León de Nemea

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Adán y Acteón habían estado durante días cabalgando por las tierras de Grecia, el sol la lluvia y el viento no habían logrado hacer nada ante la perfección del primer hombre y la determinación del principe, pronto ellos estarían en Nemea pero tenían que los cazadores del gremio llegarán antes que ellos, el camino discreto y menos usado era perfecto para pasar desapercibido pero era más largo que un camino directo, solo podían esperar que los cazadores hayan tardado lo suficiente para que ellos llegarán primero, pronto estarían en Nemea de hecho ya se podía ver la ciudad a lo lejos.

La gran ciudad de Nemea era un monumento arquitecto al orgullo del hombre, Adán notaba esa descripción un poco imprecisa ya que el Edén era bastante más hermoso y bueno el lo había modificado hasta que lo representará, una vida solitaria que nunca había notado hasta estar rodeado de otros hombres, el era raro o mejor dicho sus hijos eran raros, después de todo si él era el original osea que los demás eran los raros.

Acteón se desenvolvía mejor entre las demás personas así que había dejado que el hiciera las preguntas, después de todo no sabía muy bien que estábamos buscando, quiero decir entiendo que es una especie de súper león pero realmente no se nada sobre su paradero y bueno supongo que las personas de la ciudad podrían saberlo.

-¡Por los Dioses!, Mirad son más cazadores-.

-¡Estamos salvados!-.

-¡Debemos decirle al Rey!-.

Adán y Acteón empezaron a mirar con disimuló a sus alrededores, por los comentarios parecía que el equipo oficial ya había llegado, solo esperaba que no estuvieran tan lejos de la ciudad, Acteón y Adán empezaron a correr hacia el castillo, necesitaban obtener información de inmediato, estaban por entrar a la sala del trono cuando varios guardias bloquearon el camino, Adán salto y paso por encima de todos entrando a la sala.

-¿¡Que diablos sucede!?-, pregunto bastante enojado el Rey.

-Eh venido por respuestas que solo tú me puedes dar-, contesto Adán.

Los guardias rodearon al primer hombre que se había quedado quieto frente al Rey, ambos se miraban a los ojos tratando de ver a través de ellos, para el Rey Adán parecía una montaña de oro y gloria pero para Adán el rey no parecía más que un basurero, el Rey sonrió mientras que le hacía una seña a los guardias que desenfundaron sus espadas.

-¿Y dime por qué debería darte esa información?-, pregunto el Rey mientras sonreía de forma siniestra.

-Rey Erin, lamento haber llegado sin avisar pero me temo que la situación así lo amerita, hemos venido como refuerzos del gremio de cazadores de magnolia-, hablo cortésmente Acteón mientras se paraba a lado de los guardias.

El Rey desdeñosamente hizo un gesto para que sus soldados guardaran sus armas, -¿Asi que vienen a morir, eh?, ¿Por qué debería darles información?, Esos inútiles del primer equipo nunca dijeron nada sobre sus "refuerzos"-.

-Debería hacerlo por qué así salvaría su obeso trasero-, contesto Adán provocando un jadeo de los guardias.

-¡¡Mocoso insolente, yo soy el Gran Rey de Nemea y me debes respetó!!-, gruño el fofo Rey mientras que su rostro se ponía rojo.

–Deberías tranquilizarte, no queremos que te dé un infarto–, hablo tranquilamente Adán.

–¡Arréstenlo!–, grito el Rey.

Los guardias se movieron  cuando Adán desapareció de la vista, en golpe seco seguido del ruido de agua cayendo se hizo presente en la sala, los guardias y Acteón miraron horrorizados como la cabeza del Rey estaba en el suelo mientras que Adán estaba detrás del trono, pero su horror se transformó en shock cuando del cuello del Rey salieron varias serpientes negras, la serpiente más grande trato de morder al primer hombre pero su antes de que llegara su cabeza se separó del resto de su cuerpo, la serpiente había sido cortada antes de salir del cadáver del Rey.

–¡Mi rey!–, gritaron los guardias cuando el cuerpo de este empezó a desvanecerse en serpientes que se lanzaron hacia los guardias, los soldados no perdieron el tiempo y empezaron a cortar a las criaturas.

Parecía que los guardias serían superados cuando el príncipe Acteón levanto su arco que fue rodeado de una brillante luz, el príncipe rápidamente cargo una flecha y la disparo hacia el cuerpo del Rey haciendo que un fuego blanco destruyera a las serpientes.

–Imposible era un doppelganger, guardias debemos ir a informar a Erick el santo, el debe saber cómo reconocer si hay más doppelganger, tenemos que darnos prisa, además el príncipe fue arrestado debemos liberarlo–, grito uno de los guardias mientras corrían desesperados.

–Adan, eso fue magnífico, como supiste que era un doppelganger?–, pregunto asombrado el príncipe.

–Bueno, su respiración y pulsaciones eran raras parecían separadas, además me dan asco las serpientes y bueno me dijiste que el Rey era humano no lo que sea que fue–, explico Adan.

–Los doppelganger son un tipo especial de furias,  son sirvientes de Hades–.

–Entonces Hades liberó al León de Nemea y suplantó al rey... Esto no huele bien, como sea tenemos un león que matar, después me encargaré del Dios del Inframundo–, Adán empezó a caminar hacia donde se habían ido los guardias.

–Eh, ¿A donde vas?, La salida es para haya–, hablo Acteón.

–Bueno, ellos dicen que Erick el santo sabría reconocer a los doppelganger, veamos si también sabe cómo encontrar al gatito–.

Yo en un mundo de Dioses griegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora