IX

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IX

Draco había dejado atrás al ciervo plateado.

Harry lo odiaba.

—Un cervatillo —lo había llamado Andrómeda. Así era como llamabas a un ciervo bebé; los cervatillos tenían manchas en la espalda. A Harry no le importaba; el cervatillo era mudo. Parecía tonto, indefenso e inútil. La zorra había sido mucho más fría. Harry no entendía por qué, si Draco iba a dejar un Patronus para cuidarlo, no dejaría a la zorra. La zorra haría un mejor trabajo que un cervatillo.

Esa mañana, cuando Harry se despertó, no encontró a Draco debajo de él en las literas, sino al cervatillo. Cuidadosamente colocado sobre la silla del escritorio de Teddy, se había dejado un conjunto de ropa para Harry. La mochila de cuero que Draco había traído estaba en el asiento de la silla.

Con el corazón hundido cuando se dio cuenta de que Draco ya se había despertado y había comenzado a trabajar en el caso sin él, Harry se dirigió a la sala de estar. Andrómeda estaba en el sofá, leyendo un periódico.

—¿Dónde está Draco? —Preguntó Harry.

—Salió —Andrómeda bajó el periódico para pasar la página. Llevaba puestas unas pequeñas gafas y lo miraba por encima de las lunas—. Hay cereal si quieres. Y puedo hacer más té, si gustas —Volvió a acomodar el periódico. La imagen de una persona sobre una escoba se movió en la página.

—¿A dónde salió? —Preguntó Harry, comenzando a sentirse preocupado.

—Está trabajando para descubrir ese ingrediente.

—¿Sin mí?

—Evidentemente —contestó Andrómeda.

—Pero- ¡pero prometió que podríamos hacerlo juntos!

—¿Lo hizo? —Andrómeda pasó otra página.

Harry se estaba enojando ahora.

—¿No vas a decirme al menos a dónde fue?

Andrómeda dejó de leer el periódico rápidamente, luciendo un poco alarmada.

—Creo que pensó que sería demasiado peligroso. Ven —dijo ella, poniéndose de pie y dejando el periódico a un lado—. Vamos a comer un poco de ese cereal.

—No quiero cereal.

—Y a mí no me apetecía volver a cuidar a un niño de diez años, pero aquí estamos —Andrómeda se dirigió hacia la cocina, y eso fue todo.

-0-

Andrómeda también era mágica, por lo que no pensaba que él fuera un bicho raro, y tampoco tenía gatos. Eso la hacía mucho mejor que la mayoría de los adultos, a pesar de que a Harry no le gustaba la forma en que bromeaba. Ella parecía bromear mucho, pero él nunca estaba seguro de que lo estuviera haciendo, y por lo general, cuando sucedía, estaba bastante seguro de que era él de quien se estaba riendo. Harry, que estaba muy acostumbrado a que se burlaran de él de una manera cruel, no lo encontraba gracioso. Draco no se había burlado mucho de él, pero cuando lo había hecho, Harry siempre había entendido la broma.

Ella jugó algunas rondas de Snap Explosivo con él, lo cual no fue tan interesante como jugar con Draco, aunque le contó a Harry sobre su nieto Teddy. Era un metamorfomago, lo que significaba que podía cambiar su apariencia a su voluntad. Andrómeda dijo que esto resultó principalmente en que él tuviera el cabello azul, escamas y cuernos ocasionales, pero que a veces él no se vería físicamente como la misma persona de un día para otro.

Away Childish ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora