El Final De Nosotros

Capítulo 11: La habitación del miedo

El carnicero caminaba rápidamente hacia Madisson y con una fuerza descomunal en sus grandes y gordos brazos, le dio un golpe con su mano izquierda en la cara a Madisson, haciendo qué esta quedara inconsciente.
Madisson quedó totalmente inconsciente y en sus pensamientos lo único que podía ver eran aquellas criaturas, hasta qué despertó. Madisson estaba en una habitación, padres de madera, suelos de madera, parecía ser todavía aquella casa pero, Madisson devolvió su vista hacia abajo y vio que su cuerpo se encontraba totalmente desnudo, Madisson de su miedo se levantó rápidamente de el suelo pero al intentarlo se dio cuenta de qué estaba atada de manos y pies con cadenas de hierro que parecían estar pegadas al piso. Madisson envuelta en su miedo notó tan sólo unos minutos después que su pelvis dolía demasiado, como si alguien la hubiera pateado varias veces en su abdomen, pero, Madisson empezó a caer en cuenta de qué estaba desnuda en una habitación totalmente vacía y sin ventanas, su pelvis dolía mucho, había sido violada.
La mente de Maddison comenzó perderse mientras más pensaba en ello, pero después de estar estática unos cuantos minutos, Madisson escuchó que entre la sombra de aquella habitación se avecinaba algo, parecía ser una criatura la cual rasgaba con sus uñas el suelo de madera.
Madisson se hizo lo más atrás que las cadenas la dejaron, hasta que esta criatura salió de la sombra. Parecía estar muy hambrienta ya que salía baba de su boca, la criatura realizó un gritó el cual hizo que los oídos Madisson retumbaran y unos momentos después de ese grito que estremeció a Madisson, la criatura se intentó abalanzar sobre Madisson.
La criatura intentó saltar pero cuando lo intentó, algo la retuvo donde estaba que era a unos cuantos metros de Madisson, la criatura estaba también amarrada con cadenas las cuales estaban pegadas al suelo, el miedo de Madisson disminuyó considerablemente al ver que esta criatura no iba a poder atacarla, o al menos hasta que supiera como desatarse de sus ataduras.
Pero mientras Madisson pensaba que lo podría hacer esta criatura, los ahora rehenes estaban aún en el granero, Dott estaba totalmente cansada, muy pálida y lo único que podía ver era a Thomas siendo asesinado por las criaturas, Frank estaba ansioso, sus manos sudorosas y su único pensamiento era Madisson, Albert, tan sólo estaba asustado, ni siquiera podía pensar en nada, Stan estaba muy asqueado por su entorno pero al menos tenía a Samantha, la cual estaba también muy asqueada pero sobre todas las cosas muy asustada y por último, los nuevos amigos de nuestros rehenes, Valery y Elías, tan sólo habían estado unas horas juntos pero todos podían notar que ellos eran muy cuerdos a comparación de los otros dos hombres que estaban allí, ellos dos tan solo miraban hacia la nada, no movían un solo músculo, tan sólo se limitaban a respirar y parpadear, pero todos los rehenes tenían algo en común aparte de lo obvio, cada uno de ellos estaba sentado en el suelo.
Pero lo que más había en el ambiente era silencio, demasiado silencio para haber en aquel granero nueve personas, pero esto no duraría mucho.
De un pronto a otro se abrieron las puertas del granero, haciendo qué toda la luz de la tarde entrara allí, cuando todos pudieron enfocar sus ojos pudieron ver a dos hombres de aspecto sudoroso, tenían puesto un mono azul, un delantal de hule, botas, una mascarilla y en sus manos cada uno tenía sangre y los dos tenían un cuchillo de carnicero. Los hombres entraron y se acercaron a los otros dos hombres que parecían ser los menos cuerdos de todo el grupo, cada uno tomó fuertemente del cuello a uno de los rehenes y los empezaron a arrastrar hacia afuera y, una vez afuera los hombres junto a los rehenes, cerraron las puertas del granero y se fueron de allí.
Frank se asustó mucho al ver a estos hombres, y se levantó del suelo y le preguntó a Elías y Valery.

–¿Qué les van a hacer a esos hombres?.

–Lo más probable, y los más obvio creo yo, es que los van a matar, de una manera cruel probablemente o los dejen libres, todo es cuestión de percepción. –Dijo Elías con su voz de pocas esperanzas–

–Tenemos que hacer algo –Dott se levantó del suelo e intervino en la conversación– La verdad yo no me quiero quedar en este lugar uno o dos meses hasta que alguien o algo llegue a matarme. Hay que escapar.

–¿Y tú crees que no lo hemos intentado Elías y yo? –Se agregó la pregunta de Valery a la conversación– Lo hemos intentado millones de veces, escaparnos por las tablas rotas, hacer un túnel, matar a un guardia, todo, lo hemos intentado todo y aún así seguimos aquí.

–¡Pero algo podremos hacer! –Exclamó Dott– Ustedes lo han intentado muchas veces pero tan solo ustedes dos, ahora somos más, y podemos idear un plan que de verdad sirva o al menos intentarlo y morir en el intento, yo la verdad prefiero morir intentándolo que morir esperando.

–Yo concuerdo con Dott –Dijo Frank– No voy a morir aquí.

Todos los que faltaban de levantarse del suelo lo hicieron y concordaron que nadie quería morir en ese lugar.
Pero la noche ya se avecinaba era imposible idear un plan y ejecutarlo esa misma noche así que con toda valentía, Samantha dijo en voz alta.

–La noche ya viene, es mejor idear el plan mañana y ejecutarlo pasado mañana, pero hay que tener mucho cuidado. Frank tu llevas más tiempo solo aquí, tu debes de tener un poco más de conocimientos, tu nos dirás cual es el plan.

–¡¿Qué?!, ¡No!. –Exclamó Albert– El puede llevar lo que sea en el bosque pero yo sé más cosas que el, yo soy mucho más útil que el.

–Oh por dios, Albert, esto es solo porque Madisson me prefiere a mi que a ti. Oh no pobre Albert ni siquiera su esposa lo ama, si ella no lo hace, ¿Entonces quién, Albert?. Nadie aquí simpatiza contigo, así que dejame a mi hacer el trabajo. –Dijo muy enojamente Frank–

Albert se abalanzó sobre Frank y esto causó que este cayera al suelo, haciendo que Albert quedara encima de él. Albert golpeó en la cara a Frank y esto hizo que la nariz de Frank sangrara, Albert muy furioso le gritó a Frank.

–¡Crees que mi esposa te prefiere, ella no lo hace!, ¡¿Cómo puedes ser tan estúpido de creer que una mujer que te conoce hace unos días te va a preferir sobre mí?!, Que soy su esposo, que la conoce de años.

Frank con sus fuertes brazos quitó a Albert de encima suyo, Frank se levantó del suelo y después de una respiración profunda le dijo tranquilamente a Albert.

–Eres tan impulsivo, tan idiota. Tu solo ves en Madisson un objeto, yo veo una mujer, una mujer que merece todo en este mundo y el amor no es conocer a una persona de años sino es tratar a esa persona como se merece, tratarla con cariño y respeto y sobre todas las cosas, ayudarla, y eso, es lo que menos veo que tu hagas.
Es mejor dormir, mañana hay que idear el plan y saber que es lo que vamos a hacer.

Frank buscó entre todas las eses de animales el lugar más limpio y se acostó a dormir en ese lugar el cual estaba en una esquina del granero. Todos después de un momento de silencio y miradas entre sí, hicieron lo mismo que Frank, apesar de no encontrar un lugar totalmente limpio, pudieron encontrar un lugar donde no habían tantas eses y si las habían estaban secas, todos ya distanciados y acostados en diferentes lugares trataron de conciliar el sueño lo más que pudieran.