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Mi pequeño hijo sigue aprendiendo a caminar. Su madre y yo hemos arreglado todo para que no se lastime mientras lo hace.
Avanza tambaleándose, con dificultad, pero sin dejar de intentarlo. Se ha caído y levantado ya tres veces.
Hoy por fin logró recorrer el dojo. Desde los brazos de Akane hasta los míos, que como su padre no puedo evitar levantarlo del suelo para besarlo por su esfuerzo.
Akane se nos une y me da un beso mientras acaricia el cabello de nuestro hijo.
-Es igual a ti-me dice sonriendo mi tonta favorita-terco igual a su padre
Nuestro hijo tiene sus ojos y al parecer heredó nuestro carácter combativo.
Ella se aleja y con la vieja cámara de papá nos toma una foto.
-Se la llevaras a nuestros padres?-me dice tan pronto la instantánea aparece.
-Ponla en un sobre, se las llevaré esta tarde.-le digo mientras acomodo mi ropa de entrenamiento en la mochila.
Los días en que estamos separados la extraño como loco. Papá, el tío Soun y yo estaremos en las montañas por tres días para entrenar. Aún no me marcho y ya la anhelo tanto.
