Capítulo 8
¿Qué? ¿Jisoo me estaba diciendo eso a mí?
-Gracias, supongo. -Dije seca.
- ¿Cómo has estado? -Dijo, ¿es que acaso intentaba tener una conversación conmigo?
Estaba segura que sólo buscaba provocar a mi hermana.
-Bien Jisoo.-Mentí y me fui a sentar con Hyeri.
- ¿Qué ha sido eso, amiga?
-Pues no tengo ni idea. Creo que sólo provocaba a mi hermana.
-Bueno, igual ellas no te dejaban de mirar.
- ¿Quienes? -No, no, no, ¡ellas no por favor!
-Pues, ¿quiénes más? Tu hermana y sus amigas.
- ¡Mierda! Ahora Jennie se pondrá como loca, lo sé.
-Intenta calmarla.
- ¿Calmarla? ¡Imposible! No hay nada que la calme. Bueno, el sexo sí.
-Ni siquiera se te ocurra calmarla, eh.-Dijo riendo. Yo solté una carcajada.
- ¡Eres una idiota!
En la salida, estaba guardando mis libros junto a Hyeri cuando Jisoo se nos acercó. ¿Qué quería?
-Rosé. Qué bueno que te encuentro.
- ¿Qué pasa?
-Pues, me harán una fiesta de bienvenida en mi casa y me encantaría invitarlas. ¿Las veré allá?
- ¡Sí! -Dijo Hyeri y le di un codazo.
Jisoo nos sonrió y se fue.
- ¡Hyeri! ¿Por qué? Ni siquiera quiero ir.
- ¿Podrías dejar de ser tan aburrida? Eso es justo lo que necesitas Rosé, una fiesta. Aparte, sabes cómo son esas fiestas de Jisoo, va toda la escuela y todo se sale de control. Uh, ¡sí! ¡Fiesta,
fiesta, fiesta! -Dijo cantando su canción ridícula cada vez que iba a una fiesta. Me tocará ir.
Me acerqué a mi hermana que ya estaba en el carro, ¡sí! No tenía que esperar a nadie.
-Hola Jennie. -Dije y ella ni me miró.
Ni siquiera me dijo algo.
Sólo quiero que las cosas cambien entre nosotras.
La tensión se podía sentir.
Sólo quería llegar a casa ya.
Minutos después ya estábamos ahí.
Me bajé y cerré la puerta de un portazo.
Subí a mi habitación y suspiré, cerré la puerta.
Me recosté en mi cama y lo único que podía pensar era en lo mucho que extraño a mi hermana, creo que hablaría con ella... La puerta. Estaban tocando la puerta.
-Pasa.
- ¿Podemos hablar? -Dijo Jennie entrando y sentándose en mi cama.
-Sí, ¿qué pasa?
-Sólo, te quería pedir perdón. -Dijo mientras movía sus manos.
La conocía a la perfección. Cada
vez que hacía eso es porque estaba nerviosa.
- ¿Perdón por qué? -Dije haciéndome la que no sabía nada.
Si sabía por qué se disculparía, sólo
quería que empezara a hablar más nerviosa que nunca, mezclando las palabras sin sentidos con un intento de pedirme perdón.
No podía creerlo.
-Joder, por todo. Mierda, no sirvo para estas cosas, pero perdóname, ¿sí? Por ser una imbécil que nunca te apoya, porque sé que estás mal, pero no soy capaz de estar ahí... Mierda, soy una cobarde y. Sí, tienes razón, estoy más pendiente de mis amigas y de otras chicas en vez de ti. Perdón por a
veces dejarte sola en la escuela y hacer que te vengas caminando a casa, sé que no queda cerca y.. Estoy nerviosa, ¿sí? Y bueno sí. Sabes que te amo Roseanne, tú eres mi hermana menor y sé que
puedo ser muy impulsiva e incluso celosa porque no quiero que nadie nunca te haga daño, nunca.
Y perdóname, no soy la mejor hermana - Ella, Jennie, estaba hablando entrecortada, ella estaba a punto de
llorar- Pero lo que si nunca negaré es que te quiero más que a nadie en el mundo.
Eres la única persona que tengo Roseanne. -No aguanté más, me acerqué a ella y la abracé como
nunca lo había hecho en todos estos años. Yo también estaba llorando. Estaba feliz de tener a mi hermana conmigo.
-Te adoro Jennie, aunque si fuiste una imbécil. -Dije y ella río secando mis lágrimas.
Duramos tiempo abrazadas en silencio. No era un silencio incómodo, para nada.
Las dos nos conocíamos a la perfección y sabíamos que estábamos cómodos así.
Sabía que este tema llegaría.
-Rosé, ¿por qué hablabas con Jisoo hoy? -Dijo en tono calmada, estaba feliz de que controlaba sus impulsos.
-No sé, ella sólo se me acercó dijo que seguía siendo hermosa y me preguntó cómo estaba. - No le nombraría lo de la fiesta jamás y mucho menos que iba a ir.
-Maldita. No me gustaría que te juntaras con ella, no es una buena chica y nadie va a lastimar a mi
hermana. -Dijo dándome un beso en la cabeza.
-Lo sé. -Dije mientras la abrazaba.
Estuve toda la tarde con mi hermano. Comimos demasiado, jugamos con su Xbox e incluso nos pusimos a ver películas.
Todo como antes.
Estábamos felices, mucho.
Por primera vez, no estaba fingiendo sonrisas.POV Lisa
Ella gemía mientras yo me movía más rápido sobre ella, ya estaba a punto de llegar.
- ¡Ah, Lisa! -Me encantaba que gritaran mi nombre.
Ella arañaba mi espalda y finalmente,
llegamos al orgasmo.
Me recosté en la cama mientras mi respiración estaba agitada.
Ya me tenía que ir. Me levanté y cogí mi ropa para cambiarme
- ¿Me llamarás? -Decía ella mientras se mordía los labios tapándose con las sábanas.
-Claro que sí. -Dije sonriéndole y salí de ahí.
"Claro que sí" sinónimo de "Nunca"
Llegué a mi casa y tiré las llaves en la mesa buscando algo que comer.
Mi teléfono sonó.
-Hey Jackson. -Dije mientras me preparaba un cereal.
-Hey Lisa. ¿Sabías que Jisoo hará una fiesta de bienvenida? Irá toda la escuela.
-No hay manera en el infierno que yo vaya a esa mierda.
-Lo sé, tendremos que hacer algo diferente los cuatro ese día.
Mientras toda la escuela está en lo que se dice ser "La fiesta del año".
-Qué va. La verdad no me importa lo que haga o deje de hacer esa imbécil.
-Vino para quedarse.
-Lo sé, ¿por qué crees que tuve que tener una de esas buenas tardes de placer para desestresarme?
-Uhhh, ¿quién fue la victima?
- Joy
- ¿Qué tal?
- Ha habido mejores. Pero no me quejo. -El río y luego se despidió.
Viernes.
No sé qué haríamos ese día, pero ninguno íbamos a pisar la casa de esa maldita.
Que por cierto no sé qué hacía hablando con mi chica hoy, sólo sé cómo fue Rosé, seca y fría.
Ella era una chica difícil.
No caía en los encantos de nadie.
Y eso en parte me gustaba, no estaba detrás de esa imbécil, pero por otra parte no me gustaba, porque no estaba detrás de esta imbécil tampoco... Si esta imbécil soy yo.▫️◼️▫️◼️▫️◼️▫️◼️▫️◼️▫️◼️▫️◼️▫️
Haber que tal les parece...
Aquí esta el del día... ✨~JM~
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Pequeña ¡Eres mia! // Chaelisa G!P
Fiksi PenggemarRoseanne Park y Lalisa Manoban No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes. Lisa era dueña de sí misma, Rosé una niñ...