IX
-Ya Grettel, lo sentimos, no era nuestra intención dejarte sola en el baile.- Lilith trato de acercarse, pero la pelinaranja dio un paso hacia atrás cruzándose de brazos.
-No lo puedo creer, son nefastas y horribles, no sabía ni debajo de qué piedra ocultarme por tanta vergüenza que sentía.
-No te enfades, llevas dos días así, mira te tengo una sorpresa, ten.- Deneve se acercó y le extendió la mano en la cual traía una cajita.- Se que el otro lo haz terminado y se que necesitas de este ahora más que nunca, para contarle lo horrible que son tus hermanas.
Grettel lo dudo por un momento, pero termino cediendo al regalo de su hermana, sabía bien lo que era, un diario, su hermana Deneve ya le había obsequiado uno anteriormente, lo recordaba bien, ya que se lo dio en lo que fue, uno de los días más tristes de su vida, “A el le puedes contar lo que sea, no te juzgará, no sé burlara de ti y siempre te escuchará”.
-…E iremos a tu lugar favorito.-Decía Lilith, sacando de sus recuerdos a Grettel.
-Esta bien, solo déjenme un momento sola.
-¿Sigues molesta?- Pregunto Deneve con una cara triste.
-No es eso, quiero ocupar tu regalo, y como dijiste, contarle lo horribles que fueron.-Dijo sonriendo a la vez que abrazaba a sus hermas…
Ya habían pasado semanas de la presentación de Dominic, Carlos y Leandro, no habían comentado nada del baile ni ellos conocían la historia del otro. Carlos salía a ver a Lilith con la escusa de explorar y por su parte Leandro tenía el suficiente tiempo libre para poder visitar a Deneve.
-¡Si todos me dijeron que te besaste con el como aprobación!, ¿Qué es lo que quieres que piense?
-Pero papá, solo fue un gesto amable, no quería que Kevin mal interpretara las cosas.
-Si y después desapareciste del baile igual que el. ¡Si no quieres que piense mal, dime entonces donde estabas!
-Es que...
-¡¿Es que?!, ¡¿Pero?!, Y ¿Qué sigue?, ¡¿Perdón?!, Sabes que me molestan esas palabras y sabes también que son los indicios de la mentira. No dejaré que dejes caer tu honor por una estúpida noche, te casarás con el príncipe Kevin y afrontaras las consecuencias de tus actos y no hay tema a tratar, ya está tomado el acuerdo.
Deneve ya no pudo decir más, las palabras se atoraban en su garganta formando un nudo que cada vez se hacía más grande, lo único que pudo hacer fue salir corriendo y dejar escapar todas las lágrimas acumuladas en su rostro.
-¡Auu!, Cuidado Deneve.- Grettel la sostuvo para que no se lastimara.- ¿Qué sucede, te encuentras bien?
-No es nada Grette.- Se limpio las lágrimas, para que su hermana no se pusiera triste.
-Dime por favor, no te ves bien.
-Ya no estaré más aquí.- Derramó unas cuantas lágrimas.
-¿Por qué?, ¿Papá te mandara a un convento?, ¡¿Qué hiciste Deneve?!
-Me casará con Dominic, ya que, el padre de este, asegura que vio a su hijo rompiendo la cercanía conmigo, como muestra de aprobación de una relación.
-Y ¿Fue eso lo que pasó?- Grettel abrió los ojos. Ninguna de las hermanas sabía lo que Deneve tenía con Leandro.
-¡No!... Bueno… si, pero todo es un error, Dominic mal entendió las cosas y me beso, me hizo una pregunta y me perdí en ella, solo le agradecí y le di un beso en la mejilla.
-¿Pues que fue lo que te pregunto Deneve?- Grettel la miraba preocupada.
-Si creía en el amor a primera vista, le dije que si, y dijo otra cosa que no escuhce agradecí y me fui.
-Deneve, ahora que lo dices, el no duró mucho en el baile se fue después de un rato y tú no regresabas. Escuche decir que sospechaban que Dominic se desapareció con una jovencita, pero nunca pensé que fueras tu. Y de ser las cosas así, se corrió a viva voz que la joven, ósea tu, acepto la declaración del príncipe y que fue por eso que ambos estaban ausentes, “Celebrando”, la confirmación de la propuesta.
-Ahora entiendo el enojo de papá, ambos reinos deben de pensar que soy la concubina de Dominic. - Puso los dedos sobre la boca muy preocupada.
-¿Por qué no le dices la verdad?, O mejor dicho, ¿Por qué no, mejor nos cuentas que hiciste esa noche?- Grettel la vio sería.- No haz querido hablar nada de lo que ocurrió la noche del baile.
-Pero ya les dije que no hice nada, solo salí a caminar.- Deneve se puso nerviosa.
-Sabes, solo se disculparon por dejarme sola, pero jamás me explicaron que es lo hicieron esa noche, de ser así, creo que apoyo a papá, no se ni que pensar de ti. Todo lo que decía la gente de aquella joven, sonaba tan comprometedor, que hasta yo me llegue a hacer de esa idea.
-Pero no estuve con Kevin, solo bailamos.
-Basta Deneve, deja de mentir, no le tienes confianza, a quien dices es tu hermana, ¿Cierto?- Sus ojos se tornaron cristalinos y agachó la cabeza.
-Claro que no Grettel.- La abrazo y la apretó lo más fuerte que pudo.- Sabes que eso no importa, solo es algo de lo que si tengo miedo a contar.- Suspiro y se aferró aún más a su hermana.- Me entregué a Leandro…
Dos meses ya habían pasado desde que Deneve vivía en el castillo de Pech Creeck, siempre se mandaba cartas con sus hermanas, ya que las extrañaba demasiado, además que así aprovechaba para poder ver a Leandro.
Su relación con Dominic no tenía ningún avance ya que Deneve siempre lo evadía, ella quiso hablar, le pedía y le suplicaba que por favor desmintiera los rumores, que el sabía perfectamente que entre ellos no había sucedido nada, pero el siempre se negó, estaba con la mujer de sus sueños, de la cual estaba enamorado y no iba a dejar que se marchará de su lado, solo se aferraba a Deneve, con la idea que algún día ella lo amaría tanto como el a ella, pero ese día nunca llego en cambio todo los intentos de acercamiento y muestras de afecto se convirtieron en resentimiento, irá e impotencia, a tal grado que el amor que tenía lo convirtió en un fanatismo y un reto como si de una batalla se tratase, empezó con simples humillaciones y comentarios fuera de lugar que Deneve los sentía en gran medida dolorosos, llegando a crecer a jaloneos y terminando en lo retorcido…
-Vamos, ya no llores te dejare salir de ahí si prometes que te entregaras a mí y no me volverás a rasguñar mi cara.- Dominic la miraba furioso, pero sus palabras estaban llenas de burla.
-¡Eres un infeliz sacaste provecho de un malentendido pero en cuanto le diga a mi padre la verdad te desollara vivo!- Decía Deneve desde el fondo de una sucia habitación obscura, una de tantas del calabozo.- No puedes obligarme a quererte, tal vez el acuerdo de nuestros padres es un matrimonio, pero el amor no es algo de un trato.
-¿Qué verdad?, ¡¿Qué eres la amante de un miserable mensajero?!.- Dominic alzo la voz enojado a lo que Deneve solo se quedó callada he impresionada.- Así es, ¡lo sé todo!, escuche su última plática dónde le jurabas amor eterno y todas esas estupideces que jamás me pudiste decir a mi.
-Y ¿Que es lo que piensas hacer?- Dijo llorando Deneve con preocupación.
-Solo que venga los guardias tienen la orden de matarlo en cuanto lo vean, pero si accedes a ser mía y casarte por las buenas conmigo, le perdonaré la vida.
-¡Nunca seré tuya!, No me tendrás ni en cuerpo ni en mente, eres la peor basura que conozco.- le escupió a los pies.
