Capítulo 9: El inicio del fin

11 1 0
                                    

Samantha al escuchar a estas criaturas trató de escabullirse entre los arbustos para llegar al lugar donde estaban todos.
Samantha llegó al lugar corriendo y muy agitada y cuando llegó lo que vio la dejó perpleja, eran seis de aquellas criaturas las cuales estaban frente a ellos pero no hacían nada, parecían inmóviles, al igual que todos allí. Frank muy lentamente bajó su mano hasta su bolsillo y sacó un arma pequeña, la cargó, pero justo cuando este sonido retumbó en los oídos de aquellas criaturas, la más grande y con aspecto asqueroso, gritó, dejando que su aliento a putrefacción llegara a las fosas nasales de cada uno de los allí presentes. Frank se quedó quieto hasta que notó que había algo extraño que era diferente en aquellas criaturas, sus ojos. Los ojos de aquellas criaturas no eran como los de las demás, eran totalmente negro y había una secreción que brotaba de ellos, la criatura que había gritado caminaba por el lugar pero, parecía ser ciega ya qué no parecía ir hacia alguien en concreto, tan sólo caminaba por allí. Frank se movió unos centímetros y efectivamente, las seis criaturas que había allí eran ciegas, Frank miró a los demás los cuales también lo miraban a él y les hizo una seña con su mano izquierda para que caminarán hacia un árbol muy alto.
Todos caminaban muy despacio y sin hacer mucho ruido para no alertar a las criaturas, Frank fue el primero en llegar a atrás de el árbol, siguieron Samantha, Stan, Albert y Madisson, Dott llegó un poco lento pero al menos piso llegar, pero Thomas caminaba muy lento ya que su miedo al ver a estas criaturas tan horrorosas aumentaba. Thomas caminaba muy despacio y al estar casi a unos cincuenta centímetros de el árbol, se tropezó con la raíz de otro árbol y cayó al suelo, todas las criaturas escucharon a Thomas caer y fueron segundos los que bastaron para que todas se acercaran hacia Thomas, estaban a unos cuantos metros de él y una criatura de ellas con aspecto un poco enfermo y algunas manchas en su piel de color amarillentas se acercó corriendo hacia Thomas y con gran fuerza y con sus grandes uñas lo tomó de su estomago atravesándolo de lado a lado, Dott estaba apunto de vomitar al ver que su novio era atravesado por las sucias uñas de esta criatura. La criatura con su otra mano tomó a Thomas de su cabeza y la arrancó haciendo que muriera al instante, todas las criaturas al matar a Thomas corrieron de ahí, dejando un silencio mortal en el ambiente.
La respiración de Dott cada vez iba acelerandose más, al igual que su corazón, Dott quiso salir corriendo de allí, pero cuando lo intentó, Frank la tomó fuertemente de su brazo y con su cabeza se negó ya qué a lo lejos se podía ver a un grupo de personas que venía con armas, Frank en una voz muy baja dijo.

-Ahí viene un grupo de personas, o nos pueden ayudar o nos pueden matar. -Frank hizo una respiración profunda- Hay que salir.

Todos asintieron con su cabeza y salieron hacia donde estaban aquel grupo de personas.
Cuando salieron pudieron notar que era un grupo conformado de tres, un hombre alto, musculoso y con una barba muy prominente, una mujer, de estatura media, ojos claros y de rasgos asiáticos y por último otro hombre, el cual era alto al igual que el otro, era delgado y tenia un tatuaje de una serpiente en su rostro. Apenas estos tres vieron a Dott, Madisson, Samantha, Stan, Albert y Frank salir de la oscuridad, les apuntaron con sus armas y en voz alta el hombre musculoso dijo.

-¡Quietos!, todos de rodillas.

Todos se pusieron de rodillas en una fila y miraban hacia adelante. Estas personas se acercaron hacia cada uno de ellos y los miraban con desprecio parecía que les tenían odio, la mujer asiatica de su bolso sacó esposas y comenzó a esposar y a levantar a cada uno, Samantha al notar esto le dio un ataque de pánico y gritó.

-¡Esperen, no queremos problemas!.

-¿Crees que a nosotros nos
importa? -Apuntó la mujer asiática a Samantha con su arma- Los llevamos hacia donde están los demás. El jefe verá que hacer con ustedes.

La mujer terminó de esposar a los demás y en voz alta dijo.

-Los llevaremos a nuestro campamento, junto a los otros rehenes. Si alguno de ustedes intenta escapar o algo parecido, los demás sufrirán las consecuencias.

Los ahora rehenes de aquellas personas se levantaron de el piso y empezaron a seguirlos hacia donde fuera que estuviese aquel mencionado campamento.
Caminaban entre barro, tierra y aveces césped color verdoso y aveces césped color amarillo, pero no parecían llegar a el campamento, Stan se encontraba totalmente fatigado, él suponía que todos lo estaban bajo aquel sol infernal y su miedo a hacer algo que molestase a aquellas personas. Cuando caminaban casi exhaustos, entre los árboles se pudo escuchar a una criatura, no estaba lejos por el sonido de sus gritos parecía que estaba a unos cuantos metros del lugar, el grupo se detuvo al escuchar a estas criaturas y el hombre delgado le dijo a la asiática.

-El lanzallamas, ¡Ya!.

Los pasos de la criatura retumbaban en los oídos de todos allí, la asiática tomó un lanzallamas no muy grande de su bolso y la criatura llegó al lugar.
La criatura gritó, dejando ver sus dientes afilados pero con gran valentía la asiática se acercó hacia la criatura y lanzó su poderoso fuego hacia esta, el brazo de la criatura hizo contacto con el fuego y al hacer contacto el brazo se tornó de un tono negro y muy arrugado. La asiática siguió lanzado fuego hacia la criatura pero de un pronto de otro la criatura con su brazo no quemado por la llamas, golpeó a la mujer, haciéndola caer unos metros lejos y haciendo que golpeara todo su cuerpo contra el tronco de un árbol, la criatura se dirigió hacia donde estaban los otros y se posó frente a ellos pero nadie podía hacer nada debido al miedo que esta les causaba, la criatura levantó su brazo y preparado ya casi para darles un golpe mortal a cada uno de allí. La asiática retomó fuerzas en ese momento y se levantó de él suelo con un solo en su columna, pero ignoró este dolor, corrió hacia el lanzallamas que había caído unos cuantos metros a su derecha y con gran velocidad se acercó hacia la criatura y gritando, la criatura se dio la vuelta y en cuanto esta se dio la vuelta, la asiática desprendió todo el fuego de el lanzallamas en la cara de la criatura, haciendo que la cara de esta, haciendo que la criatura gritara de dolor, revolcándose por todo el lugar para finalmente morir en pura y mera agonía.

El Final De NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora