Capítulo 8

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En realidad, Kong si evito vivir con sus padres por Alice, habían tenido una relación buena hasta que comenzó salir con Armand, la conducta de ella se volvió posesiva, celosa e intervenía en su relación, al principio dudo de Armand hasta que ella misma se le confeso. Aunque hablaron y aclararon las cosas seguía sintiéndose incomodo a su lado, pero al final ella es la madre de su pequeña sobrina y la niña lo adora, tal vez sus cuidados para con las dos se prestó a que el corazón de su cuñada se confundiera y viera amor de hombre donde solo estaba el de un guardián, como se lo pidió su hermano.

Por supuesto fue un tema que jamás conto a su madre o familia, entre sus secretos, estaba incluido su motivo de volver en cada vacación al hotel familiar, el mismo día, año tras año con la esperanza de encontrar al omega que inquietaba su corazón.

La comida como siempre era deliciosa y rodeado de todos los rostros que amaba era aún mejor, incluso contra los celos de su madre, Duvalin también recibió un platillo apetitoso y comía con ellos aun lado de la gran mesa a los pies de su amo.

Ahora había algo que debía que consultar porque no tenía idea de lo que sería mejor.

- ¿Qué regalo se le puede dar a un niño de 5 años? – se hizo un silencio total, la plática se apagó, incluso el repiqueteo de los cubiertos al tocar los platos ceso.

- ¿Regalo? ¿aun niño? – pregunto su madre con una mirada dubitativa

- Si, el siguiente fin es su cumpleaños... - sonrió al recordarlos

- ¿Es hijo de un gerente en el trabajo? ¿te invitaron a su fiesta? – dijo Belle mientras volvía a enrollar pasta en su tenedor.

- No, es un amigo mío y de Duvalin.

- Tío no puedo ayudarte soy niña y todo lo que se me ocurre es de niñas, pero creo mejor nos deberías que le gusta...

- Bueno le gusta Duvalin, los dragones, es bueno con sus patines, debe gustarle mucho caminar...

- Un triciclo hermano, por lo que escucho lo haz visto en el parque, sabe patinar pero ¿sabe andar en bicicleta?, también hay muchos juguetes de dragones.

- Un perro - dijo la pequeña Valery

- No, aun no puede tener uno, pero lo del triciclo me parece bien. – El no lo sabia pero sus ojos brillaban, Alice lo veía tratando de descifrar sus expresiones

- Hijo

- Si madre

- ¿Te gusta la madre del niño?

- ... ¿Qué? No, no hay nada de eso, el pequeño me agrada mucho... - ¿le gustaba Arthit?

- Bien, pero debes ser consiente que con el corazón de una mami soltera no se juega, acabas de terminar recientemente tu relación con Armand ¿Esta vez será para siempre? ¿Qué hay sobre tu amante de veranos? – Al escuchar esto último casi se atraganta.

- ¿Qué amante?

- Bueno la razón de venir si o si a Tailandia ¿algún día le hablaras a tu madre de ese amor?

¿Cómo se le ocurrió pensar que su progenitora no lo sospecharía? Pero... ¿Qué pensaría si le dijera que existe una pequeña posibilidad de que ya tenga otro nieto o nieta? No, no podía decirle eso, se lo oculto porque la muerte de su hermano era muy reciente, para darle más preocupaciones de algo que además era un supuesto.

Al segundo encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora