¿Olvidarte?

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Capítulo 14

Me encontraba sentada, ahí mismo donde solíamos hacerlo desde que entramos al campus Shikon, con el tenedor en mano daba vueltas al arroz que se supone debía comer, mi mirada estaba perdida, podía ver, las siluetas, sentir la presencia de mis amigos alrededor mío pero, no escuchaba ni un solo ruido, por mi mente pasaba aquella escena que hace unas semanas había vivido.

¿Por qué no me buscaste?

Porque así como tú no crees en mis palabras, yo no creo en las tuyas ¿Qué se podría hacer en uno de estos casos, cuando ninguno de los dos está convencido? Sabía que no me creerías, pero aun así, debías saberlo

Sesshomaru me había hablado de una forma tan insensible, después de mencionarme aquello, simplemente se había marchado dejándome dentro de la biblioteca, momento en el que me senté en un escalón y tomada del barandal me puse a llorar. Después de un rato, sabía que debía irme a casa pero, no fue diferente porque en cuanto llegue, hice lo mismo, desahogar todo ese dolor.

Hacia un par de semanas que había vuelto a comer con mis amigos, recuerdo bien que el primer día me inundaron sus preguntas así como comentarios: ¿Pero cómo paso Rin? No ¡puedo creerlo! ¿Es verdad, tú lo viste? ¡Qué infeliz! ¿Tú qué hiciste? ¡Qué imbécil! ¿Estás bien? Intentaba responder a cada pregunta que llegaba, aunque me costara hacerlo sabía que estaban indignados, enojados, preocupados.

Como siempre, Kykio me ayudaba y en cuanto notaba mi esfuerzo por contar nuevamente lo sucedido, intervenía para olvidar el tema.

Debo mencionar que a partir de que regrese con ellos, en ningún momento se separaban de mi, las cosas entre mis amigos, parecían estar como antes, de hecho hasta entre ellos todo estaba más que bien, Sango y Miroku últimamente se veían más que enamorados , Inuyasha y Kagome de igual forma, hasta Kykyio junto con Naraku compartían almuerzos con nosotros, Shippo comentaba mucho acerca de una linda chica, si, todos se veían tan radiantes.

Y yo, yo me sentí tan seca, nada era igual, al menos no para mí, yo, ya no era la misma. Sentía su apoyo, su cariño pero nada de eso llenaba el vacío en mi pecho.

Hacía días, notaba algo extraño, era con Sango, desde que nos habíamos vuelto a reunir, la observe fijamente y en su mirada podía percibir sentimientos encontrados, tal como; tristeza, si, tristeza, culpabilidad y un poco de vergüenza, tal vez, lo sucedido entre nosotras no se lo había perdonado a ella misma, por eso, se sentía en deuda conmigo.

- ¿"Rin"? - escuché a Sango llamarme, fue cuando regrese a la tierra y el dolor de las palabras de Sesshomaru las deje de lado por un momento.

- ¿Sí? - pregunte desubicada

- Oye… amm, sabes, mi hermano me ha comentado que se siente muy apenado contigo y pues… - se detuvo un poco y entre tartamudeos por fin hablo - Quiere… ver si… si… puedes hablar con…

- No me siento lista para hablar con Kohaku, Sango - aclaré interrumpiendo su tartamudeo

- Lo entiendo… pero… lo conozco, se siente muy mal por lo sucedido

La mire intentando creer lo que me decía pero por alguna razón le guardaba un poco de resentimiento a Kohaku.

- Lo siento amiga, por ahora no

Cuando te Conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora