Cuando te Conocí

Cuando Me Enamore

Capítulo 5

Note claramente como su rostro se fue acercando aun más al mío. Acaso, por esa posición ¿me besaría? Ahora ¿Por qué no me movía? ¿Por qué estaba dispuesta a recibir su cometido?

Me encuentro paralizada, lo tenía sumamente cerca, lo suficiente, que podía sentir su aliento chocar con el mío y, debo admitir que era delicioso pero no solo eso, ya que casi podía sentir sus labios rosar con los míos. Entonces, mi teléfono celular comenzó a sonar, ocasionando que Sesshomaru, se apartara de mí, con un movimiento de fastidio, que al momento, demostró frunciendo el ceño.

Así mismo, en cuanto se separo de mi, tome la cantidad suficiente de aire como si estuviera en un punto de morir asfixiada. Por inercia rápidamente tome mi celular en manos y revisé, era Kagome quien llamaba. Quede solo mirando la pantalla de mi teléfono sin intenciones de contestar, no lo haría, me sentí incapaz de hacer algo en ese momento, sentí mis manos temblar y de mi mente, no salía el hecho de que, hace unos segundos, estaba a punto de besarlo.

- ¿No vas a contestar? - pregunto con tono molesto haciéndome volver en sí

- Amm yo… - tartamudee sin razón, lo que era extraño si solo debería decirle "es Kagome" pero mi torpeza no me dejo, aún no tengo idea de porque no le respondí

- Entiendo, es privada - comento con el ceño fruncido, al parecer mi tonto tartamudeo le había hecho pensar mal

- ¿What? Ah no, no, es que… bueno, es… amm- y seguía con mis tartamudeos

- Está bien, luego te veo - finalizo

Dicho eso, se dirigió a su auto, entro y de inmediato arrancando, se fue. Dejándome boquiabierta. Observando cómo se alejaba, y viendo como poco a poco el auto iba desapareciendo de mi vista, comencé a sentir como mi pecho se fue inundando de un sentimiento extraño.

Acerque una mano al sitio y la planta como si intentara contener aquello que sintió pues, estaba combinado con una leve punzada. El verlo alejarse de esa manera, me había provocado aquella sensación, lo sé, porque al instante en que se fue, de mis labios, en un hilo de voz, salió un: No te vayas. Que se disolvió casi como un lamento.

Con la respiración agitada y ese dolor en mi pecho, entre a casa, no se encontró mi tía abuela Kaede, así que, subí a mi habitación; me acosté en mi cama, hundí mi cara en mi almohada violeta, mi celular seguía sonando pero como tratando de ocultarme, ignore en absoluto el sonido mientras soltaba suspiro tras suspiro, no sabía porque pero me sentí triste, desanimada, preocupada, me angustiaba que él, llegara a pensar que aquella llamada, era de alguien más, tal vez de otro muchacho.

Me sentí ansiosa quería ese beso, lo esperaba, lo deseaba y de un momento a otro se había ido, se me había escapado de entre los labios. Me coloque boca arriba de mi cama, tome mi cabeza entre mis manos y lo supe. Si, ahora lo sabía, él me importaba y mucho, la necesidad que tenia de verlo siempre, de inconscientemente querer hablar con él, la manera en la que me hacía sentir su presencia; tenía una razón de ser, y el quedarme con las ganas de sentir sus labios, de probar sus besos, significaba una cosa, Sesshomaru me encantaba, si, ese hombre, me volvía loca.

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Un kimono rojo vino, con puntas mostaza y flores moradas; era el que vestía ese sábado por razones del trabajo, era hermoso, tenía un pequeño corte en una de las piernas para dar a ver un poco de la feminidad de una dama (bastante coqueto para ser un kimono). Como siempre, atendía cordialmente a todos, pero algo no estaba bien, mi ánimo no era como el de costumbre, me sentía preocupada, en zozobra, suspiros escapaban de mí, reflejando mi angustia por lo pasado la noche anterior.