Capítulo 25: La historia de un ángel

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Platico con Diana como hace tanto tiempo no lo hacía, este día ha sido realmente bueno, tanto que incluso puedo ver algo que jamás imagine que fuese a suceder, James y Hakael platicando como si fuesen buenos amigos, hoy por primera vez he sentido que Dios me ha escuchado y me ha brindado toda esa paz, tranquilidad, luz y felicidad que tanto le he rogado, alejando de mi vida por al menos un momento todo ese caos, tristeza, oscuridad y desgracia que me ha tocado vivir

—Te voy a extrañar tanto— Diana me abraza fuerte y siento mi corazón estrujarse mientras unas escurridizas lagrimas se escapan de mis ojos

—Yo te extrañare aún más— nos separamos e intentamos quitarnos las lágrimas del rostro, cuando James me sujeta fuerte de la cintura y me levanta del suelo girando ambos con la mirada al cielo. Toco el suelo de nuevo y fija su mirada azul en el gris de la mía

—Cuídate mucho bonita, sabes que puedes contar conmigo siempre, te quiero mucho— sonrío y toco su rostro. Pero la sensación de tristeza que de pronto me ha invadido al sentir su mirada conectada con la mía me hace sentir sofocada y un poco aturdida

—Yo también te quiero muchísimo— lo veo sonreír al escucharme, pero el brillo en su mirada no se encuentra mas

—Prométeme que te vas a cuidar mucho James, tu y Diana deben protegerse— las palabras salen por si solas de mis labios y veo que he tomado sus manos

—Sí bonita, no te preocupes, estaremos bien— besa mi mano y lo veo meterse del otro lado que nos separa

—Cuídate por favor, no se que es esto que siento, pero me asusta— Diana niega y levanta mi rostro

—Todo estará bien, vas a ver que cuando menos lo esperes nos volveremos a ver, se fuerte y no dejes ir a ese bombón que te come con la mirada— sonrío al escuchar aquello

—Te marco cuando lleguemos allá, te quiero amiga— me abraza con fuerza y las lagrimas brotan de mis ojos sin siquiera pedirme consentimiento, sé que esta sensación que se ha atascado en mi garganta no es buena

—Con mucho cuidado, me marcan apenas lleguen, los quiero mucho— grito con fuerza y veo a Diana pasar aquella puerta siguiendo a James

—Tranquila cariño, ambos estarán bien— asiento al escuchar las palabras de Hakael, lo agarro del brazo e intento sentir esa protección que siempre me ha brindado, pero esta vez se que algo ha cambiado...

Caminamos de regreso lentamente, la sensación de peligro no ha abandonado mi cuerpo y ver a las personas que se encuentran por donde pasamos solo hacen que aquella sensación aumente, pues sus ojos parecen oscurecerse al mirarme.

—Hakael— susurro su nombre y él se detiene

—No entiendo ¿qué sucede? — giro mi vista para mirarlo y la suya se oscurece apenas se cruza con la mía, el aire deja de correr por mis pulmones y veo como las personas alrededor sonríen mientras sus ojos se clavan sobre los míos...

NARRA HAKAEL

La cargo en mis brazos y siento un aroma peculiar en su piel, veo alrededor y me es difícil encontrar los ojos negros que se esconden detrás de algunas almas perdidas y en las esquinas mas oscuras del lugar. Salgo con ella en mis brazos y la acomodo en la camioneta, acelero de prisa e intento concentrarme en todo lo que se encuentra a nuestro alrededor.

Bajo a Hope y abro de prisa la casa, la acomodo sobre el sofá y paro en medio de la casa, cierro mis ojos para explorar el lugar más rápido y una vez que se que no hay nadie mas que ella y yo la tomo de nuevo y subo con ella dejándola en la tina del baño, abro el agua helada y comienza a cubrir su cuerpo, la desvisto rápido y arrojo su ropa a la basura, quito la mía y también la arrojo, veo mi rostro por unos segundos en el espejo cuando la escucho moverse

Despierta Ángel [Libro 2] |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora