Parte IX

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Cuando la vi en el suelo pensé lo peor y corrí, abriéndome paso entre la gente para ayudarla. Agradecía que el tipo horrendo con el que estaba ligando la hubiese sostenido, evitando así el impacto en seco en el suelo. Un grupo de imbéciles se dedicaba a grabar mientras yo intentaba reanimar a Rubí. Le golpeé suavemente sus mejillas intentando despertarla, pero no tenía respuesta.

-¡Rubí despierta! ¡Rubí porfa! ¿Qué tiene? ¿Qué tomó? -dije enfurecida mirando a Nina, quien parecía estar más sobria.
-¡Nada!... Che, ¿Qué te pasa loca? ¿Qué hacés vos acá?
-Oye enferma, ¡dime qué tomó! -le grité con desesperación.
-¡Ay! ¡Qué intensa que sos! Jaja sólo probamos un poquito de éxtasis. Ella quería probar, no me culpes a mí...

Pensé en por qué la Rubí estaría interesada en probar esa mierda. Nada me cuadraba. La vi abrir sus ojos, pero seguía respirando de manera irregular.

-Rubí...mírame ¿estai bien? -logró hacer contacto visual conmigo.
-Maca... Hum si. Uff me maree, eso es todo. Estoy bien, tranqui -me lanzó una sonrisa intentando mantener la compostura, como queriendo hacer creer nada sucedía.
-¡Dale Rubí! paráte nena jaja que están todos mirándonos -dijo Nina con evidente vergüenza, queriendo continuar de fiesta.

Me molestaba ver a Rubí así. Es verdad que era un poco influenciable, pero siempre se cuidaba mucho como para arriesgarse de esta forma. La ayudé a levantarse mientras la gente se dispersaba pues ya no había más show por presenciar. El tipo con el que estaba la dejó sola apenas abrió los ojos, así que asumí que lo había conocido en el lugar.

-...Uy, me quiero ir -dijo Rubí afectada por la situación mientras yo le acomodaba la ropa y la sostenía pensando que podía nuevamente caer.
-Dale, vamos. Ya es suficiente por hoy -dijo Nina entregándole una botella con agua- vení conmigo.

Me emputecía la actitud de esa pendeja, pero no estaba en plan de pelear con ella en ese estado y mucho menos después de lo que había pasado. Nina se posicionó al costado contrario de Rubí sosteniendola por la cintura para avanzar junto a ella y así encaminarla al hotel.

-No no no.. -Rubí susurraba palabras que no lograba entender
-¿Qué pasa Rubí? -Dije liberado un quejido de incomodidad, pues llevarla a rastras era como caminar con un peso muerto.
-Quiero que me lleví tú -sentí una satisfacción inexplicable al escuchar a Rubí decir eso frente a Nina. Era una mini victoria ante esa pendeja insoportable.
-Tranquila, yo te voy a acompañar a tu hotel ¿bueno?
-Dejá que yo me la llevo -Nina nos interrumpió abruptamente, retirando mi mano de la espalda de Rubí con una actitud displicente- estamos en la misma habitación así que yo la cuido, no hay problema.
-¡Mira pendeja! -me posicioné frente a ella con firmeza liberando en parte la rabia contenida- No te estoy preguntando qué hacer. La voy a dejar en el hotel te guste o no. ¿Entendido?
-¡Opaaa ahí salió la agresiva de nuevo! Yo lo decía porque como vamos a dormir en la misma camita, la puedo cuidar sin problema. Pero dale, acompañanos que no tengo problema...

Nina se expresaba con todo su cuerpo, movía los brazos de manera exagerada como queriendo llamar la atención. Miré hacia el lado intentando contener mis ganas de pegarle en una profunda inhalación.

-Maca, me quiero ir contigo... -Rubí repetía como niña chica, sin procesar que ya estaba acompañadola.
-Si Rubí, si ya te dije que te voy a dejar...
-No, es que quiero quedarme contigo. Vamos a otra parte, no quiero ir al hotel... vamos a tu depa.
-Oye ¿de qué depa hablas? si no estamos en Madrid -me enojaba verla así, hablando incoherencias.
-Ya, a tú hotel me refiero. Me quedo ahí, contigo -No pude evitar mirar a Nina con una sonrisa gigante en mi cara. Levanté mis cejas y estiré mi boca en señal de victoria.

-¡Ufa! Ustedes si que están mal, enfermas las dos -Nina resopló y se marchó de regreso a la fiesta, importandole nada Rubí. Por mi que se perdiera por el resto de los días que estaría ahí. Rubí prefería irse conmigo y, a pesar de lo enojada que estaba con ella por la estupidez que había hecho, me derretía el corazón verla en ese estado pidiéndome que la cuide.

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