Entregándome A Ti

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Capítulo 10


Faltaba poco para salir, alce la mirada al reloj de pared, solo era cuestión de un par de minutos más y mi turno, terminaría. Solté un profundo suspiro y abrace mi estomago, por extraño que fuera, ese día, sentía que el kimono me apretaba, incomodidad y frustración asechaban mi tranquilidad. Cerré los ojos, terminé de soltar aire e insatisfecha recordé la semana menos agradable que había tenido.

Recuerdo

Lo lamento Rin, pero eso no será posible

La profesora Kanna me había anunciado de la manera más indiferente, el rechazo a poder realizar mi servicio en el hospital Azusa. "Sueño frustrado"

Fui completamente claro, no te dejare ir tan fácilmente Rin

Kohaku no quitaría el dedo del renglón y en lo particular, me parecía completamente de mal gusto pero lo peor, era que no solo me lo había advertido a mí, sino también a Sesshomaru.

Te lo advierto, no me subestimes niña, porque aún no sabes, quién es Kagura

Kagura, me había declarado la guerra y yo, la había aceptado sin pensarlo pero, no solo eso, por como lo veía, no sería una rival fácil.

Fruncí levemente el ceño, no había sido un recuerdo agradable, pase saliva, abrí los ojos y en seguida, él, apareció frente a mí. Me miraba impaciente, cosa que al momento no entendí hasta que girando al reloj, me percate que ya había pasado mi hora de salida. Sobresaltada, me apresure a salir pues ese sería el día, en que Sesshomaru, me llevaría a su casa.

Me había quitado el kimono para ponerme algo más cómodo; un lindo vestido purpura de tiras, ajustado del busto. Sentía muchos nervios, dentro del auto, a pesar de tener ambas ventadas abajo, sentía como si estuviera dentro de un horno, apretaba los puños a la falta de mi vestido que se encontraba un poco arriba de mis rodillas, insistente mordía mis labios y temía que en cuanto bajara del auto caería al piso, pues mis nervios eran demasiados.

Faltando poco para llegar, fue que por fin vi, la gran mansión de Inu no Taisho. Sesshomaru se dirigió a la entrada de la gran casa y nos recibieron sus trabajadores, después de ayudarme a bajar, volteo la mirada a mí y plantando un dulce beso en mi mejilla entrelazo su mano con la mía. Trataba de que no se diera cuenta, que en cada paso mi respiración aumentaba de velocidad. Se abrieron las puertas y nos encaminamos dentro.

Realmente una enorme y bella casa, tomados de la mano, me llevo directamente a la sala de estar donde se encontraba un bellísimo piano. Quede asombrada, el más grande que había visto, era el de la sala de música de la universidad pero ese, era impresionante.

- ¡Guau! Es bellísimo, además de enorme – expresé – Amm – dudé - Tengo una pregunta

- ¿Dime?

- Si tienes un gran y hermoso piano en tu casa, ¿Porque vas a ensayar a la universidad? - pregunté curiosa

- Es irritante soportar a Inuyasha, y empeora al tener aquí a su novia – respondió sincero

- ¿Kagome…?

- Así es – afirmó

- Ya veo, pero, no deberías prestar mucha atención en eso – mencione sonriendo coquetamente

Cuando te Conocí Donde viven las historias. Descúbrelo ahora