𝓠𝓾𝓲𝓷𝓬𝓮

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Hwang suspiró por undécima vez en lo que llevaba junto al mayor.

—¿Quieres dejar de hacer eso?

Lo miro confundido haciéndolo bufar.

—De dar lástima.

El alfa empezó a dejar suaves golpes sobre el pecho de su amigo.

—Dios, pareces de cinco años...—regañó mientras atrapaba sus manos—. ¿Quieres comportarte?

—Quiero irme...—bufó.

Se soltó mientras se volvía a dejar caer sobre el sillón en el que llevaba esperando.

—Eres como un grano en el culo...—Hyunjin arrugó el ceño—. Detestable.

Minho le dio la espalda dejándolo solo hasta que volviera, retiró el pequeño mandil que tenía sobre él y se lo entregó a la chica que lo había atendido.

—El color negro le queda muy bien...—sonrío.

Devolvió la sonrisa mientras volteaba para ver su reflejo; la chica no mentía, el color negro en su cabello hacía que sus facciones se marcaran más e incluso que su mirada resaltara.

—Un gusto haberlo atendido —hizo una pequeña reverencia—. Vuelva pronto.

El alfa le regaló una sonrisa antes de regresar donde su amigo, quien al parecer seguía encaprichado en parecer un niño pequeño.

—Hwang Hyunjin...—regañó al verlo desparramado sobre su lugar—. ¿Se te olvida que eres una celebridad?

—Si ti ilvidi qi iris ini cilibridid...—el mayor puso los ojos en blanco—. ¡Estoy triste! ¡Mi lobo esta triste!

Hizo un pequeño puchero que logró sacar una risa de su amigo haciéndolo gruñir bajo.

—¿Te ríes de mi tristeza?

—No, realmente me rio de algo que me acordé.

Pasó por su lado haciendo que este tenga que correr para alcanzarlo.

—Minho~

Volteó abruptamente haciendo al más alto chocar con su cuerpo.

—¿Quieres dejar de portarte como un niño de cinco años?

—Consuélame...

—Claro Hwang...—lo agarró por la cintura—. ¿Tu apartamento o el mío?

Hyunjin abrió sus ojos en grande y se apartó rápidamente, tratando de ocultar el sonrojo que se había posado en sus mejillas.

—¡Estás loco!

Minho soltó una carcajada mientras volvía a retomar el camino hacía su auto.

—Sé que estás triste pero Dios...—suspiró—. ¿Qué quieres que haga? —el menor enarcó una de sus cejas cuando el pelinegro volteó a verlo—. Dime.

—No sé...

—¡Anda busca a tu omega!

El menor pestañeó rápido ante lo que su mejor amigo soltó.

—Ni vayas a negar que es tu omega...—señaló—. Has estado con otros miles y ninguno te ha pegado tanto como él, así que no lo niegues...

Hyunjin suspiró mientras bajaba su mirada.

—Necesito saber porque me pidió que me vaya...

—Ve y pregúntaselo.

—¡No puedo ir así nada más a su casa!

𝓡𝓮𝓭𝓮𝓶𝓹𝓽𝓲𝓸𝓷 - 𝓗𝔂𝓾𝓷𝓘𝓷Donde viven las historias. Descúbrelo ahora