Capítulo 14

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Las luces apenas habían sido encendidas eliminando las escasas sombras producidas por el atardecer, debido al cambio de hora las campanas sonaron antes de que la oscuridad lo inundara todo.

Rabastan miraba atentamente al hombre que había llamado a la puerta en cuanto el primer gong del reloj del ministerio sonó.

El mortifago observó claramente que se trataba de un alfa de entre 50 y 55 años con una calva que brillaba bajo la lámpara y un ridículo bigote que cubría sus finos labios. Por un momento el omega tuvo pesar de la silla bajo el hombre que rechinaba por su peso y el elegante traje azul perdía toda su belleza debido al estiramiento de la tela, quizás años atras le hubiera quedado pero ahora le hacía parecer un payaso.

-¿Qué le trae por aquí señor?- hablo Neville.

Rabastan contempló, ya no solo por los modales del hombre, sino por el comportamiento del alfa a su lado, que el visitante se trataba de alguien con un elevado estatus social.

-Vera señor Longbottom-comenzó el hombre- me encuentro ante un problema de lo más peliagudo y me temo que usted es el único que puede ayudarme.

Neville se mantuvo en silencio a la espera de que el hombre continuará.

-Como puede observar- prosiguió- ya no soy joven y mis oportunidades de tener un heredero al que otorgarle todos mis vienes son escasas.

-¿Y qué podría hacer yo por usted?- pregunto sin quitar la sonrisa de su cara.

-Usted nada-contesto- su mortifago mucho.

Rabastan se inclinó hacia delante mirándolo con los ojos abiertos, no le gustaba el camino que estaba tomando la conversación además de que la mirada que le daba no otorgaba nada bueno.

-Por desgracia- siguió hablando sin prestar atención a las miradas de odio del omega- nuestra actual sociedad ha cambiado de valores y encontrar un omega en edad reproductiva virgen supone un reto, obviamente hay varios pero no cuento con mucho tiempo como para realizar el proceso de cortejo.

-Sigo sin entenderle.

-A donde quiero llegar es a que quiero comprarle su mortifago.

Rabastan bufó con disgusto, su instinto le había informado bien.

-¿Quiere a mi mortifago para tener hijos?- pregunto desconcertado.

-En efecto.

-Pero, ¿porque él?- volvió a cuestionar- ¿No decía que quería un omega puro?

El rechoncho hombre rio con fuerza.

-¿Me está diciendo que no tiene conocimiento alguno de su mortifago?- pregunto-¿Acaso no leyó los informes otorgados antes de las subastas?

Neville intento recordar. Había accedido a la subasta con pocas ganas pues no podía conseguir el mortifago que esperaba pero si recuerda ver a varias personas con blancos folletos en sus manos.

-Lo siento señor- contesto- pero en aquel momento no tenía intención de adquirir ningún mortifago, que Rabastan acabará a mi lado solo fue por pura casualidad.

-Comprendo-susurro el hombre- déjeme explicarle. Antes de cada subasta se distribuían una serie de documentos con datos de aquellos que salían. En estos se podían observar información dada por los medimagos como por ejemplo si el omega es puro, de esta manera el precio variaba y los compradores se centraban en aquello que les interesaba.

-¿Me está diciendo que Rabastan es virgen?- pregunto ganándose un suspiro del mencionado que miraba al invitado con odio.

-En efecto- contesto- mire los datos de todos los mortifagos omegas y Lestreage entraba dentro de mis estándares. Obviamente en aquellos momentos pensaba adquirir un mortifago joven y bello como Malfoy hijo- Rabastan sintió su ira aumentar tras la mención del cachorro-por desgracia no quería enfrentarme a los principales héroes de la guerra por ellos, era un tema de respeto. Por eso estoy aquí después de tanto tiempo, se ha corrido la voz de que usted solo usa a su mortifago para las tareas del hogar y que su pureza sigue intacta. Lo necesito señor Longbottom-suplico acercándose al joven- en verdad lo necesito.

La venganza (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora