-Hay que seguir, las criaturas nos alcanzarán si no nos movemos rápido. -Dijo la mujer asiática mientras recobraba la postura-
Todos empezaron a seguir a aquellas tres personas hasta dicho campamento.
Los pies fatigados de los ahora rehenes hacían que se tropezaran pero ellos sabían que sí hacían algo mal que a aquellas personas no les agradara, una muerte es algo que si estaría asegurado para ellos. Pero después de caminar unos cuantos minutos por el oscuro y húmedo bosque se pudo ver entre los árboles grandes tiendas de campaña, parecían también haber algunas casas muy rústicas en plena construcción y en lo más lejano se podía ver una gran casa, era de madera, muy rústica, parecía haber sido hecha con los árboles de el bosque y lo más impactante para todos fue que habían personas, había adultos, niños y ancianos caminando por allí. Pero sin más el hombre musculoso dijo.-Hay que entrar a la casa grande que esta en el fondo, no hablen con nadie, no miren a nadie. Tan solo limitense a caminar.
Todos asintieron sus cabezas y empezaron a caminar y a adentrarse en el campamento.
Todas las personas los miraban con una mirada muy extraña, parecía si pudiesen ver sus pecados a través de sus ojos pero, finalmente pudieron llegar a la gran casa. Los dos hombres abrieron las puerta y los rehenes y la mujer asiática pasaron dentro, justo después, entraron los dos hombres y cerraron las puertas. Habían todavía más personas allí, todos los rehenes se preguntaban, ¿Como es posible que hubiera tantas personas en el bosque aquél?, los pensamientos de cada uno eran dispersos al caminar y ver que en cada pasillo por el cual los llevaba aquellas personas habían personas. Hasta que finalmente llegaron a una habitación y la mujer asiática dijo.-Pasen, el jefe los espera allí dentro.
Los hombres abrieron las puerta y los seis rehenes pasaron dentro, al entrar se puso ver un escritorio frente a ellos y a un hombre trajeado, parecía de alrededor de unos cincuenta años, tal vez más. Entonces el hombres con una voz ronca dijo.
-¡Que sorpresa!, nuevos invitados.
-¿Qué es lo que quieren de nosotros?. -Preguntó Stan-
-Como ya bien sabemos todos aquí, esas criaturas pueden tomar una forma humana, como la tuya o como la mía, y la verdad aquí nadie sabe quien es quien. No soy su enemigo, ustedes mismos lo son.
Todos se empezaron a mirar entre sí con un poco de angustia y, con un poco de temor Samantha dijo.
-Ninguno aquí es una de esas cosas, eso lo puedo asegurar.
-Yo eso nunca lo podré saber -Dijo el hombre mientras se ponía de pie- Mi nombre es, Oliver Perlman, el jefe de este campamento. Cada uno de aquí se irá hacia el granero, junto a las otras personas, si llegan a intentar escapar la muerte es segura.
Oliver llamó a los hombres que escoltaron a nuestros rehenes para que entraran, ellos entraron y ahora los escoltaron hasta dicho granero. Todos comenzaron a salir en órden y la última en salir fue Madisson, Oliver vio a Madisson y se acercó hacia ella rápidamente y la tomó de su brazo y le dijo.
-Tú no, rubia, tú te quedas conmigo.
Oliver empezó a tomar a Madisson de su brazo y a llevarla hacia él, Frank notó esto y rápidamente le pegó a una de las escoltas en la cara con su codo y corrió hasta donde Madisson y muy furioso dijo.
-¡A ella no te la llevas!.
Oliver sacó una pistola de su bolsillo y le apuntó a Frank en su cabeza y le dijo.
-Ten mucho cuidado, Frank, hace tiempo te he visto en el bosque.
La escolta golpeada se acercó hacia Frank y lo tomó de su brazo fuertemente y lo puso en la fila junto a los demás.
Los escoltas y los rehenes salieron de aquella casa y al salir un frío y miedo se avecinaba por las espaldas de los rehenes, las escoltas comenzaron a caminar y los rehenes los empezaron a seguir. Mientras más se alejaban de él campamento el bosque se hacía cada vez más oscuro, hasta que después de caminar unos cuantos minutos llegaron hasta el granero. Era de madera como todas las casas allí, la madera parecía húmeda y estaba llena de hongos y moho, pero el hombre musculoso dijo en voz alta.-Aquí es donde se van a quedar, recibirán comida claramente, solo tienen que pedirmela a mí. Mi nombre es Michael, tan solo griten hasta que yo los escuche.
