Estando ahí parado con la sangre galopando en sus oídos, la cegadora luz disparando a su rostro, un corazón moribundo sintiendo las vibraciones de la ardua música. Sintiéndose tan expuesto, su torso desnudó igual que sus delgadas piernas, únicamente una prenda que pueda brindarle un poco de calor a ese cuerpo tan frío.
Tomando entré sus manos aquél tubo helado el que es su acompañante cada noche. Miro a su público, imaginando con nostalgia butacas repletas de ellos, un telón ridículamente rojo siendo abierto, miro a un lado dónde posaba un piano siendo tocado por arrugadas manos una melodiosa canción en ese gran escenario. Roto desde su cadera hacia afuera su pierna derecha con delicadeza, alzando la mano izquierda intentado tocar el cielo, levantando su otra pierna hacia atrás, formando un perfecto arco, liberando aire al poder estirar sus brazos dónde las estrellas yacen presumiendo su luminosidad.
Una ilusión que lo ayudaba a no ahogarse en ese lóbrego lugar. Una fantasía que jamás pudo cumplir.
Deslizó su palma por el largo del frígido tubo agarrándolo con fuerza mientras que despegaba una pierna del suelo elevándola hasta su cabeza, sosteniendo su cuerpo con tan solo los dedos de su pie. Los espectadores disfrutaban del show con ansías de poder marcar ese cuello tan delicioso a la vista.
Tony bajó su pierna lentamente juntandola con la otra estirando su cuerpo hacía atrás, tomando con fuerza el tubo con sus dos manos abrazándolo buscando cualquier consuelo. De cabeza sobre en metal, alzando con fuerza sus piernas quedando estás pegadas al tubo pará después separarlas, abriéndolas totalmente. Ganándose a Alfas que se deleitaban con la maravillosa vista, admirando la elasticidad de ese cuerpo tan pequeño, fantaseando con las numerosas posiciones que podían hacer durante el sexo.
Levantándose exitados al querer tocar al Omega, no importandoles su vino a medió tomar o el cómodo sofá.
Steve no lograba formular ni una palabra después de ver ese bello ser bailar tan delicadamente. Sus ojos no podían despegarse de el, como si su corazón hubiera hecho cortocircuito, una ráfaga de electricidad corrió a través de sus venas. Sus pupilas dilatadas, su pecho subía y bajaba con desespero, le faltaba aire. Un sentimiento que alberga su cuerpo enteró. Jamás creyó sentir a su lobo rugir más fuerte que nunca, brincando de felicidad. Steve por fin comprendía lo que pasaba.
Sus piernas gelatinosas, el corazón bombeando, la picadez en la mano exigiéndole tomar su mano y jamás soltarlo.
Con curiosidad reflejada en su rostro caminó a la plataforma, empujando a quien estuviera obstruyendo su pasó. Miro con los ojos totalmente abiertos al castaño escuchando sus latidos hacer eco dentro de sí.
Respiro profundamente la esencia de ese Omega, al hacerlo su boca se hizo agua y los bellos de su piel se erizaron, se estremeció de la cabeza a los pies. Un exquisito aroma a un café caliente por la mañana en un día nublado con un pan tostado crujiente con un poco de miel, dandole dulzura.
Necesitaba hacerlo suyo.
No quedaba duda alguna ese angelical chico era su pareja predestinada. Verlo hacer esos movimientos tan sensuales y calientes ¿Acaso le estaba provocando?. Con sus ojos azules penetrantes recorría cada centímetro de ese cuerpo tan deseado, notando gotas de sudor que se deslizaban entré su pecho, detuvo su mirar ahí para gozar los pezones rosados que se sacudían al movimiento, parecía como si de unas gelatinas se tratasen.
Trago saliva duró al ver cómo el castaño se agachaba y dejaba al aire su colosal trasero. Su delgado hilo de cordura que aún le quedaba, fue dulcemente roto al contemplar al Omega meter dos dedos dentro de su rojiza boca, lamiéndolos suciamente, deslizando su mojada lengua por toda la longitud, metiéndolos hasta su garganta, jodiendo el interior, simulando embestidas, miéntras se deslizaba hacía el suelo abriendo las piernas.
Steve con las mejillas sonrojadas, creaba en su mente una vulgar imágen. Imaginando que en lugar de esos dedos fuera su dura polla jodiendole la garganta, embistiendo hasta que escuchará ruegos de piedad. Sin darse cuenta comenzó a masajear su miembro sobre su pantalón.
Tony les regalaba la mejor vista que pudiesen tener, sabía los pasos pará aquellos que lo desearan cayeran ante el. Muchos Alfas creían que ellos tenían el control pero la verdad es otra, Tony los tiene lamiendole los pies.
Con sus ojos color miel recorrió el lugar, buscando el Alfa que se viera mejor y sin duda alguna el que vistiera elegantemente. Su mirada se cruzo con unos profundos ojos azules que le devoraban lentamente, como un imán no pudo apartar la mirada. Bajó la vista quien tenía escrito en su rostro un Alfa dominante, cualquiera pelearía por conseguir qué ese rubio muerda su nuca. Se estremeció cuando el paso sus lengua por sus labios.
Stark le inundo una sed de curiosidad por ese peculiar rubió. Con una gran sonrisa se acercó a el, con pasos cautelosos pero firmes, retandole con la mirada. Se posó justo enfrente de el agachandose pará quedar a su altura por la alta plataforma.
—¿Vas a seguir comiéndome con la mirada o mejor prefieres probar otra cosa?—. Susurró sobre sus labios a centímetros de su rostro.
Steve formó una sonrisa grande, había atrapado a su presa.
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Hola.
Bueno ¿Les está gustando cómo va la historia o creen que es una mierda? Por favor haganmelo saber:)Poco a poco va a venir lo bueno y créanme que escribiré lo mejor posible para que ustedes disfruten de una buena lectura.
Gracias por leer
🍯Honey
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Al ACECHO➝stony
FanficDónde un rubio se obsesiona de un trabajador de un burdel y hará lo posible para tenerlo. •omegaverse