Ruptura.

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La figura de la mujer que ama se tambalea bajando la colina del valle, acercándose hacia él. Algo no cuadra muy bien para él y al entrecerrar los ojos distingue que ella carga con una pala y al fondo aprecia un montículo en la base del árbol que hace que se le hiele la sangre. Ve que varias veces ella está a punto de caerse, pero por más que intenta correr hacia ella, no puede. Ni siquiera puede dar un paso o levantar su brazo. Impotente, frustrado, enojado y desesperado, todo a la vez. La ve derrumbarse justo frente a él, llorando de una manera tan desconsolada que le duele en cada parte de su ser no poder moverse, no poder gritar su nombre, no poder detener aquel sentimiento que la invade mientras ella lo llama con gritos desgarradores.

Todo se desvanece, ahora se encuentra mirando hacia adentro de su cabaña y la ve encorvada sobre la mesa, con ambas manos sosteniendo su cabeza, pero... hay algo diferente, el entorno se encuentra frío, descuidado y, con alarma, sus ojos se abren de par en par notando lo delgada que ella se ha puesto. Son su mirada fija en la mesa, vacía, parecida a la que tenía cuando la rescató de los asesinos de su familia. Era mil veces peor que verla llorando. No puede hablar, pero ahora puede moverse, así que se lanza corriendo hacia ella y cuando está a punto de tocarla, todo se desvanece de nuevo.

El emerge de la nuca de su titán, alguien aterriza a su lado con el sonido del Equipo de Maniobras Tridimensionales. No quiere verla, no merece verla a los ojos. Sin embargo, lo hace y al girarse ve su rostro surcado de tristeza. Le implora que vuelva a casa con ella. Pero sabe que ya es tarde, él no puede hacerlo.

Espera

Ahora está en otro edificio completamente distinto, sentado del otro lado de una mesa, mirándola fijamente, observando como sus ojos se llenan de lágrimas mientras el pronuncia cruelmente una mentira tras otra. Sin poder impedirlo, sale de la habitación.

Regresa

Todo retumba a su alrededor, está oscuro y lo único que sabe es que la hirió con esas palabras a un nivel demasiado profundo, ¿será suficiente para que ella lo deje ir? ¿para que ella pueda hacer lo que tiene que hacer? Pero ¿¿Por qué carajos tiene que hacerlo?? ¿¿Por qué tiene que alejarse de ella de esa manera??

Te necesito

Ahora él cuelga de algún lado y ella se acerca con velocidad blandiendo sus cuchillas, todo fluye en cámara lenta, sus ojos oscuros reflejan profundo dolor y tristeza y aun así, es la mujer más bella del mundo, su rostro es lo último que ve en esta y en cualquier otra vida.

Mikasa.

Despertó de golpe, tenso y respirando entrecortadamente. ¿En dónde...?

El techo era de madera y la habitación se veía agradable y acogedora, luego se percató de algo que hizo que se relajara de inmediato, un agradable peso entre sus brazos, una respiración tranquila, un rostro relajado y en paz. Suspiró silenciosamente, cerrando los ojos solo para volver a abrirlos de inmediato percatándose de las lágrimas que corrían por sus mejillas, mojando su almohada. Hacía tanto que no lloraba de esa manera.

También, hacía tanto que no se sentía de esa manera. Llevaba tanto tiempo sintiéndose vivo que la vieja sensación de desvanecerse en la confusión de las memorias fue como un malestar estomacal. No podía quedarse tumbado en la cama con ella. Debía levantarse, debía salir de ahí.

Con sumo cuidado se arrastró lejos de ella, aguantando la respiración. Por suerte, últimamente ella había estado teniendo un sueño bastante pesado, así que en cuanto pudo, se puso de pie y salió a tientas de su habitación. Comenzó a sentirse más y más abrumado. Se dio prisa, atravesó el salón hasta llegar a la puerta principal, la abrió de un tirón y solo pudo correr unos cuantos metros antes de que todo se oscureciera.

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⏰ Última actualización: Nov 22, 2022 ⏰

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