Podría hacer que tus ojos brillen, lástimame y dime que soy tuya.
(Off to the races - Lana del rey)
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⚠︎ Mommy issues and daddy is...
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Corrí lo más que pude, mis piernas comenzaban a flaquear y la poca luz que las estrellas y la luna me regalaban se estaba convirtiendo en nada, en obscuridad.
— ¡Ayu!-ayuda... — intentaba gritar pero incluso mis cuerdas vocales estaban frágiles, mi voz no era escuchada por nadie.
Y era obvio, ¿Quién estaría en un bosque en la madrugada?
Mis mejillas estaban cubiertas por el rimel corrido que había ocasionado mis lágrimas, no dejaban de salir, el miedo terrible me inundaba.
Los pasos que me seguían aún se escuchaban, crujiendo con las hojas secas que estaban por todo el camino. Él no iba a detenerse, él me iba a raptar para torturarme de la peor forma.
— ¡¿Crees que podrás escapar de mí?! — su voz se escuchaba cerca, agitada y llena de furia.
No quise voltear, solo seguí corriendo unos metros más, hasta que mis piernas no pudieron y calleron débilmente a la tierra. Enseguida sentí su gran mano jalar mi cabello y después, con la vista borrosa, vi cómo su puño apuntó a mi cara y golpeó noqueándome.
[...]
Me desperté pensando que era real, Dios, se sintió tan real que los vellos de mis piernas estaban en puntita, mis manos y pies helados, también tenía sudor por mi cuello y pecho.
Mi respiración agitada era lo único que se escuchaba en la habitación.
— ¿Estás bien? — la voz gruesa y rasposa de Kento se escuchó a lado mío. Él dormía conmigo.
— S-sí, creo necesito un vaso d-de agua, tuve una pesadilla. — pedí.
Él se levantó de la cama y fue por uno.
Necesitaba salir de allí lo antes posible, el miedo me carcomia, no quería estar un segundo más con el rubio.
Mis ojos apuntaban al piso, pensando cómo escapar de allí, a dónde iría, con quién iría.
Mi madre no era una buena opción, pero era la única.
O Megumi.
— ¿Segura que estás bien, niña? — brinqué al escucharlo, ya estaba parado frente a mí con el vaso de agua. Ni siquiera había escuchado sus pasos de regreso.
— M-mhj, algo mareada, pero e-estoy bien, gracias. — sonreí, una sonrisa llena de pánico y falsedad.
— ¿Quieres que te haga mimos para que te de sueñ-?
— ¡No! — Maldición. — Tengo sueño, sólo estaba mareada y ya, gracias por el agua, señor Kento.
— ¿Qué tipo de pesadilla tuviste? — se volvió a acostar.
— Monstruos, fantasmas, brujas y eso, lo lamento, soy muy miedosa para ese tipo de cosas.
— Descuida, yo te protego. — enredó su brazo en mi cintura.