Michael y el otro hombre abrieron las puertas de el granero y lo que los rehenes vieron los dejó atónitos.
Habían al menos cuatro personas en aquel granero, parecían algo desnutridos, también había animales, algunos cerdos, dos vacas y un perro, el perro parecía estar en agonía. Los rehenes entraron y Michael quitó sus esposas uno por uno, cuando al fin finalizó ambos hombres salieron del granero y Michael antes de cerrar las puertas del granero, dijo.-Algún día volverán a ver la luz del día, lo prometo.
Michael cerró la puerta y dejó a los rehenes en el granero.
Todo era oscuridad y la única luz que entraba era lugar era la de algunos tablones de madera del techo de el granero, el sol iluminaba muy poco el lugar y el olor de eses de animales era horripilante. Después de unos cuantos minutos, Samantha ya cansada de el silencio amenazador dijo.-¿Qué hacen aquí, tan solo esperar a qué algún día ese idiota nos saque?
Una de la mujeres de allí con pocas fuerzas en su voz dijo.
-Soy Valery y creo que este ya es el día dos de qué no recibimos alimento. Lo único que se puede hacer aquí es esperar a la muerte o que alguna de esas criaturas llegue a matarnos, como mataron a mi esposo.
-¿Pero cuanto tiempo han estado
aquí? -Preguntó Albert--Creo que al menos, unos cuatro meses sino es que más. -Dijo un hombre que estaba allí- Mi nombre es Elías, yo tan solo vine a Sierra Nevada a unas vacaciones con mis hijas, cuando esas criaturas llegaron al lugar donde estábamos, mataron a mis hijas sin piedad alguna. Y después de eso fui un forastero hasta qué un grupo de personas me trajo aquí y me encerraron en este lugar, Valery y yo que somos lo que estamos más cuerdos, salimos a ver la luz de el sol una vez cada mes.
Mientras nuestros rehenes estaban encerrados en aquel granero. Madisson y Oliver todavía se encontraban en la habitación de aquella casa.
Madisson tan solo estaba sentada en una silla frente al escritorio de Oliver y, Oliver caminaba por toda la habitación, parecía estar pensando mucho en algo. Pasaron unos cuantos minutos cuando Oliver al fin se detuvo y le dijo a Madisson mientras se acercaba a ella y tocaba su cabello.–Eres muy hermosa, demasiado.
–¡Eres un maldito cerdo!, ¡Déjame salir de este lugar!. –Dijo Madisson mientras quitaba la mano de Oliver de su cabello–
–¡¿Te crees muy lista?!. En este lugar mando yo, yo digo cuando se come, cuando se reza y cuando se duerme, aquí nadie hace nada sin mi permiso.
Madisson tenía un enojo interno muy grande, ella tan solo se quería levantar de su silla y golpear la cara de Oliver, pero, antes de que sus impulsos se desataran, la mujer asiatica que escoltó a los rehenes, abrió la puerta rápidamente y dijo.
–Jefe, los cocineros dicen que la comida esta casi lista.
–Perfecto, Ally. Creo que a nuestra amiga rubia le hace una visita a la cocina de el campamento.
Oliver tomó fuertemente del brazo a Madisson, ella se resistió un poco pero al final no tuvo más opción que dejarse.
Oliver sacó a Madisson fuertemente de su brazo de la habitación y caminaron rápidamente hacia la cocina de el lugar, y después de caminar por algunos pasillos llegaron a una puerta, ambos se quedaron fuera y Madisson tan solo podía escuchar el movimiento de los cuchillos y sartenes y el sonido de como cortaban carne.
Oliver abrió la puerta y empujó a Madisson dentro a la habitación la cual era la cocina, Oliver entró justo después de aventar a Madisson, pero cuando Madisson volvió su mirada a las personas que estaban allí ella pudo ver como en aquellas tablas para picar habían restos humanos, cabezas humanos había por doquier, brazos, muslos, pies, y todo era humano y lo estaban cocinando. El lugar tenía un olor similar a panceta de cerdo pero mucho más fuerte.
Madisson estaba aterrada y tan solo quería correr de allí hasta que uno de los carniceros se acercó hacia ella con un cuchillo lleno de sangre.
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El Final De Nosotros
رعبSamantha junto a seis amigos más, planean ir a quedarse a una gran y hermosa cabaña en lo alto del monte Sierra Nevada, cazar animales pequeños y grandes es su misión, y la diversión no falta en lo absoluto, pero todo es normal hasta que se enteran...