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Junio ​​de 2012
Harry Potter: 31 años
Draco Malfoy: 22 años

Harry entró en Elixires Especializados el día que Draco cumplió los veintidós, y lo encontró en su laboratorio. Sin embargo, al segundo que Harry dio el primer paso a través del umbral y vio a Draco, se congeló.

—No luzcas tan decepcionado —dijo Draco, apenas levantando la vista de su microscopio mágico—. No va a ser permanente.

Draco estaba calvo.

Más precisamente, su cabeza estaba afeitada, solo había una ligera pelusa en la parte superior donde había estado todo su cabello. Dado el tono de piel claro de Draco, la pelusa era de un color más oscuro de lo que Harry hubiera esperado. Claro, si hubiera estado esperando esto.

—Pero —dijo Harry—, ¿por qué?

—Mamá va a salir —dijo Draco, sacando un portaobjetos e insertando otro.

Hasta donde Harry sabía, Narcissa no vivió con Draco después de ser liberada de Azkaban. Hasta donde Harry sabía, ella fue trasladada directamente a la Sala Janus Thickey. Harry tragó saliva, preguntándose qué tanto sabía Draco en ese momento, y que tanto podría Harry contarle—. Pensé que le gustaba tu cabello. ¿No fue ella la que...? —Harry se detuvo, pensando que tal vez no debería recordarle a Draco que sabía lo de las cintas—. Pensé que era tu papá quien te hizo cortártelo.

—Mamá sabrá lo que significa si lo ve largo —Draco volvió a cambiar los portaobjetos, su atención totalmente enfocada en el microscopio—. Ella siempre sabe.

—Y no quieres que ella sepa lo que significa.

—¿Acaso quiero que ella sepa que fui a follar con Muggles porque tan necesitado estaba de una polla? La verdad es que no —Draco tomó otro portaobjetos y Harry estaba empezando a pensar que el microscopio era solo una excusa para que Draco no tuviera que mirarlo—. Te dije que no lucieras decepcionado —prosiguió—. Intenté algo. No funcionó.

—¿Qué quieres decir con que no funcionó? —Te follaron, ¿no?, Harry quiso agregar. No sonar decepcionado estaba resultando difícil.

Finalmente, Draco miró hacia arriba. Se veía absolutamente terrible. No era la falta de cabello, su cabello lo había hecho lucir tan hermoso que tenerlo todo afeitado debería haberlo hecho lucir mucho menos hermoso, pero ese no era el problema. De hecho, la falta de cabello resaltaba la delicadeza de sus rasgos, la agudeza de su mandíbula. Se habría visto tan bien como siempre, excepto que ahora la delgadez había llegado a la etapa de los huesos. Tenía grandes huecos debajo de los ojos, casi morados en su piel pálida. Sus ojos eran demasiado grandes. Harry sintió que podía ver huesos individuales en las manos de Draco.

—Siempre pensé que tal vez si follaba con algún tipo, solo con uno; no importaba quién, entonces tal vez podría sacarlo de mi sistema —Draco estaba hablando lentamente, sus palabras muy mesuradas—. No querría seguir haciéndolo y podría ser lo que mis padres querían que fuera. Creo que ambos sabemos que no funciona de esa manera.

—Esa no es una razón para rendirse —dijo Harry, acercándose.

—Por supuesto que no —dijo Draco, su tono burlón—. Pero descubrí algo más —Con cuidado, apiló un portaobjetos sobre otro—. Follar con chicos no es tan bueno como pensé que sería —Sus ojos se movieron rápidamente, captando la expresión de Harry—. Es bueno. Tenías razón; puede ser divertido. Pero no es lo más importante en mi vida. De hecho, he descubierto que ni siquiera es lo primero en mi lista.

—Pero es parte de ti —Harry se acercó un paso más.

—Al igual que mi cabello. Puedo cortarlo. A diferencia de otras partes de mí.

Away Childish ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora