CAPITULO 8: Mío

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Steve atacaba la boca de Tony salvajemente, besando y succionando sus labios ya hinchados y rojizos. Dando lamidas por todo su rostro, el Alfa recorría con sus ásperas manos las curvas de ese precioso Omega, el cuál no dejaba de temblar debajo de el.

Las sábanas de la cama se encontraban revueltas y las almohadas rojas, tiradas en el suelo. Rogers no dejaba ni un centímetro de piel sin que pasará su lengua y labios húmedos, marcando al Omega como suyo, porque claro, ese Omega era ya de su propiedad. 

—Mi Omega, mi hermoso Omega, solo mío—. Decía Rogers mientras que con sus manos apretaba los pechos de Tony, bajando aún más, marcando con sus dedos las costillas, hasta llegar a su ombligo el cuál no dudo en meter su lengua.

Tan delicioso.

Tony estaba tan confundido, le excitaba tanto el toque de aquél Alfa, con solo unas cuantas lamidas, el Omega ya se encontraba mojado totalmente en su entrada y su miembro dejaba salir pre-semen. Todo su cuerpo temblaba, era algo nuevo, jamás se sintió tan necesitado de un pene enterrado en su agujero y ser mordido por todos lados mientras lo penetraban fuertemente. Todo este tiempo trabajando en el burdel, le seguía provocando asco abrirle las piernas a un desconocido.

Pero con el Alfa que ahora mismo chupaba su pene, estaba dispuesto a inclinarse y dejar expandido su entrada. Parece que estaba perdiendo la cordura, porque permitía que el Alfa bajará aún más.

Steve alzó las piernas de Tony, pegando las rodillas con el pecho, dándole una vista perfecta del agujero  húmedo y rojizo que se contraía por la lujuriosa mirada que le brindaba el Alfa.

—Este pequeño agujero se encuentra tan mojado y es por mi—. Rogers hundió su cabeza, olfateando primero. —Hule tan exquisito, ¿Sabrá igual de bien?—. Al decir eso, dió un lenguetazo, haciendo círculos en el anillo anal, para después tragarse el líquido que salía. Sin más tardanzas, deslizó su lengua adentro abruptamente.

Tony dejo salir un gemido agudo. Ahora los espasmos eran mas intensos, pues con algo adentro, había eyaculado, manchando su abdomen y apretando en puños las sábanas. Su cabeza daba vueltas, podía sentir como movía la lengua en círculos y succionaba con los labios al mismo tiempo.

—E-espera, no l-lo hagas t-tan rápido, ¡Mierda!—. Tony maldecia por la forma en la que Rogers tomaba ambas mejillas de su culo y lo abría aún más, apretando y jalando más hacia su boca, quería saborearlo lo más posible.

Deslizando su lengua hacía afuera, Steve dejó regado un exceso de saliva, lamiéndose los labios.

—Esta claro porque los hombres quieren joderte. Hermosura, eres tan malditamente delicioso—. Steve jaló el pelo de Tony y lo atrajo hacía el, besándolo con ferocidad. —Pero ahora ésto...—. Llevó dos dedos a la entrada del Omega y los enterró hasta el fondo, hasta que sus nudillos chocarán con su agujero, provocando que Tony diera un respingo y un leve grito. —Este agujero de puta es mío, mi Omega—. Susurro en su oreja, mordiendola de paso.

¿Decía que era suyo? ¿Ese estúpido Alfa se atrevía a reclamarlo como su propiedad? Tony Stark no era de nadie, y jamás iba serlo, le importaba una mierda si eran una pareja predestinada, eso no significaba nada para el, ¿Debía aceptarlo y dejarse marcar? Porsupuesto que no.

—No digas estupideces, no soy tu Omega—. El castaño escupió las palabras firmemente.

El Alfa gruño por la negativa de Tony, así que con una mano tomo las mejillas y las apretó. —lo eres—. Afirmó, acercando su rostro al del contrario mirando con dureza los ojos marrones.

Tony trago duró, ese Alfa era intimidante y parecía que un solo movimiento en falso o decir algo que no le agradara a Steve, se lo comería.

—¿N-no me e-escuchaste?, ¡jamás! seré tu O-omega y menos de alguien como t-tu—. Quería decirlo fuerte y con firmeza pero no pudo evitar que su voz temblará y que bajará la voz al ver cómo el rostro del Alfa se deformaba y cambiaba a una con verdadero enojo.

Al ACECHO➝stonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora