Yo en un mundo de Dioses griegos

El Rey Minos

–¡¡Minos!!–, la multitud exclamó con sorpresa mientras retrocedían con cara de horror.

–Asi que tú nombre es Minos... No te conozco, ¿eres importante?–, pregunto el primer hombre con una sonrisa inocente.

–Podría decirse, soy el Rey de todos los minotauros, el más fuerte... Dime chico, ¿Que hizo un Semi-Dios para enojar tanto a un Olímpico?–.

–¿Olímpico?, Realmente solo ví a uno de ellos y eso fue apenas una semana... Supongo que Artemisa sigue enojada por qué la vi desnuda, aunque dijiste a un Olímpico, talvez algún hermano suyo se entero–, murmuró Adán sin tomarle importancia ante la cara de shock de los presentes que se alejaron de la zona, lo suficiente para no estar cerca pero lo suficiente para escuchar y ver lo que pasaba.

–Vaya, al menos viste algo por la que vale la pena en morir–.

–No realmente, Eva es más hermosa que ella, bastante más hermosa–.

–Oh, no veo el engaño en tus ojos dime, ¿Quién es Eva?–.

–La mujer perfecta–.

–Bueno creo que es tiempo de que nuestra pequeña charla continúe, prepárate–.

–¿Seguro que quieres hacer esto? Vas a morder el suelo su majestad–.

El hombre frente Adán empezó a crecer en forma acelerada y violenta tomando la forma de una bestia híbrida, más grande y más fuerte que cualquiera de sus compañeros, la bestia bramó y levanto sus manos cuando un hacha de batalla apareció con un brillo dorado.

El hacha se movió a grandes velocidades pasando cerca de mi cara... La brisa fue buena, no me mal entiendan ser el Rey de todos los minotauros debe ser bueno y eso pero literalmente estuve a la par de Zeus, no creo que el minotauro tenga alguna oportunidad... La leyenda del humano que nunca se puso en guardia y siempre derrotó a sus enemigos de un golpe, solo espero no ser calvo.

–Valla pudiste esquivar eso–.

–Esa arma, ¿Que es esa arma?–.

–Tienes una buena vista niño, está arma es única, forjada en el Olimpo por el Dios Hefesto y contiene el poder del sol, fue el pago que me dieron por cortarte la cabeza–.

–Veo, los dioses no solo son vengativos también son tontos, mira que pagar por algo que todavía no hacen y que probablemente nunca vallas a hacer–.

Esto definitivamente era aburrido, Acteón era buena gente pero realmente no me llevaba muy bien con el, este mundo es más divertido que el jardín pero los Dioses arruinaban la experiencia, talvez debería hacer una lista de aventuras para poder irme al jardín y bueno tener mi otra mitad.

El filo del hacha estaba a centímetros de mi rostro cuando gire la cabeza para esquivar el ataque, esto no era muy difícil pero al menos podía poner a prueba algo, en la serie Zeus no uso ningún arma y bueno dudo que encuentre a una valkiria en el jardín de Edén, no lo necesitaba pero ¿Que pasaría si un arma divina me tocaba? ¿Podría romper un rama divina?.

Mi expresión cambio y mi mirada se volvió sería, mis puños impactaron contra la hacha de combate y minos poco a poco retrocedía por la fuerza del impacto, los golpes resonaban con fuerza pero el metal no parecía ser afectado... No estaba funcionando, golpe con fuerza la parte plana de la hoja y Minos retrocedió unos metros mientras sus brazos temblaban, maldita arma divina si no podía romper el arma entonces solo podía hacer una cosa, romper al portador, salí disparado hacia mi rival pero con una finta y una voltereta me coloque detrás del minotauro.

(¡Hacha divina!), Mi pie choco con su rodilla que terminó doblada derribando al gigante taurino, el rey rugió con dolor y trato de levantar la hacha para contraatacar pero pie choco en su cara derribando al Minotauro, el ser trato de levantarse pero noto algo, el hacha ya no estaba en sus manos, estaba en las manos de Adán que levanto el arma sobre su cabeza.

Un sonido seco se escuchó cuando la cabeza del ser toco el suelo, un río de sangre empezó a correr, el público dejo escapar un sonido de sorpresa y asco, Acteón hizo una especie de grito fan girl y no fue el único que lo hizo, rápidamente los transeúntes empezaron a acercarse y aplaudir mientras varias chicas me rodeaban... Chicas bastante jóvenes y atractivas, lamentablemente mi corazón solo pertenecía a las creaciones de mi padre, Eva y Lilith.

Mis ojos se abrieron con sorpresa cuando alguien grito algo, me aplaudió y supuso que era un cazador de monstruos, sabía cuál sería mi trabajo, aniquilaría a bestias malvadas y me ganaría la vida de esa forma, además Acteón estaría feliz con eso, sería un dúo del que se contarían leyendas.