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Jisung pasó a su lado hasta que Chenle se quedó dormido nuevamente, siendo arrastrado fuera de la celda ajena en un silencio gélido.

Separarlos... iban a separarlos.

Otra vez.

No podía creerlo.

Los guardias que Seo había mandado para escoltarlo lo llevaron hacia el patio, dejándolo solo en cuanto dio un paso hacia la cancha donde sus amigos lo esperaban impacientes.

ㅡ¡Jisung-ah!

El nombrado alzó su vista, pero realmente no veía a nadie. Estaba perdido en el mundo que se le desmoronaba.

Haberse acostumbrado a vivir sin Chenle durante los primeros meses de su encierro habían sido solo equiparables al infierno, sabiendo lo que su pequeño mayor sufriría en su ausencia y no viendo la hora en que por fin lo dejaran libre.

Y verlo entrar por aquella puerta aquel día, a pesar de estar igual o más herido que el día en que lo conoció, le devolvió la luz a sus ojos y la esperanza de que, quizás y solo quizás, la vida no era tan mala con ellos como habían creído todo ese tiempo.

Pero... luego de esa noticia... ya no estaba tan seguro.

ㅡMe preocupa Jisung ㅡconfesó un rubio, mirando con semblante abatido al menor que simplemente jugaba con la comida en su plato

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ㅡMe preocupa Jisung ㅡconfesó un rubio, mirando con semblante abatido al menor que simplemente jugaba con la comida en su plato.

ㅡA mí también, Jeno. Y Chenle no ha salido de su celda desde la madrugada. ¿Alguien sabe cómo está? ㅡcuestionó Yukhei.

ㅡNo me dejaron acercarme al pabellón cuando quise ir a verlo, al parecer Seo dio órdenes que el único que podía hacerlo era Jisung ㅡcontestó Xiao, llevando otro bocado de insípida comida a su boca.

ㅡNo entiendo a Seo. Primero nos trata como basura andante y ahora pareciera que les hace un favor. Simplemente lo detesto.

ㅡEl sentimiento es mutuo, Jung ㅡla voz del aludido carcelero les heló la sangre, haciendo que los cuatro mayores en la mesa volvieran a ver a sus platos como si fuese lo más interesanteㅡ Park, ¿noticias de Zhong?

Jisung suspiró, mirándole a los ojos, un contacto de un par de orbes negros, unos brillantes y otros que solo asemejaban dos pozos sin fondo ni esperanza.

ㅡSubí antes del almuerzo, estaba despierto, pero no tenía hambre. Volveré para llevarle comida cuando acabe la hora.

Seo no dijo más, solo alejándose de la mesa a paso fuerte como siempre caminaba.

Ese día sería su último día junto a Chenle, junto a su mejor amigo, aquel que juró proteger cuando se conocieron a los diez años.

El amor de su vida.

Jisung creía que Johnny Seo no debía preocuparse que el que se suicidara fuera Chenle, debía preocuparse que el que se suicidara en su celda aquella noche... fuera él.

Silence [JC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora