Minotauros

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En los mitos un hombre traicionó el favor del Dios Poseidon, este al saber que el hombre era hijo de Zeus quien se había transformado en un toro blanco para secuestrar a su madre decidió castigarlo de una manera ejemplar, si Zeus se convirtió en un toro para poder tener relaciones con su madre entonces que mejor castigo que transformarlo a el en una bestia mitad humano y mitad toro, ese era uno de los cientos de ejemplos de las formas vengativas de los Dioses griegos y también era la razón por la que Autónoe estaba preocupada, Acteón había visto desnuda a la Diosa de la cacería, tenía la esperanza de que Artemisa solo recordara a Adán pero para su mala suerte su hijo no se alejaba de este nuevo Semi-Dios, quizás con algo de suerte Zeus les haya prohibido tocar a su hijo pero eso llevaba a una conclusión peor, Hera.

La Diosa del matrimonio también conocida como la Diosa traicionada, para nadie era desconocido el hábito crónico de infidelidad de Zeus, todos los hijos de Zeus fuera de su matrimonio terminaban de una forma horrible y probablemente Adán no sea una excepción, era cuestión de tiempo para que Hera empezará a mandar asesinos y con Acteón cerca su hijo corría un gran peligro.

Justo de eso iba a hablar con su esposo cuando un guerrero entro corriendo a la sala del trono.

–Señor un grupo de minotauros están atacando cerca del mercado–.

Por fin había pasado, Acteón había acabado con sus clases y deberes como el príncipe y a hora nos dirigimos al mercado, podríamos comer y conocer personas nuevas, escuchar sobre posibles trabajos o talvez posibles lugares para vivir.

Estábamos por comer cuando note algo, había un grupo de siete personas caminando hacia nosotros, me levanté de mi asiento y empecé a caminar hacia ellos llamando la atención de Acteón.

–Eh, Adán pasa algo?–.

–Solo quiero ver qué quieren, llevan un buen rato siguiéndonos, acaso alguno de ustedes se enamoro de mi, si es así solo es advierto que no me interesan lo hombres–, hablo Adán con calma mientras se paraba frente a un tipo que probablemente media más de dos metros.

Que demonios tenían los dioses con la gente alta, es decir sé que Eva es más alta o sería más alta que yo, pero más de dos metros era un insulto para las personas de mi tamaño, por qué tenía que medir tan poco y si le pido a Dios que me haga más grande perdería mi orgullo como creación perfecta.

–Je, tu eres el niño que hizo enojar a los Dioses?–, comento el "gigante" con burla mientras miraba hacia abajo, provocando la risa de sus compañeros.

–Va a ser sencillo acabar contigo, basura!–, gruño

(Dios mío, Santo señor solo te pido que hagas el favor de conducir por la senda correcta a este impío maligno y sucio pecador ¿Ah, no? ¿Debe sufrir?, Pues si esa es tu voluntad se a de cumplir).

–Muere gusano–, grito el gigante mientras alzaba su masa y luego la bajaba  en mi dirección, justo cuando una flecha le entró por la boca, ver cómo el gigante a hora estaba tratando de sacar la flecha fue simplemente  hilarante.

Sus compañeros no apreciaron el acto heroico de Acteón y cargaron encontrá del principe, lamentablemente tendrían que pasar sobre mi para llegar a el, con un golpe para cada uno ellos terminaron en el piso sosteniendo su estómagos, eso fue anti-climático.

–¡¡Adan detrás!!–, usando mi velocidad desaparecí en un borrón de energía, el hombre se había transformado en un híbrido taurino.

Al parecer esto iba a ser divertido.

Los minotauros cargaron como bestias, tratando de usar sus cuernos para perforar todo lo que se pusiera en su camino, lamentablemente para ellos en su camino estaba el primer hombre, activando sus ojos imagino a esa asquerosa serpiente que intento abusar de Eva, sus manos cambiaron a garras y salió en contra de los minotauros.

Los cuernos del primer minotauro estaban por clavarse en el cuerpo de Adán pero el humano sonrió y con sus uñas transformadas cortó los cuernos de raíz y uso la cabeza de minotauro como escalón para saltar hacia los demás enemigos.

Las garras se convirtieron en puños los que golpearon en los cuerpos de los minotauros, cada uno de ellos cayo derrotado, debo reconocer que al menos me hicieron ponerme un poco serio, aún así no son suficientemente fuertes.

–Hohoho, veo por qué los Dioses te buscan, eres bueno niño–.

–Se puede saber quién eres?–.

–Mi nombre es Minos–.



Yo en un mundo de Dioses griegosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora