El camino de vuelta a la casa fue bastante rápido. Tae se quedó dormido unos minutos después de subir a la camioneta, probablemente por el aire fresco que entraba a través de las ventanas. Ciertamente, los tres estábamos exhaustos después de un largo día de actividades juntos. Tae se había divertido mucho jugando en la arena y después practicando su nado con Lalisa. Ella había nadado toda su vida, y era bastante hábil dentro del agua. En Auckland no solíamos ir mucho a la playa, porque Kai y yo terminábamos la semana muy cansados y normalmente usábamos el tiempo para descansar o comer con nuestros padres los domingos. Sin embargo, Tae usaba la piscina cuando tenía ganas de nadar y alguno de los dos estaba desocupado para cuidar que no se accidentara.
Después de aparcar, Lalisa me ayudó a llevarlo hasta la habitación y acostarlo. Yo tomé una botella de vino de la cocina y nos serví dos copas. La noche era muy agradable y todavía no eran las nueve, por lo que me senté en una de las mecedoras, esperando a que ella se uniera. Después de unos minutos, finalmente se asomó por la puerta.
-Aquí estás- dijo. –Pensé que estarías en la ducha.
-¿Estás insinuando que debería darme un baño?- dije, divertida.
-No, no, claro que no. Simplemente te noté un poco somnolienta en el camino de vuelta, y pensé que tal vez querrías darte un baño e ir directo a la cama.
-Suena maravilloso, pero quería tomar un poco de aire fresco en tu terraza. La vista es hermosa, tienes mucha suerte de vivir aquí.- El mar reflejaba una luna menguante resplandeciente en lo alto. Era la única luz en kilómetros, porque las lámparas a lo largo de la costa eran tenues en comparación. Las olas rompían en la orilla con suavidad, pero lo suficientemente fuertes como para ser escuchadas desde donde estábamos, casi anunciando el fin del día.
-Sí, es un lugar precioso. Siempre estoy de acuerdo en que la mejor decisión que pude haber tomado fue mudarme sin pensarlo demasiado.
-Salud por eso- dije, acercando mi copa a la suya. –Aunque debo admitir que te extraño mucho en la ciudad, a pesar de que mantengamos el contacto y hayamos aprendido a estrechar la distancia con FaceTime. A veces echo de menos tu calor.
-También extraño el contacto contigo, con Jisoo y Rosé, Jennie. Supongo que nuestras vidas tomaron rumbos distintos, pero somos muy afortunadas de seguir las cuatro juntas, a pesar de la distancia abismal que nos separa- dijo, recostando su cabeza en mi hombro. Acomodé la mía sobre la suya suavemente.
-Gracias por hoy, ragazza- dije, con acento italiano, imitando a Giulio. Ella rió.
-Gracias a ustedes, Jennie. Desde ayer por la tarde todo ha sido mejor y más lindo. Me hace muy feliz tenerlos aquí.
-Lis, gracias. Por hoy y porque hace un par de meses que no sentía esta alegría genuina recorrer mi cuerpo- admití, incorporándome sobre la mecedora. –Después de lo de Kai, todo se ha vuelto una espiral muy confusa y simplemente entré en modo automático, sin saber muy bien lo que hago o siento. Tae me ha sostenido, él es la razón por la que deseo perdonar a Kai, pero todo está siento tan difícil- entonces rompí en llanto. –Todo ha sido tan difícil, tan humillante...
-Lo sé, Jennie, lo sé- dijo, abrazándome. –Si te sientes lista para hablarlo, sabes que voy a escucharte.
-Hace tiempo que me siento lista, pero no sé qué hacer con toda la vergüenza que siento. Ver a Kai me hace sentir traicionada, porque él siempre supo de Hyunjin y a pesar de conocer el dolor y la inseguridad que eso me había causado, decidió que no era importante... Decidió... -ya no pude continuar, y dejé que me reconfortara con su abrazo.
-Es injusto que te haya hecho atravesar por esto una segunda vez. Pero no debes sentirte avergonzada, Jennie. Tú no traicionaste su confianza ni le hiciste daño. Es él quien decidió egoístamente arruinar lo mejor que podría haber tenido en la vida. Quien debería estar atravesando esa vergüenza debería ser él, no tú. Aunque probablemente nada de lo que te diga ahora vaya a cambiar lo que sientes, sí puedo recordarte las veces que sean necesarias que eres una gran mujer, una madre increíble, y una esposa maravillosa. Lamento la situación que estás atravesando, y me duele mucho verte así, pero es una herida que poco a poco irá sanando. El primer paso ya lo diste, estás aquí. Ahora lo importante es pensar en ti y en Tae.
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The seaside - JENLISA
FanfictionDespués de un matrimonio en crisis tras doce años juntos y un hijo en común de seis, Jennie Kim decide tomarse un descanso de su vida como madre y empleada en un banco para sanar heridas del pasado y del presente. Pero durante el verano en la costa...