Parte VI

884 93 30
                                        

¿Pololeando? Cómo podía estar pololeando si anoche estuvimos a nada de estar juntas... ¿qué mierda es esto? Enfoqué mi mirada en la comida que teníamos en la mesa, no quería verla de nuevo a los ojos, no quería que me viera débil ante ella. Me destruyó por completo con esa noticia... cómo fui tan tonta de pensar que podíamos tener un reencuentro, qué idiota fui cinco años atrás y lo sigo siendo.

-¿Rubí? Mírame... -me tomó la mano que retiré impulsivamente cómo si hubiese recibido una estocada de su parte.
-Si dime, ¿qué onda? -tenía un nudo en la garganta y estaba a nada de llorar.
-No se poh, tú dime...¿qué onda? ¿Estás bien?
-Jaja si Maca, obvio que estoy bien -tragué saliva ahogando la pena.

Sentía tanta rabia que estaba controlando lanzarle alguna pesadez. En ese momento se me vino un flashazo de la noche anterior. Me sentí tonta por haberme ilusionado. Había sido una noche perfecta hasta que ella me pidió que dejara de besarla.
La situación estaba muy tensa y lógicamente lo mejor era vernos otro día, pero no me aguanté y lancé todo lo que tenía guardado.

-Podrías haberme dicho que estabas pololeando.
-Ahora te lo estoy diciendo, Rubí -su molestia se hacía cada vez más evidente.
-Si, pero antes. Nosotras ayer casi...Uff nada, ahora entiendo que por eso te frenaste.
-Oye, yo pensé que lo de anoche era efecto de las cervezas que te tomaste... -me dolía que creyera eso.
-Siii obvio que fue eso. ¡O sea, obvio Maca! Si no hubiese tomado, no pasaba nada. Fue de aburrida... -Dije con gran desinterés mientras revolvía mi café -En todo caso ene respeto entre uds ah... -disparé al acercar la taza a mi boca.
-¿Por qué dices eso?
-¿Cómo que por qué? Ayer pasamos la noche juntas poh Maca, nos besamos y no sé, al menos pareciera que ayer se te olvidó que tenías pareja. -Suspiró profundo.
-No, no se me olvida. Ayer salimos a conversar, lo pasamos bien, una cosa llevó a la otra y...
-¿Y qué, Maca? ¿Pensaste en entretenerte un rato a costas mías?... Me meto con esta mina que se va en unos días...-dio un golpe a la mesa y me interrumpió.
-¡Oye! ¿Qué te pasa? Por si no recuerdas, fui yo la que dijo que nos detuviéramos. Yo no busqué tener algo contigo anoche, Rubí.
-¡ah no poh, claro! Cierto que las cosas se hacen de a uno no más. ¡Lo único que falta es que  me digas que te obligué, jaja!
-¡Uyy ya! Tú no cambias nada... ¿qué onda? No tengo que darte explicaciones. -Se levantó de la mesa con claras intenciones de retirarse, hasta que recordó que sus cosas estaban en la habitación -Oye, préstame la tarjeta que voy por mis cosas.
-No he terminado de comer. Cuando termine te aviso y subimos... -no la miré, pero podía sentir su ira. Tontamente quería que sintiera mi desinterés, aunque sólo estuviese ocultando mi tristeza.

La vi marcharse por la puerta lateral del comedor. Aún la alcanzaba a ver por la ventana. Pidió un cigarro a un tipo que estaba fumando y se quedó durante un rato.
No me apetecía nada, se me quitó el hambre inmediatamente después de que se retiró, sólo quería volver a mi habitación a llorar tranquila. No tenía sentido seguir ahí dilatando una discusión absurda, ella tenía su vida y yo no estaba considerada en ella. Recogí mis cosas y me dirigí a la habitación.

En el ascensor revisé las fotos que había sacado la noche anterior. Salíamos sonrientes, disfrutando de nuestra compañía. Sin dudar las eliminé, pues no quería tener nada que me recordara a ella, no estaba dispuesta a vivir lo mismo de cinco años atrás. Entré a la habitación y me desmoroné en la cama.

Era mi tercer día en España y ya me quería ir. No tenía ganas de estar ahí, todo lo relacionaba a la Maca y sabía que estaría pensando los próximos días en ella... y su polola. No sé por qué me molesté tanto, si yo sabía que era muy probable que sucediera esto. Supongo que hubiese sido mejor no habernos besado.

Sentí que golpeaban la puerta. Sequé mis lágrimas y la abrí con cierta molestia para seguir peleando con Maca. En mi contradicción prefería seguir peleando a que se fuera y no verla más.

Todo es sobre ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora