Magix

Menma

Ya han pasado dos semanas desde que iniciaron las clases, pude entrar a la escuela pero aún no puedo ir, estos hombres de mascara no me dejan ir, ni a mí ni a Nicolás, al parecer no tienen nada de lo que querían, sigo esperando en este horrendo cuarto obscuro, me gusta la obscuridad, pero esta es diferente, escucho como pasan de un lado a otro, parece que no estaré aquí más tiempo, escucho la voz de mi hermana reclamándoles, parece muy enojada, escucho como abren la puerta y entra la luz, cierro mis ojos, la luz me molesta mucho en los ojos, abro un poco los ojos para acostumbrarme a la luz de nuevo.

- Lamento que te tuvieran tanto tiempo aquí Menma - se disculpó mi hermana, está realmente enfadada

- No es nada, es claro que quieran ver que no somos una amenaza – le conteste mientras salgo del cuarto y caminamos por un pasillo

- Iras a Sauri de inmediato, avisamos que llegarías tarde así que cuando llegues pídele lo que lleven a los chicos – dijo mi hermana llevándome hasta la salida del lugar

- Bien hermana ¿y Nicolás? – pregunte mientras me cubría los ojos, no me gusta la luz del sol

- Esta en el auto, irán los dos juntos, si llegan a preguntarte porque tardaste diles que fue porque te enfermaste – dijo mi hermana llevándome al auto

- Bien eso are –

Soy pésimo mintiendo, aunque Ale y Leo sepan donde estuve debo de mentir, no sé porque, son muy paranoicos, ¿a quién le importaría tanto para espiarme?, además no saben que Nicolás es igual.

Entro al auto y miro a Nicolás, está más pálido y delgado que de costumbre, con su pelo despeinado de color negro como la noche y ese parche en su ojo, está nervioso, lo sé porque muerde su pulgar; siempre a echo eso cuando está nervioso o incomodo, pero lo entiendo, la última vez que lo vio paso el incidente del Arco, no quedaron en buenos términos, de camino a Sauri no nos hablamos, ¿de qué hablaríamos?, no somos muy amigos y la verdad no nos llevamos bien, dice que soy muy serio y amargado, y él es muy infantil e inmaduro, me molesta lo indeciso que es pero lo aguanto porque es como yo, los dos somos unas sombras.

Llegamos al camino que lleva a la reja para llegar a la escuela subiendo la montaña, bajamos nuestras cosas y empezamos a caminar, es un camino largo y es incómodo el silencio que hay, estoy acostumbrado al ruido, los hermanos Noura pueden ser muy ruidosos por eso me pone ansioso el silencio, ya estamos en la reja y nos recibe un hombre con apariencia elegante y una expresión seria, ¿él es Akawa?,¿él es el que estará a cargo de nosotros?

Mariana le dice unas cuantas cosas y se despide de mí, veo cómo se va y el maestro nos empieza a hablar:

- Bueno ... jóvenes, estarán a mi cargo todo este año, si llegan a descontrolarse solo una vez estarán muertos ¿entendido? -

- Si señor – respondimos los dos, parece ser muy enojón, no me agrada

- Vallan a dejar sus cosas de inmediato, pónganse al día y pidan una copia del horario los veré después en clase – nos dijo el profesor para irse

Debíamos ir a los dormitorios, pero, ¿Dónde están?, Nicolás parece saber dónde, lo sigo y llegamos a ellos; entramos y vemos la sala común, hay algunos chicos en el lugar, nos miran demasiado, a excepción de uno que está en una esquina armando cosas con unos cubos, nuestro cuarto es el A 16, esta hasta el último piso, maldita sea, hay tantas escaleras pero bueno, solo quiero ver a esos dos y descansar en una cama cómoda, la cama del sector 7 era más dura que una roca, no puede dormir bien por esas dos semanas, subimos hasta el cuarto y abrimos la puesta, no hay nadie, solo unos libros en el escritorio y una computadora en la cama, parece que estaba haciendo tarea, entramos, Nicolás se adueña de la cama de en medio, yo me quedo con la de la esquina izquierda, está más cerca de nuestro armario.

- ¿tenemos que compartir armario? - me pregunto Nicolas abriéndolo

- parece que si – le respondí mientras sacaba mis libros

- bueno acomodare mis cosas –

Se mete al armario y yo acomodo mis cosas, escucho como mis compañeros están hablando, pero no escucho la voz de Leo ni Alexa, deben de estar entrenando o en algún otro lado, termino de acomodar todo y escucho la voz de Leo, está viniendo para acá.