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4: Nomen est omen

Sobre el título: Nomen est omen; latín, "el nombre es una señal", el nombre habla por sí mismo.

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Rege se sentó en el carruaje con una espada dorada. Su expresión de impaciencia había sido reemplazada por un gran interés.

No le gustaban los oponentes estúpidos. Si el conde de Flowervale confiaba en ser el nuevo favorito del rey cuando entraba en Grande, ofendía precipitadamente a una persona que no debía ofenderse y caía en un plan que lo llevaba a la bancarrota a él y a su familia; eso sería demasiado aburrido.

Para ser capaz de convertir un lugar árido como Desolette en una próspera ciudad cubierta de flores y gemas, el legendario conde de Flowervale debe ser una figura formidable con unos cuantos trucos bajo la manga.

Duncan, que no había tomado eso en consideración, era el verdadero idiota. La trampa que había diseñado era ridículamente burda.

Pensando en esto, Rege miró a la persona a su lado, y sus labios ligeramente curvados estaban llenos de burla.

Duncan no había notado en absoluto el cambio de humor de Rege. Con un reloj de bolsillo en la mano, observó atentamente el movimiento de las manecillas de los segundos y los minutos. Sin saberlo, ya habían pasado tres horas, y su paciencia estaba a punto de agotarse.

"¡Maldita sea! ¿Qué está pensando el conde de Flowervale? Debería dar un paso atrás obedientemente o dar un paso adelante para crear problemas. ¿Qué significa quedarse quieto?" Lord Duncan maldijo en un murmullo.

Al mismo tiempo, el sirviente de Jian Qiao también estaba haciendo una pregunta. "Maestro, ¿por qué se ha detenido aquí y no se ha movido? Está oscureciendo. Tenemos que entrar a la ciudad rápidamente o nos encontraremos con lobos".

Jian Qiao estaba recostado en la silla acolchada, cerrando los ojos y descansando. El paso del tiempo, el debilitamiento de la luz del día y el aullido de los lobos en la distancia no podían perturbar su paz.

"Hemos venido desde lejos con suficiente comida, bebida y mantas. Podemos permitirnos el lujo de esperar sin importar cuánto tiempo pase. Pero ellos son diferentes. Vinieron de improviso y no trajeron nada para pasar la noche. Cuando se haga tarde, cuando el frío, el hambre y la sed les sobrevengan, todas a la vez; naturalmente vendrán a hablar con nosotros. Es entonces cuando descubriremos qué clase de truco está jugando Lord Duncan".

Jian Qiao explicó sin prisa y con los ojos cerrados.

De hecho, probablemente podría adivinar cuál era el respaldo de Lord Duncan. Un aristócrata de tercera categoría sin poder ni influencia, pero que se desenvolvía en la comunidad de negocios de Grande como un pez en el agua. Debía tener una relación de cooperación con un miembro de alto rango de la familia Grande.

Era una lástima que la ciudad de Desolette estuviera ubicada en la región más remota de Gloria, y que el transporte y el flujo de información de esta época fueran muy deficientes. Jian Qiao, que acababa de expandir su negocio familiar, no tenía tiempo libre para indagar en los secretos de todo el círculo aristocrático.

No conocía los antecedentes de este Lord Duncan o la persona exacta que estaba detrás de él. Pero en cualquier caso, siempre conviene ser precavido. Cuanto más confusa sea la situación, más tranquilo hay que estar.

Tras este momento de reflexión, el estruendo de campanas y tambores cruzó la pesada cordillera, atravesando la espesa niebla. Venía de la lejana ciudad, un anuncio de que la noche se acercaba.

Los lobos comenzaron a aullar más fuerte cuando escucharon las campanas.

Jian Qiao abrió los ojos y agitó la mano. "Que el chef prepare la cena".