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- No puedo, debo matarlos.

- ¿Por qué?

- Debo ser más fuerte, si no lo hago no podré comprar la medicina para mí padre, no podré protegerlos...

Recordé a mi padre, siempre estuvo enfermo y éramos pobres. Yo robaba para comprar sus medicamentos. Tenía solo once años pero me llamaban "niño demonio" porque podía resistir palizas que un adulto no soportaba.

Un día regresé a casa después de salir del magisterio tatuado por los delitos que había cometido y me recibieron con la noticia de que mi padre se había suicidado, se disculpó por ser una carga para mí.

El no tenía por qué disculparse, el no era ninguna carga.

Yo habría soportado palizas y huesos rotos con tal de ayudarlo a sanar.

Después de su muerte vagué por otro pueblo en el que golpeé a siete hombres con puño desnudo.

Un sujeto extraño me noqueó y después me llevo a su dojo, donde la conocí a ella... Conocí a Koyuki.

La cuidé a petición del sujeto que se convirtió en mi maestro. Estaba enferma al igual que mi padre. Y cuando mejoró se convirtió en mi esposa.

Yo prometí que sería más fuerte para protegerla y fui a la tumba de mi padre para hablarle de mi matrimonio. Por fin tendría una vida como la que mi padre quería para mí.

Alguien me amaba a pesar de mi pasado.

Pero cuando regresé al dojo, ambos habían sido asesinados. Envenenaron el agua del pozo por envidia al no poder vencernos a mi maestro y a mí.

Enloquecí.

Masacré a los sesenta y siete miembros del dojo rival a puño limpio y después volví a vagar sin rumbo fijo. Ya nada me importaba.

Ya no quería seguir en este mundo donde me habían arrebatado lo más importante.

Entonces Muzan, me convirtió en demonio y seguí deseando ser más fuerte, pero ya había olvidado el motivo. Había olvidado mi vida humana.

- Buen trabajo haciéndome recordar ese pasado mío, humanos suaves, frágiles... Débiles...

" Consigue un nuevo comienzo joven..."

- No, yo odio a los débiles... Los débiles envenenaron ese pozo... Yo, yo todavía tengo que protegerla a ella...

- Si no cedes en este momento, si los matas a ellos, ella morirá. Muzan ganará y la asesinará a ella también. O quizás te permita convertirla en demonio, pero ¿Esa es la vida que quieres para ella? Sabes bien que está noche Muzan caerá. Has visto la determinación de los cazadores. Ellos no permitirán que él gane. Y ella, ella acaba de unirse a esta batalla. - Mi padre se hizo presente.

- Kaori...

Era injusto, doloroso. La única manera de protegerla era dejándolos vivir a ellos.

- Yo maté gente con mis "puños protectores", ensagrenté el precioso estilo de mi maestro, no pude respetar las últimas palabras de mi padre. No cumplí mi promesa de proteger a Koyuki.

Era suficiente, había perdido la batalla en el momento en que Tanjiro cortó mi cabeza. Ese majestuoso corte, fue perfecto.

- Se acabó, yo sólo quiero irme al infierno como un hombre. Papá ¿Estás bien ahora? ¿No sientes dolor?

- Estoy bien Hakuji, gracias. - Su cálida sonrisa reconfortó mi corazón.

Después de ver a mi padre, pude ver a mi maestro. Sabía bien que mi destino era el infierno y estaba dispuesto a aceptarlo.

- Akaza ¿No quieres hacerte más fuerte? ¿Te darás por vencido ahora? - Muzan apareció y trató de convencerme.

- Yo... Es cierto, debo ser más fuerte... - Apreté mis puños mientras pensaba en ello mirando al suelo.

- Hakuji, ya has hecho suficiente, vamos a casa. - La calidez de las manos de mi esposa me hicieron reaccionar.

- ¡AKAZA! - Muzan comenzaba a enfurecerse.

- Está bien, Muzan. Si no pude protegerlos a ellos, la protegeré a ella. Kaori y los cazadores de demonios te vencerán. Esta noche es tu fin.

Dejé de luchar, hice explotar mi propio cuerpo que comenzó a desintegrarse y antes de desaparecer por completo le dirigí una sonrisa de gratitud a Tanjiro y unas últimas palabras a Giyu...

- Cuídala en esta vida...

Porque en la próxima, lo haría yo.






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⏰ Última actualización: Sep 11, 2021 ⏰

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