Capítulo 7: Una de todas las verdades

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Aquel hombre se quitó su máscara y su rostro tenía muchas cicatrices, y al parecer era rasguños, este hombre bajó su escopeta y después de una exhalación, dijo.

–¿Quiénes son ustedes y qué hacen en esta mierda de bosque?.

–Nos estamos quedando en una
cabaña. –Dijo Albert mientras se abría paso hasta el frente de aquel hombre– La cabaña está a unas cuantas millas, nos iremos de inmediato.

–Imposible. –El hombre hizo una risa sarcástica– La única cabaña en este lugar es la mía, y lo más parecido a muchos kilómetros es la cabaña de el hombre millonario de el cual no quiero acordarme.

–¿Kilómetros? –Preguntó Samantha– Nosostros caminamos hasta aquí, sólo un día caminamos y tan solo nos quedamos a dormir una noche.

–No seas ridícula, la cabaña está al menos a seis días de este lugar, es literalmente imposible que hayan solo caminado un solo día. –Dijo aquél hombre–

Entre esa platica todos pudieron distinguir los gritos de aquellas criaturas, los cuales sonaban cada vez más cerca y sonaban como si una gran manada se acercara.
El hombre hizo una seña con su mano izquierda para que lo siguieran tras una roca muy grande que había cerca, todos se escondieron detrás de aquella roca, todos menos Josh. Josh se había quedado en el marco de la puerta de la tienda de comestibles, él tan solo estaba ahí, petrificado, mirando aquellas bestias, hasta que las bestias miran a Josh de vuelta y Josh caé al suelo, sus brazos y sus piernas comienzan a hacerse más grandes, su cara se deforma haciendo que su mandíbula tenga unos grandes dientes afilados para al final levantarse y convertirse en una de aquellas criaturas, pero esta criatura que hacía pasarse por Josh era más grande y más terrorífica que las demás.
La criatura que se hacía pasar por Josh grita de una manera muy ensordecedora y se empieza a acercar lentamente hacia donde estaban los demás, el hombre viendo a esta criatura con una voz extremadamente baja dijo.

–Nesecito qué todos corran cuando yo lo haga, no se detengan por nada que vean o escuchen, los llevaré a donde yo vivo.

Todos estaban paralizados ya que esta criatura solo estaba viéndolos muy fijamente y estaba babeando un líquido viscoso y negro que salía de su boca hasta que el hombre aquél comenzó a correr.
Apenas el empezó a correr todos lo siguieron y las criaturas no fueron la excepción, todos corrían aterrorizados hasta qué Madisson cayó al suelo, todos siguieron corriendo excepto Albert, Albert al ver esto le gritó a aquel hombre quien era el que tenía la escopeta, El hombre en fracciones de segundos ya estaba corriendo hacia donde estaba Madisson en el suelo, pero cuando el hombre estaba a escasos metros, las criaturas también. El hombre muy lentamente cargó su escopeta y con gran puntería le puso una bala en el hombro de una de las criaturas, todas las criaturas al ver esto corrieron fuera de allí y el hombre y Albert levantaron a Madisson de el suelo, y después de esto comenzaron a caminar hacia la casa de aquel hombre.
Caminaban y caminaban por lo mas adentro y oscuro del bosque y parecían no llegar a un lugar, hasta que después de un gran rato caminando lograron ver todos una pequeña cabaña entre los árboles, unos metros antes de llegar a la casa el hombre les dijo a todos.

–Hay trampas de osos por todo el alrededor de la casa, tan solo tienen que seguirme el paso y estarán bien.

Todos empezaron a seguir al hombre y mientras caminaban todos notaron que las trampas para osos habían sido claramente usadas debido a qué había sangre en estas, todos al ver esto se asustaron un poco, pero tenían que confiar porqué realmente no había otra opción.
Todos lograron entrar a la casa sanos pero cuando entraron notaron que la casa parecía demasiado antigua, las ventanas estaban cubiertas con tablas, el techo tenía muchas telarañas, el piso de madera parecía tener muchas grietas y la única entrada de luz que había en la casa era un gran hoyo que había en el techo, el hombre dejó su escopeta en una mesa que había por allí y se dio la vuelta para poder verles la cara a todos y en voz alta dijo.

–Mi nombre es Frank Grimes, llevo atrapado aquí desde el año pasado y esas criaturas parecen ir en aumento. Verán al igual que usted yo vine a unas vacaciones con mis colegas, todo era normal hasta qué... Hasta qué llegó una de estas asquerosas criaturas a nuestra cabaña, los mató a todos, tan sólo yo quedé con vida, yo intenté correr fuera del bosque pero parecía dar vueltas en círculos, el bosque jamás acababa, ese mismo día tres de esas criaturas me lastimaron mi rostro y ahora estoy como estoy, descubrí esta cabaña después de muchos días de caminar por aquí, intenté hacer mi mayor esfuerzo por tener contacto con el exterior pero es inútil.

–Tenemos mucho miedo, señor Frank, se lo suplicamos déjenos quedarnos aquí hasta descubrir cómo salir de todo esto. –Dijo Samantha con sus ojos en lágrimas–

–Pueden quedarse, dormirán en el suelo porqué no tengo donde ponerlos a dormir, mi casa solo tiene tres reglas. Número uno, nadie sale a no ser que sea por comida o por una de esas criaturas, número dos, una vez las luces apagadas nadie puede encenderlas y por último, nadie puede gritar.

Todos asistieron sus cabezas un poco nerviosos y Frank se fue a su habitación.
La noche llegó, y Frank salió de su habitación apenas vio al sol esconderse, él vio a todos acostados en el piso, parecían demasiado cansados, pero se fue a cada parte de la cada, apagando vela por vela y solo dejó una vela para lo último, la cual era la que estaba en la sala de estar, donde los chicos dormían, Frank apagó esta vela y se fue a su habitació nuevamente.
Y ahora la única luz que había y que iluminaba un poco era la luz de la luna y las estrellas la cual se colaba por el gran hoyo que había en el techo, pero Samantha parecía tener un insomnio increíble, el cansancio no era nada comparado con el pensamiento de recordar a Josh convertirse en una de aquellas criaturas, Samantha se levantó para ir al baño, pero cuando iba de camino sentía que alguien la observaba y su intuición jamás fallaba, Samantha miró a su alrededor pero al parecer no había nada, así que Samantha solamente entró en el cuarto de baño. Pero la intuición de Samantha jamás se equivocaba, una de aquellas criaturas se asomaba por el hoyo que había en el techo y tan solo miraba con deleite y con mucha sed de muerte a Dott, específicamente a ella, la criatura entró a la casa muy silenciosamente y se acercó hacia donde dormía Dott junto a Thomas, la criatura tocó suavemente la cara de Dott hasta que escuchó la puerta de el baño abrirse, la criatura al escuchar esto con sus agudos sentidos, corrió hacia el hoyo del techo y con mucha flexibilidad saltó fuera de la casa, Samantha se acostó nuevamente en el piso junto a Stan, y la criatura nuevamente asomaba su cabeza por el hoyo del techo, mirándolos ahora a todos con sed de sangre.

El Final De NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora