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- No le hagas más preguntas y atacalo. Respiración de agua. Séptima postura. Gotas de agua penetrantes.

Con que me enfrentaría a un pilar de agua

- Muerte destructiva. Aguja de brújula.

- Respiración de la bestia. Décimo colmillo. Colmillos rotatorios

¿Respiración de la bestia? ¿Qué rayos era eso?

Ambos eran buenos, él la superaba en fuerza, habilidad y velocidad pero me sorprendió ver la fuerza que ella, para ser una mujer, poseía. Era ruda y eso me gustaba.

- Ya te dije que no ataco ni devoro mujeres.

- ¡Y yo que soy una cazadora de demonios!

Además de ruda, necia.

No quería matarla, pero empezaba a irritarme su necedad. Notaba que el pilar la defendía de manera peculiar.

No era igual que cuando Kyojuro defendió al mocoso aquel. Esto era diferente.

El tipo no la defendía de mis ataques solamente, se enfurecía cada vez que me acercaba a ella.

Comenzaba a considerarlo un estorbo. Ella no se concentraba en mí. Lo cuidaba a él y eso de algún modo me molestaba. Se encontraba peleando con una luna superior. ¿Cómo podía ignorarme de esa manera?

El pilar se atrevió a decir que antes de poner una mano en ella, tenía que matarlo a él. ¡Ja! Como si fuera un gran impedimento.

- Pero claro que lo haré... Muerte destructiva. Caos.

Volvió a defenderla...

- Respiración de agua. Octava postura. Lago de la cascada.

- Ustedes cazadores, son tan obstinados. ¿Cuando van a entender que nunca podrán acabar con nosotros? - Les dije mientras mis heridas se regeneraban por completo.

Comenzaba a fastidiarme, quería saber su nombre así que volví a acercarme a ella, y la tomé del cuello. Cosa que el pilar no pudo evitar pues estaba agotado.

- Dime, cazadora. ¿Te rindes al fin? ¿Me dirás tú nombre? Sé que te conozco.

- ¡SUELTALA DEMONIO DE MIERDA! - Me gritó aquel. No lo hubiera hecho.

La solté para tomarla enseguida como si fuera un saco sobre mis hombros.

- ¡BAJAME MALDITA SEA!

Que ternura me dio ver cómo inútilmente intentaba golpearme, como si sus pequeñas manos y piernas pudieran provocarme dolor alguno.

El tipo estaba frustrado, no podía hacer nada, ni siquiera tenía las fuerzas para levantarse y evitar que me la llevara.

Noté como ella aún se esforzaba para zafarse de mi pero era inútil. No la iba a dejar ir.

El pilar nos perdió de vista y se dio por vencido.

Llegamos a mi hogar y la solté para encadenarla por el tobillo.

- ¿Qué rayos estás haciendo?

- Evitando que escapes. ¿No es obvio?

- Si vas a matarme ¿Por qué no lo haces de una vez por todas?

- ¿Por qué crees que querría matarte? - Me acerqué a ella - No me hubiera tomado la molestia de traerte hasta acá. No seas tonta. Ya te dije que no mato ni devoro mujeres. - Le sonreí para que se calmara pero esa mujer no era fácil.

- Pero yo sí mato demonios - Me dijo y sacó su katana. Sin temor alguno cortó mi cuello.

Era valiente, me gustaba. Además de sentir que la conocía, el que haya tenido el valor de enfrentarme estando completamente sola y en clara desventaja, me hizo sentir más atracción hacia ella.

AkazaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora