Alven y Armestis
Éstos dos nombres representaban el reino de los elfos y el reino de los hombres respectivamente.
Ambos reinos eran conocidos por una enemistad de una antigüedad de hacía ya cerca de 500 años.
A diferencia de todo aquéllo que vive y muere, logró sobrevivir al paso del tiempo y las generaciones, alimentándose de el odio mutuo y los cadáveres de incontables soldados inocentes por igual.Múltiples guerras se habían librado antaño, e incontables batallas se libraban en la actualidad a lo largo y ancho de los dos reinos.
Se libraban en nombre de la guerra ya empezada hacía 3 años atrás, detonada por lo que se conocería como el incidente de la apodada Ciudad Ceniza, la enorme ciudad humana portuaria y centro de comercio, Visterra, que se vió sumida en las llamas, según los rumores, debido a un ataque por parte de un grupo aún sin identificar de los flamigeros habitantes Ign, país aliado con Alven.
El motivo primigenio de porqué se originó aquella cadena de odio en un primer lugar, medio siglo atrás, se debió a un temor de ataque por ambos lados cuando entraron en contacto por primera vez.
La diferencia entre ellos, físicamente, religiosamente y competentemente fueron los ingredientes perfectos para un conflicto que fue creciendo más y más.El punto de no retorno quizás fuese aquél momento en él que las almas de los guerreros de antaño abandonaron sus cuerpos tras haber sido atravesados por lanzas a través de sus pechos, espadas que cortaron sus cuellos, flechas que volaron por el cielo cuál lluvia, y cuando la sangre se derramó cómo el vino en un gran banquete.
Muestra de aquéllo, era la guerra actual.
Conocida Guerra de Cenizas por algunos, o la Conflagaración por los Ardiente Mercantes por otros, se había prolongado por demasiado tiempo.
Media década había durado. Humanos y elfos, acostumbrados a las guerras intermitentes y cada vez más frecuentes durante los últimos 120 años, ahora vivían las consecuencias a largo plazo de aquélla normalidad.Estos 120 años de guerra marcaban la fecha en la que Aronthar El Reconquistador aseguró el retorno de los elfos a su tierra natal, abandonando las cordilleras Somtrabento.
Al igual que los cultivos de los campos nevados en las montañas, los elfos contaban con un número reducido en consideración al territorio que gobernaban. Pese al intento de incrementar su población durante éste tiempo, no se logró cumplir con las expectativas.Los humanos, no ajenos al conflicto durante el periodo de exilio de los elfos, habían incrementando sus números, pero la cantidad era infinitamente superior a la calidad.
No estaban preparados para el conflicto, no a tal escala como lo era la ahora poderosa fuerza militar del conglomerado de la Sagrada Alianza Élfica. Y por ello, el reinado sobre las tierras de Alven de los hombres durante 300 años acabó en meros 50 años de reconquista.Así pues, el continente de Kranidos envuelto en guerra, un pastel por el que todos peleaban, se pudria ante los impotentes ojos de los gobernantes.
El primogénito y único hijo varón de Arloran I, heredero al trono del reino de Alven, Artorius Mondraben, fue asesinado durante la batalla de Escaleras Celestiales tras un intento por detener su asedio.
El nombrado regno Desgarrador, Erik Casiloch, primogénito de el regno Aplastante Praga Casiloch, fue herido de gravedad en aquél mismo enfrentamiento, terminando en cama durante meses mientras se debatía entre la vida y la muerte.Campos y aldeas habían sido arrasadas.
Ancianos y jóvenes que apenas podían blandir una espada se vieron obligados a luchar y unirse a los ejércitos.
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