19. Prueba

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"Reunión en el muelle, 5:00 p.m"

Eso decía el mensaje en el teléfono de los cuatro. El primero en entrar en pánico fue obviamente Atsushi, su preocupación contagio a su pareja, les siguió Dazai y por más raro que suene, Chuuya se encargó de tranquilizar a la bola de pendejos.

Ya se imaginaban para que era, pues casi dos meses sin actividad extraña o sospechosa tenía que ser por algo. No les quedó de otra que ir, ya que el aviso era directamente de los jefes.

No irían sin un plan, por lo que acordaron hacer todo lo posible si es que decidían ser extremistas y enviarlos a Egipto para ejecutarlos. ¿Qué? Asi funciona en la mente de Dazai cuando entra en pánico.

Las cosas entre los cuatro estaban bastante bien. Chuuya como la madre del grupo, Dazai como el padre ausente que sólo aparece cuando le conviene y Atsushi y Akutagawa como la pareja de niños pequeños que deben ser protegidos.

Tuvieron tiempo de sobra para conocerse y reforzar lazos. Incluso sospechaban de una posible atracción amorosa entre ambos superiores.

Dejando de lado el chisme romántico, llegaron por separado Agencia y Port Mafia, para evitar sospechas cuando quizás era más que obvio.

Ahí estaban los dos líderes, Yukicki Fukuzawa presidente de la Agencia Armada de Detectives y Mori Ougai jefe de la Port Mafia. Ambos con un semblante serio y firme, dejando en claro quien haría las preguntas.

- Me alegra que vinieran chicos- Saludó Ougai con alegría

- Es un placer reunirnos después de múltiples victorias y un funcional tratado de paz- Siguió Yukichi

Mientras que los mafiosos hacían una reverencia, los agentes miraban curiosos.
Obvio todo era parte del teatro.

- ¿Y a qué se debe presidente? No creo que sea por el vino de Chuuya roto

- Me encantaría golpearte ahora mismo bastardo, pero por lo visto hay cosas más importantes...- Contestó a regañadientes

- En efecto Chuuya-kun, y me gustaría iniciar con los dos causantes de esta reunión tan inesperada

- Atsushi, Akutagawa, al frente de los dos por favor- Pidió el presidente

Los dos tragaron en seco, sabían lo que les esperaba, aún así reunieron valor y pasaron al frente de los dos líderes.

- Primero que nada, ¿qué tal estos últimos meses chicos?- Preguntó el jefe pelinegro curioso

- En este tiempo me he relajado más de lo normal, supongo que se debe a la falta de contrincantes después de lo sucedido con Fyodor y sus ratas- Contestó Akutagawa

- Digo lo mismo, tuve tiempo para superar la muerte del director del orfanato y disfrutar de cosas simples, los juegos del parque por ejemplo- Le siguió Atsushi

- Eso me alegra tanto, ¿qué tal su rivalidad? ¿Ya superaron sus traumas juntos tal y como prometieron?

Mori sabía lo que hacía, meterle más leña al fuego para ver como ardía. Era una jugada rápida, ver como las dudas atacan y terminan confesando ellos mismos.

Lo que no se esperaba eran sus miradas cómplices de algo más... algo que sólo ellos sabían o quizás planeaban.

- En realidad, cumplimos nuestra promesa unos meses atrás cuando nos ayudamos mutuamente- Dijo Atsushi confiado

- ¿Ayudarse?- Preguntó el presidente igual de sorprendido que Ougai

- Si, cuando nos veíamos seguido en el parque, cuando pasamos toda la noche en los juegos, cuando lo lleve a la feria y alguien me beso... ¿cierto Jinko?- Mencionó sonriendo.... ¿¡sonriendo!?

- Y luego alguien se me confesó... ya saben, cosas de la vida- Sonrió de igual manera

Sea lo que sea que estén planeando o haciendo, dejaba a los cuatro presentes congelados, emocionados y dudosos.
Chuuya quería abrazarlos, Dazai quería gritar, Mori quería celebrar y Fukuzawa felicitarlos.

Pero aún tenían un plan que seguir y una prueba que hacer.

- Entonces... ¿Te arrepientes de algo Akutagawa-kun?- Preguntó el Jefe con un cierto tono diferente al anterior

- No me arrepiento de nada- Contestó firme, manteniendo la mirada al frente

- Bueno, como sabes, la Port Mafia tiene una estricta política de lealtad - Hizo una señal a Yukichi para que alejara al albino de ellos dos - Por lo tanto...- Sacó un arma

- ¿Q-qué? P-presidente...- Dijo el agente alarmado intentando regresar sobre sus pasos

- Lo lamento, es asunto suyo- Respondió haciendo que Dazai lo detuviera, además de usar su habilidad para desactivar al tigre en caso de querer usarlo

- D-Dazai-san...- Murmuró con voz rota, pero el castaño no dijo nada

- Akutagawa Ryunosuke, perro de la Port Mafia, por mucho tiempo te considere uno de mis mejores chicos, incluso te llamaría hijo o nieto- Rió de sus propias palabras y apuntó a su frente con la pistola.

Akutagawa se mostraba frío, ni siquiera parpadeaba, sólo estaba ahí, aceptando lo que sea que fuera a pasar después.

- Estas acusado de traición a la Port Mafia y por consecuente, las reglas dicen que serás castigado con la muerte...- Dijo sin alguna emoción en particular - Aunque, si retiras lo dicho de hace un momento, te perdonare tu traición, así que vuelvo a preguntar... ¿Te arrepientes de algo Akutagawa-kun?

Atsushi era un lío, las palabras no salían pero las lágrimas si. Y salieron aún más cuando su pareja volteo a verle, dedicándole una bella y pequeña última sonrisa.

- No me arrepiento de absolutamente nada, fueron los mejores meses de toda mi vida- Contestó decidido sin quitar la sonrisa de su rostro

- Me sorprendes, pero no es la respuesta que te salvará... ¿últimas palabras?

- Te amo Atsushi Nakajima, te amo como nunca antes había amado a alguien...

Un disparo...
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Y una bala...
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La cuál nunca llegó.

Together // Shin SoukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora