Capitulo VI

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El corazón de Steve galopaba descontroladamente dentro de esa habitación VIP, en completa oscuridad siendo alumbrado por tan solo luces de neon azules que colgaban en el techo. Una pequeña plataforma circular en medio de esa habitación, la cual desprendía un largo tubo de metal, esperando ser pulida por los cuerpos que tanto se han frontado en el.

Unas pequeñas manos presionaron su pecho haciendo que se sentará en la gran cama que estaba enfrenté de ese frívolo tubo. Sintió como ese Omega dejaba un delicado beso sobre sus labios pará después caminar hacía la plataforma y tomar entré sus manos el metal.

—Disfruta el baile—. Formo una sonrisa ladeada guiñándole un ojo.

La música del esterior acompañaba los movimientos lentos de Tony, quien empezó a presionar su pecho en el tubo dándole la espalda a ese Alfa con una erección creciendo dentro de sus pantalones.

Retiro de su cuerpo su chaqueta, había comentado a sudar por el intenso calor que se sentía en esa habitación. 

Una vez más Steve se impresiono por la elasticidad del castaño el cuál se deslizó hacía abajo abriendo las piernas en el proceso, haciendo un perfecto split, sus nalgas rebotaban cada vez que Tony golpeaba el suelo con ellas. Steve seguía cada uno de sus movimientos, perdiendo cada vez la cordura esa que le detenía en no abalanzarse sobre ese Omega y penetrarlo hasta que su pene doliera.

Con las manos en el tubo se ayudó a levantarse empinado sus nalgas las cuales Steve ya no podía aguantar las ganas de apretarlas y dejar marca en ellas, morder esa piel tan suave. Con las pupilas dilatadas se levantó de la cama y se colocó atrás del Omega.

El Alfa colocó sus manos en ese culo tan suave al tacto, tan enorme que esa tanga que traía le quedaba pequeña y apretada. Soltó un jadeó al agarrar con fuerza con cada una de sus manos las mejillas, enterrando sus uñas en ellas. Tony dejó escapar un quejido, le estaba lastimando.

El Omega presiono su culo contra la pelvis del rubió, frotándose fuertemente, dándo leves empujones y en un sensual movimiento dibujaba círculos en toda esa área, logrando que Steve tomara sus caderas y simulará embestidas. Tony se enderezó por completo mirando sobre su hombro a un sonrojado rubió tomando su cabeza pará acercarlo a su rostro. Paso su mojada lengua entré esos labios cerrados delineandolos.

Steve lo único que podía mirar era ese par de ojos que lo volvían loco y lo consumian, adentrándose hasta su alma, descubriendo todas las cosas obscenas que quería hacer con ese Omega, devorar cada centímetro de su cuerpo, acorralarlo como un lobo y enterrar sus colmillos en esa bronceada piel, probando su dulce sangré.

Poseerlo de todas las formas posibles, porque desde que conectaron miradas ese Omega ya era suyo.

Su lobo interior salió a flote, Steve ya no se reconocía.

Sacó su lengua tocando con la punta la lengua de Tony, lamiendola. La adentró a esa boca que tanto le encantaba, explorando su interior, chupando sus labios hasta dejarlos rojos. Deslizó sus manos desde la cadera de Tony hasta su pecho, presionandolo contra el. El castaño sentía como ese enorme pene, escondido entre los pantalones, empujaba su entrada.

Steve apretujo su pecho, tomando entré sus dedos los pezones erectos por la exitación. Girandolos suavemente. Los pulmones de Tony le gritaban por aire, separándose del feroz besó, gimiendo fuerte por la estimulación en sus botones.

—¡Ah!... despacio—. Formuló con la vista nublada de puro placer.

El Alfa dejó húmedos besos por toda la extensión de su hombro, Tony ladeó la cabeza, dejandole libre el espacio de su cuello. Steve chupaba esa zona con desespero.

—Quiero entrar en ti—. Dejó escapar en un ronco susurro en el oído del Omega.

—A-aun no ¡Agh!—. Solo les permitía aquellos que le dejaban buenas propinas que pudieran enterrar su polla en su ano. Y ese Alfa a juzgar por sus ropas desgastas no era un cliente eficiente.

Tony no era cualquier puta, era el mejor y más deseado, si quieren su culo que paguen bien por ello.

Se separó del Alfa que lo tenía acorralado entré su cuerpo, se giro hacía el, pasando sus brazos entre el cuello del rubió, hizo el ademán de caminar y Steve retrocedió, lo tenía tan loco por el. Sus piernas tocaron la orilla de la cama.

—Sientate—. Tony ordenó. Obedientemente Steve lo hizo. —Buen chico—. Paso su mano por la mejilla del rubió, subiéndose a su regazo.

Tomo las manos del rubió dirijiendolas a sus nalgas, dejándolas ahí pará después cruzar sus brazos sobre los hombros de Alfa.

—Voy a follarte—. Aseguro Steve totalmente a la merced de su lobo interno, quién hablaba por el.

—No esta noche querido—. Sonrío de forma burlesca ganándose un gruñido por parte del Alfa, quién con su mano agarró el cuello del Omega y lo apretó levemente, Tony se sorprendió por esa inesperada acción de ese Alfa que parecía como un perro obediente.

Dentro de esa habitación solo se escuchaba los húmedos sonidos de bocas chocar y pieles frotarse entre si. Steve ya no tenía control, es como si fuera otra persona, alguien diferente, ahí estaba acechando a su presa, porque lo único que se le cruzaba por la cabeza era tener solo para el a ese Omega, arrancaría la piel de cualquiera que quiera tocar lo que le pertenece.

🍯Honey

Al ACECHO➝stonyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora