Tailandia 2- la magia de las Phi Phi

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Nota de la autora: puede que contenta contenido sexual para mayores de 18 años.

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-Narra Jack-

El día de hoy en Phi Phi estaba siendo diferente. Ahora estoy observando a Sofi, se está bañando en el agua cristalina de las islas, islas que tienen un aura especial que no se explicar. La confianza que hemos empezado a tener me asusta y me remueve el estómago, y rezo con cada caricia que no se acabe nunca. Sofi es el ser de luz al que estaba esperando y ahora mientras la observo iluminada bajo los rayos de sol que hacen brillar su piel de porcelana me doy cuenta de ello, ya no puedo arrancarla de mi ser. Ya no puedo ver la vida de otra forma.

Esta siempre tan llena de tanta vitalidad... 

De un momento a otro me veo arrastrado por Sofi hacia dentro del mar. El agua está fría pero pronto entre risas y juegos nos terminamos mojando el uno al otro y entrando en calor bajo fuertes sofocadas carcajadas. Me acerco a ella y ella se agarra a mi como si fuera la bolla que la ayuda a mantenerse a flote dentro del agua y esto me resulta a la vez tan tierno y natural que vuelvo a rezar para que este momento no se acabe nunca.

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-Narra Sofía-

Estaba cien por cierto segura que estaba lista para un acercamiento mayor a Jack, mi cuerpo había empezado casi a necesitarlo. Gritaba por las noches con cada caricia brindada, pedía más, más calor, más Jack. Ya no podía evitarlo, ya no podía ocultarlo ni negarlo, estaba perdiéndome bajos sus besos inocentes y sus lentas caricias que hacían encender un fuego atroz en mí cada noche. Jack era tan necesario como respirar. Y tan segura como estaba de este hecho, también lo estaba de que él jamás iniciaría el movimiento oportuno, no como aquella vez con "el beso". 

Hoy había sido un día especial que albergaré, estoy segura de ello, en mis recuerdos más preciados. Jack en bañador tomando el sol a mi lado en las islas más impresionantes del mundo, cogidos de la mano disfrutando del sol y tostándonos. Caricias tirados en las hamacas, piernas entrelazadas y balanceos. Guerras de agua, salpicaduras y abrazos mojados entre las agua más cristalinas del mundo. Jack observando detrás de objetivo, sonriendo, disfrutando. Jack, Jack ,Jack en cada recuerdo.

Mientras él se duchaba pensaba en todas estas cosas y en cómo de acertado sería a tan solo 1 semana y media larga empezar una relación... un poco más estrecha con él. ¿Estropearía esto nuestros planes de futuro? Esta pregunta rondaba mi cabeza durante todo el día y ahora tomaba más conciencia que se acercaba la noche. Pero también estaba segura de algo, tenía que intentarlo. Igualmente esta locura de viaje empezó así. 

Así que no pensaría más. No esta noche. Mientras escuchaba como caía el agua de la ducha dentro de la habitación del baño, fui quitándome la ropa hasta quedar desnuda. Empujé la puerta del baño levemente y vi el culo más blanco y más hermoso que había visto antes. 

Jack estaba de espaldas a la puerta bajo el chorro de agua, lo que parecía enjuagándose el pelo. No se había percatado de nada pues el agua de la ducha amortiguaba por encima de él todos los sonidos. Me apresuré a entrar sin ser vista aunque fue fácil ya que el vapor que emanaba la ducha lo hacía todo mucho más fácil, más... intimo.

Abrí la mampara lo suficiente para entrar en la placa justo detrás de Jack y alcé las manos para crear una caricia que empezara en la espalda, recorriera su torso y llegara hasta su abdomen donde las dejaría entrelazadas. Al inicio Jack reaccionó algo sorprendido, pude notar como su cuerpo se tensaba pero pronto lo comprendió al notar mi cuerpo desnudo pegado a el desde atrás y se relajó, o al menos todo lo que puede relajarse uno después de este acto.

-Sofi- dijo bajo el agua de la lluvia 

-mmmmm- ronroneo en su espalda, relajando todos mis músculos por el chorro de agua caliente que emana de la ducha. Comienzo a acariciar de forma suave su cuerpo, sus abdominales, su piel mojada.

-Sofía- vuelve a decir, esta vez consigo diferenciar un tono de advertencia en mi nombre. Pero yo no quiero parar. Quiero que nos descubramos poco a poco 

-shhh- le mandó callar -solo disfruta, ¿vale?

Apoyo mi cabeza en su espalda y sigo acariciándolo, nos quedamos así un rato hasta que Jack se gira lentamente para mirarme.

Ojos contra ojos, la lucha entre mirar más a ya o no. Soy la primera que rompe el contacto para mirar... su cabello mojado es mucho mejor que en las piscinas naturales de esta tarde, sus pupilas dilatadas me hacen pensar en el deseo. Y me permito bajar más la mirada, su abdomen, su miembro, sus piernas... Noto que Jack no ha aparatado la mirada de mis ojos, está estudiándome como si así pudiera leer mis pensamientos o mis impresiones. Le regreso la mirada y le reto a que abandone mis ojos. Entiende el permiso y empieza a observarme. No le quito esta vez la mirada e encima, lo hace aún más... excitante.

El viaje de tu vida ~ Jack Harries ~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora