¿Quién te crees que eres?

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La embarcación se movía al compás de la marea. Eren le acomodó la bufanda correctamente a la mujer que dormía apoyada en su hombro, lo menos que quería era que atrapara un resfriado por el fresco aire nocturno del mar. Le parecía curioso mirar a la nada, a la oscuridad de la noche sin luna.

Se encontraban en un barco de pasajeros y mercancías que viajaban constantemente entre los continentes. "El mundo en verdad es extenso" pensó, Armin siempre había tenido razón con respecto a eso. Por un momento se preguntó qué estaría haciendo su mejor amigo, ¿qué tan lejos estarían ya?

Habían pasado 10 días desde la confesión de Mikasa, desde que le había confesado los mismos sentimientos y deseos que tenía el. ¿En verdad era posible que tuviera tanta suerte? Su futuro había cambiado por completo. "Solo me quedan 5 años" luego miró a Mikasa. La chica respiraba rítmicamente, durmiendo tranquila por la presencia del muchacho, "Y haré que cada segundo cuente". La abrazó con más fuerza y cerró los ojos, con una sonrisa determinada en el rostro.

El camino hasta el barco en el que se encontraban había sido físicamente desgastante. En una pequeña ciudad habían comprado comida y un cambio de ropa (especialmente pantalones para Mikasa que ya no soportaba correr con la falda) para después abordar uno de esos carruajes metálicos que iba a otra ciudad que contaba con ferrocarril.

Fue cuando estuvieron dentro del tren, sentados en los desvencijados asientos, que pudieron dormir por fin. El trayecto había sido de seis días. Veían a muchos soldados, pero se alegraban al ver que se dirigían a la dirección contraria que ellos, a su frente de batalla. La gente subía y bajaba de los vagones. Eren y Mikasa solo comían, dormían o se entretenían comentando sobre lo diferentes que eran los paisajes y las personas con las que viajaban. Entonces habían llegado a la ciudad portuaria, en la frontera sur de Marley.

La ciudad estaba bien vigilada, los tiempos de guerra no permitían mucho... al menos por parte del gobierno, porque no les fue difícil hacerse con dos boletos de contrabando y un par de identificaciones falsas. Cuando los soldados Marleyanos los inspeccionaron a fondo, Eren dijo:

-Mi nombre es Aaron Kruger y esta es mi prometida, Mikasa Akuma.

Durante su viaje en tren habían acordado presentarse de esa manera para salir de Marley por esa frontera ya que estaba alejada del centro de guerra e ir a Hizuru por la boda y aun así vio el rubor en el rostro de Mikasa. No habían hablado mucho sobre sus sentimientos, pero ambos sabían que ya tendrían tiempo de aclarar tranquilamente la naturaleza de su relación. Solo tenían en claro que eran más que solo "familia".

En fin, eso fue suficiente para que los soldados los dejaran pasar y abordaron el barco en el que ahora se encontraban. Cruzaban el llamado "Mar Mediterráneo" hacia tierras lejanas. Habían pensado en ir a una nación neutral en cuanto a la guerra llamada Suiza, tal vez ahí podrían empezar una nueva vida...

Los días en el barco pasaron lentamente. Se entretenían mirando las aves, e intentando identificarlas y cuando se hartaban de eso, volvían a repasar el trayecto que tenían visualizado en un mapa plegable que habían conseguido en el puerto. No había camarotes en sí, así que dormían en la cubierta, con el resto de los pasajeros.

Procuraban no llamar demasiado la atención, pero al parecer fuera de las murallas tampoco eran muy comunes las personas asiáticas, por lo que Mikasa resultaba muy llamativa.

-Es eso y que eres muy hermosa. -Le dijo Eren una tarde cuando, recargados contra la barandilla del barco, Mikasa se había disculpado por llamar tanto la atención de un grupo de muchachos rubios de unos 16 años que estaban frente a ellos. Ella se sonrojó hasta llegar a la tonalidad de su bufanda, lo que provocó risas de parte del chico. Lo que ella no tenía idea es que muchos se le habían intentado acercar, pero cuando veían la mirada asesina que Eren les lanzaba desde detrás de ella se daban la media vuelta huyendo a paso veloz." Como debe de ser".

Si ese día hubiera dicho algo diferente. EremikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora