Todo es sobre ti

Parte II

¡Macarena, es que estoy maravillada!
¡Esto ha quedado espléndido!
¡Os felicito chicos! ¡Estoy flipando!
Juan, ¿habéis visto cómo quedó el montaje?-Se marchó hablando al teléfono.

Carmen era demasiado extrovertida y sus reacciones eran un espectáculo en sí mismos. Nunca me he creído más de la cuenta, pero en esta oportunidad Carmen tenía razón y si que merecía esas felicitaciones. El montaje del famoso evento había quedado espectacular, gracias a mi trabajo en el diseño y al de los chicos de montaje.

-¡Bueno, bueno! ¿vamos por unas cañas?, tenemos que reponer energías gente, que mañana se viene duro. -Raúl como siempre sugirió una salida para cerrar el día laboral.
-Yo paso, ando súper cansada. -Dije
-Pero ¿qué dices?, ¡tú y todos los de la banda tenemos que ir! Joder Maca, ¡no me decepciones ahora eh! -Me guiñó el ojo de manera simpática mientras seguía en su ruta reclutando a la "banda".

Con Raúl nos hicimos amigos apenas me integré a VisionEU. Cuando lo conocí me llamó la atención su tono suavemente colorín y su buen estilo para vestir, es delgado pero fornido y sabe sacarse partido. Es un gran tipo, de esos que quieres mantener cerca en tu vida pues sólo te entrega alegría, complicidad y buena onda.
Fuimos caminando a un bar por el barrio La Castellana, cerca del centro de eventos donde estábamos trabajando. En el intertanto le avisé a Jacinta;

"Jaci, salgo con los chicos de mi trabajo. No me esperes a cenar, pues llego tarde.
Un beso."

Si hay algo que me fascina de España es la onda nocturna. Disfrutan de manera sencilla, una comida para compartir entre amigos y unas cuantas cervezas es el plan ideal.

Durante esos días, la zona estaba muy concurrida, y es que un evento tan popular atraía turistas y extasiaba los ánimos de todos los fans por ver a los famosillos que serían parte del "gran evento". En el ambiente ya se vivía una pre celebración, con calles desbordadas de gente, prensa por doquier y flashazos cuando algún famosillo bajaba de su auto a cenar en algún restaurant top de la movida madrileña.

Entramos al Bar Tulipán, que cada día adquiría más popularidad. Raúl se las daba de guía líder, pues tenía amigos que le conseguían mesas cuando era casi imposible. Coordinó con los camareros la mejor zona para ubicarnos. Optamos por subir a la terraza, y así fumar libremente y disfrutar del fresco atardecer primaveral. La terraza era amplia, sin embargo los anfitriones jugaban a acomodar mesas para no perder clientes. Finalmente nos ubicamos en una mesa rectangular alta, en la esquina de la terraza.

-Bueno chicos, vamos a ver. ¿Les parece que pidamos una comidita para compartir y varias jarras de cerveza? -Raúl consultaba a viva voz mientras nos acomodábamos en la mesa.
-Jaja ¿no será mucho? -Refuté, pero Raúl ya lo tenía decidido.
-¡Camarero! Pónme cuatro jarras para compartir y un mix de tapas para ocho, por favor. -Raúl gritó, como se suele pedir en los bares de España.

Raúl es un español de tomo y lomo, vivía y gozaba la cultura madrileña. Es de esos tipos que se encarga de que disfrutes su ciudad, te presenta panoramas, te suma a su grupo de amigos. Raúl era de los pocos con los que podía hablar de mi vida en Chile, contarle de mis complicaciones con mi papá e incluso ya conocía a la Jaci como mi polola. Sin dudas, un gran amigo.

Mientras esperábamos la comida, me llamó la atención el bullicio de una mesa cercana, igual o más numerosa que la nuestra. Había un grupo de jóvenes que parecían ser latinos, pues descifre la tonada argentina y colombiana, además de notar la evidente calidez con la que se relacionaban, intuyendo que no eran europeos. Dos mesas nos distanciaban, pero mi posición me permitía girar fácilmente si quería observarlos más en detalle. Había un par de chicas muy lindas, la argentina con pelo tono rubio platinado había llamado mi atención hace un rato, su risa exagerada llenaba el lugar. Era delgada pero curvilínea, tenía facciones finas y abrazaba a todo aquel que se le cruzaba.