♡⃕ 02 ♡⃕

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— Tranquila, no te haré daño

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— Tranquila, no te haré daño. ¿Cuál es tu nombre? — se sentó en el sofá.

— Noemi... — susurré.

— ¿Tu madre es... Jun? — él por su propia cuenta se fue quitando sus pertenencias.

Asentí.

— Esto es malo, que ella te involucre en esto no es correcto, ni sano para ti.

— Y-ya lo sé, pero es mi madre.

— No por ser tu madre tiene el derecho de arruinarte a ti. — me extendió sus anillos y su reloj, al igual que su celular.

Lo miré confundida, ¿enserio había hombres así?

— ¿Qué hace? Mejor váyase, ya veré yo qué le invento a mi mamá. — lo miré.

— Por lo que oí, si no cumplias tu tarea, te iba a ir mal.

— Bueno, sí, pero no importa. — rasqué mi muñeca.

— Quiero pensar que ella te da las necesidades básicas que cualquier otra madre ¿no? — ignoró lo que le dije.

— Si se refiere a comida y escuela, sí.

— ¿Ropa? No es por juzgar, pero tu suéter tiene bastantes hoyos.

Mis mejillas enseguida se tornaron rojas.

— También, sólo que hoy quise ponerme esto. — mentí, ahora que lo recordaba, mi madre tenía años que no me compraba ropa.

Igual, no era tan necesario ya que me seguía quedando la antigua.

— Dejaré esto acá. — todos los accesorios que se había quitado anteriormente los dejó en el sofá. - Toma, seguro ella no te da nada de lo que gana. — me extendió un par de billetes.

Negué.

— Guárdese su dinero, por favor. — seguramente le tendría que devolver el favor a cambio de algo.

— Mirándote en las condiciones que estás, no me iré sin hacer algo al respecto.

— Estoy bien.

— No lo parece. Por favor, acepta mi dinero. — su voz era firme.

Emití un quejido para proceder a tomarlo.

— Gracias. — él asintió sin ninguna expresión.

Una vez estando de pie, para ya irse, habló.

— ¿Te agrada estar acá?

No sabía qué responder, realmente no me gustaba en lo absoluto, pero si se lo decía, ¿él qué haría?

— Pues... no me desagrada pero tampoco me agrada, n-no sé si me doy a explicar.

— ¿Tines algún otro familiar con el que puedas ir?

Negué. Mi madre y yo éramos las únicas que vivíamos en esta ciudad, toda la familia de ella vivía lejos, y aparte, su vínculo era como el agua y el aceite.

— Mh. — sacó un papelito donde apuntó algo. — Es mi número de celular, si necesitas algo puedes llamarme. Y no te asustes, no lo hago con malas intenciones. — salió de mi hogar.

Una semana después.

Nanami:

— ¿En qué tanto piensas, Kento? — Gojo se acercó a mí con una sonrisa divertida.

— Nada de tu incumbencia. — seguí ordenando los papeles que me dejaron como trabajo.

— ¿Ya tienes a alguna chica que se haya ganado tu mente?

— Para nada.

— Déjame presentarte a unas cuantas, capáz te quitan lo amargado. — rió.

— No hagas comentarios imbeciles, no tengo tiempo para chicas.

— Jaja, eso suelen decir todos, y terminan más flechados que no sé qué.

— ¿Alguien ya te flechó a ti? — pregunté siguiendo en lo mío.

— Ni is di ti inquimbencia. — me arremedó infantilmente.

— Está bien si no me lo quieres decir.

— Dale, te lo digo si tú también me dices en quién tanto piensas. ¿Trato? — juntó nuestras manos.

(...)

— Se llama Noemi, el estado que la vi, estaba terrible. — hablé.

— ¿Y por qué no la llevaste a alguna asociación o programa que la ayuden con sus problemas? — Gojo se había puesto serio.

El tema de la chica que visité sorprendentemente hace una semana me daba vueltas por la cabeza.

Nunca había visto a alguien en ese estado.

— Le dejé mi numero por si necesitaba ayuda, espero eso le llegue a servir.

— Verás que sí, y si pasan los días y no te llama, pues entonces deberías ir a verla. Podría morir.

Sí, también lo dudaba, era tan delgada que sentía que si su mamá la golpeaba podría romperse.

No debí de haberme metido en ese lugar. — miré al albino.

— Efectivamente. — dijo sarcásticamente y se fue.

Colegio ***** recordé aquel nombre que estaba grabado en su suéter, en su muy viejo suéter. Seguro esa era la escuela a la que asistía. Y si era esa, tenía suerte de que estuviera cerca de mi trabajo.

En ese instante recibí una llamada de un número desconocido. Contesté.

— Ayuda, ne-necesito ayuda. — una voz indefensa y atemorizada se escuchó del otro lado de la línea.

Enseguida supe quién era. Agarré las llaves de mi automóvil y dejé lo que estaba haciendo.

— No te preocup- — un grito resonó en mi oído y colgó.

Necesitaba llegar lo antes posible.

no me gustó mucho este cap pero prometo q los que se vienen serán mejores u u

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no me gustó mucho este cap pero prometo q los que se vienen serán mejores u u

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❝Innocent❞ || 𝐍𝐚𝐧𝐚𝐦𝐢 𝐊𝐞𝐧𝐭𝐨 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora