Capítulo 24

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- Vaya, ¿te imaginas que un hombre yo como se va arrodillar ante ti? ¿Qué harás sino? ¿me doblegaras con feromonas?

- No dije que me suplicaras a mí, hablo de Arthit, y no es necesario gastar feromonas, cuando no tenga nada incluida la libertad no solo estará dispuesto arrastrarse por un poco de piedad.

- Jajajajaja ¿mi libertad?

- Sabe, creo que debe sentirse muy arrepentido de no haber amado apropiadamente a mi Sol, de no haber creído en sus palabras cuando le dijo que el padre del niño no era un don nadie, porque no solo tengo una buena posición económica ¿realmente cree que todo mi intelecto esta en ser CEO de una Desarrolladora? Realmente me temo que me subestimo demasiado, no importa que tanto haya tratado de ocultar los asuntos sucios, hay muchas maneras de llegar a cada una de su basura.

- ¿Qué quieres decir? - Esta vez su mirada se lleno de pánico, pero Kong vio su reloj.

- Mi madre háblame de mi madre...- era algo que estaba circulando en su mente durante mucho y ver a Kong tomar el tiempo.

- La tienes aun lado pregúntale lo que se te de la gana, vienes a mi casa amenazas y...

- No, hablo de Sol, tío háblame de mi madre... -

- Con que eso es lo que descubrió tu.... Jajajajaja ahora que lo pienso eres tan igual a ella, no solo en físico también tenías que deshonrar a la familia con un hijo bastar...

- ¡BASTA DEJA DE INSULTARLO! - todos giraron sorprendidos a ver a la madre - ¿de que asuntos sucios habla? ¿los mataste verdad? Me mentiste y fuiste tu...

- Ahora vas a defenderlo.

- Los debí proteger mejor a los tres de ti, ya sé que me iré al fango contigo, pero antes de eso esta vez, aunque sea solo una vez en mi vida hare algo bien... Arthit yo te hablare de tu madre... síganme...

- ¿A dónde mierdas...? – El hombre desesperado trato de detenerla, pero esta vez Kong libero feromonas.

- Si confías en ella ojos, ve, yo me quedo con estos dos...

- Si...

Hija y padre se quedaron quietos mientras Arthit salió tras la mujer, pensó lo llevaría al piso de arriba, contrario fueron a la cocina y abrió la puerta del almacén, la vio con duda.

- No tengo intención de hacerte daño, es el único lugar donde tu padre bueno mi esposo nunca buscaría, entrare primero ten la llave...

Había un sótano descendieron 15 escaleras  y entonces un gran cuarto con un montón de cajas polvorientas se ilumino.

- Aquí están los cuadros que pude rescatar, tus dibujos de cuando eras niño y bueno también lo que Sol hizo...

- ¿Por qué?

- Se que crees que no te quiero, porque fui fría contigo, pero Arthit, si yo demostraba amor por ti, mas duro seria para ti.

- ...

- Sol, eres demasiado como ella, hermoso, amable, talentoso, con un gran corazón, por fortuna fuiste un niño sano, cuando se supo de su embarazo fue un caos, tus abuelos se sintieron tristes y decepcionados mas porque ella se negaba a decir quien era el padre, siempre dijo: lo sabrán cuando venga a mí. El nunca llego tarde nos dimos cuenta que fue porque mi esposo desvió las cartas enviadas y recibidas, me entristece pensar que murió creyendo Yenru dejo de amarla. - Arthit tomaba con cuidado cada objeto que le entregaba, aunque no quería llorar las lágrimas en gotas para humedecer lo que sostenía en sus manos- Te conoció. – acaricio sus mejillas para limpiar las lágrimas- ella te dio tu nombre incluso nos pidió cuidarte, fue su deseo que te ocultáramos la verdad, pensó ciegamente que serias mas feliz de no saber de su existencia, ¿Cómo le explicaran a mi hijo que su madre se dejó engañar y su padre jamás nos amó? Falleció una semana después de darte a Luz.

Al segundo encuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora