahora mismo la cafetería no era un lugar silencioso como para escribir.
Las 5:49 de la tarde y estaba algo llena dejando oír murmullos y ruidos de trastes ser golpeados por los utensilios. Mamá quiso salir a comer a si que aquí estaba ella a mi lado, comiendo en silenció con una sonrisa, miraba las personas pasar corriendo frente a nosotros.
-Mira ese, se va a enfermar- hablo riendo un poco mientras señalaba a un muchacho que no llevaba paraguas ni chaqueta- El es un caballero, prefiere que la chica sea cubierta por el paraguas que el.
La escuchaba hablar animadamente, miraba sus gestos y sus movimientos raros con las manos. Me gustaba mucho ver a mi madre sonreír, por un momento olvidaba todo los problemas que teníamos por su enfermedad.
Mis ojos se dirigieron a la campana del lugar que anunciaba a un nuevo cliente. Por ella entraban tres policías, el...y dos más. Ni siquiera me di cuenta cuando una sonrisa ladina se formo en mis labios al verlo. Levante mi mano a la altura de mi hombro agitándola un poco al conectar mi mirada con el. La baje de nuevo cuando tomo asiento y comenzó hablar con los otros dos policías.
-Vaya, vaya- escuche a mi madre hablar- ¿Quién es el policía por el que sonreíste bobamente?
-No sonreí-negué volviendo acomodarme en mi lugar-
-Claro que lo hiciste- canturreo felizmente. Gustabo llegó con la malteada de mamá y mi pay de limón- Gus, gus. Que Horacio esta enamorado.
El nombrado me miro sonriente. Negué con la cabeza tomando el plato de pay.
-Joputa, por eso has estado tan feliz últimamente- ignoro los demás pedidos que tenia que llevar, tomando asiento al lado de mi madre. Como dos viejas chismosas- ¿Cuál es su nombre?
-Gustabo no...
-Es uno de aquellos policías- ladeo la cabeza en dirección a la mesa del comisario-
-¿El de cabeza hormiga?- cuestiono sorprendido- ¿El comisario Volkoff?
-De echo es Volkov.
-Hasta tiene lindo nombre- chillo emocionada. Recargue mis codos en la mesa llevando mis manos a la cabeza- Vamos cariño, que es guapo. ¿Es el que te llevo a casa aquella noche?
-Si madre, es el. Pero no me gusta.
-¡El nene esta enamorado!- exclamo Gustabo golpeando junto a mi madre la mesa como si fuera un tambor-
-Basta, son tan infantiles- agache la mirada ante las miradas de confusión de las personas del restaurante-
-Regreso a mi labor- Gustabo beso la cabeza de mi madre y volvió a tomar la bandeja-Iré atender a tu novio....- susurro por ultimo alejándose de nosotros-
Mis mejillas se tiñeron de un color carmesí que fue tapado por mis manos. Mamá carcajeo un poco dando pequeñas palmaditas en mi hombro.
