❝Hwang Hyunjin, alfa pura sangre, destacado en la sociedad por su belleza, uno de los modelos más deseado de la industria, incluso por aquellos iguales a él. Yang JeongIn, omega rebelde, renegado ante los demás por no ser sumiso pero aún así, desead...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Seungmin vestía a su pequeña mientras el alfa menor le miraba atentamente, Chaeyoung era una niña muy tierna y educada, siempre y cuando nadie intenté quitarle la atención de su padre o hermana omega.
—¿Papá demora en llegar con Tzuyu? —murmuró el menor.
—No lo creo mi amor —respondió el omega—. Salió hace un rato así que dentro de nada estará de regreso.
La pequeña paz que se había formado en el lugar se vio interrumpida por el fuerte portazo que resonó, el aroma pesado del alfa mayor lleno toda la casa haciendo que la pequeña cachorrita alfa hiciera un puchero al sentirse abrumada por este.
—¿Pelearon?
El omega no pudo ni responder cuando las voces de Tzuyu y Chan se logró escuchar.
—¡¿Por qué no?!
—¡Ya dije que no!
—¡Solo es una fiesta con mis amigos!
—¡Lee Tzuyu!
La niña refutó mientras Chan ahogaba un gruñido en su garganta, no quería hacer sentir mal a su pequeña.
—¡Changbin me daría permiso sin problema!
Tzuyu quiso morderse la lengua apenas esas palabras salieron de su boca, la mirada de Chan cambió a una que no supo descifrar y antes de poder decir algo, la voz de Seungmin se logró escuchar al igual que su aroma llenando el área.
—Tzuyu, tus hermanos quieren verte —sonrío.
La menor pestañeó un par de veces, miró a su padre alfa pero nada salía de sus labios así que solo suspiró y desapareció de la sala de estar.
—Channie~
El alfa se dejó rodear por el menor, ocultó su rostro en el cuello de este dejando que el aroma que poseía llenara cada parte de su ser.
—Lo siento que hayas tenido que escuchar eso...—murmuró sobre la piel ajena—. Pensé que había bastado con decirle en el auto que no...
Seungmin acarició el cabello ajeno mientras sentía como este iba calmándose un poco, su aroma iba disminuyendo y el agarre en su cuerpo también.
—¿Por qué no quieres que vaya?
Chan suspiró.
—Creo que no debió decirme que la mayoría serían alfas —el menor le sonrió suave—. Solo no quiero que le hagan nada, es todo.