-Pues entonces quédate ahí hasta que el hambre te haga cambiar de opinión y despídete de ese asqueroso bastardo.
Azotó la puerta dejando a Deneve llorando en la obscuridad, pensando en que si hubiera dicho la verdad desde el principio las cosas serian distintas, “estaría en un convento, extrañando a todos como ahora, pero al menos no hubiera puesto la vida de Leandro en riesgo, ¡Soy una idiota!”, lamento tras lamento en esa habitación obscura.
-Lo lamento tanto, debí alejarme de ti esa noche en el rio en cuanto pude.- Leandro solo lloraba y abrazaba a Deneve.
-No pienses así, si no todo lo que hiciste, no tendrá sentido. Le dio un beso en la mejilla.- Mejor dime cómo lograste sacarme de ese lugar.- Lo apretó aún más y este correspondió con el mismo gesto.
-Pues todo fue gracias a unos amigos y a tu hermana Lilith…
<<Ya había pasado bastante tiempo y Deneve no aparecía en el lugar que habían acordado, esto lo empezó a preocupar y decidió ir al castillo, recorrió varias calles estaba bastante cerca, ya podía ver la puerta a lo lejos.
-¡Leandro!, ¿A dónde crees que vas?- Grito uno de los guardias, lo conocía, era un muy buen amigo suyo.
-¿Qué ocurre Alfonz?, Voy al castillo, ¿Por qué?-Lo miro confundido.
-No puedes acercarte, tenemos la orden de tomar tu vida en cuanto se te vea, tienes suerte de que fui el primero en verte.
-¿Qué?, pero, ¿Por qué?
-¡Ho! Vamos, El príncipe Kevin sabe de ti y Deneve, la tiene cautiva en el calabozo desde hace tres días y…
-¡Tres días!- Le interrumpió exaltado.- ¡Es un maldito desgraciado!, Voy a…
-¡Hacer nada!- Alfonz lo detuvo, ya que empezó a caminar sin que se diera cuenta por el enojó.- Si vas, solo te cortaran en mil trozos. ¿La amas?.- pregunto Alfonz curioso.
-A logrado cauti…
-¡Solo responde la pregunta!- Lo interrumpió bruscamente.
-Si.- Lo miro un poco molesto
-Pues entonces, se más inteligente y planea algo, por qué si piensas meterte a la boca del lobo así como así, ella pagara las consecuencias de tus actos.
Se quedó un rato, pensando en las palabras de su amigo, tenía razón, pero, ¿Qué podía hacer?, Ya no tenía acceso al castillo y solo tenía a Alfonz de su lado.
-¿Tienes un caballo que me prestes?- Dijo al fin.
-Te lo puedo hasta regalar, pero, ¿Para que quieres un caballo?
-Ya, solo prepárate, te veré antes de la cena, en la parte trasera del castillo y deja en la puerta lateral un atuendo de sirvienta, trata de conseguir las llaves del calabozo donde se encuentra Deneve y por favor, habla con ella, dile que sea paciente, que hoy será el último día que este encerrada.
-Es demasiado lo que pides, pero ¡De acuerdo!, ve a mi casa, mi prometida debe de estar ahí, dile que tomarás el caballo, que vas de mi parte.
-¡De acuerdo!, Mantente preparado.- estrecharon sus manos y se separaron.
Y así empezaron a movilizarse, Alfonz conocía a todos en el castillo, por lo que unas cuantas cervezas con el guardia del calabozo y las llaves serían suyas, lo difícil sería hablar con Deneve ya que había al redor de 10 guardias custodiándola por órdenes de Dominic. Por su parte, Leandro, emprendió viaje, rumbo al hogar de Deneve, Klagender See.
-¿Qué es lo que sucede?, ¿Cuál es la urgencia para verme?- Lilith iba saliendo hacia la puerta principal del castillo, molesta por qué interrumpieron su lectura.- Ha… eres tú, el pillo que corteja a mi hermana en secreto. ¿Sabes que fue tu culpa que Deneve este obligada a casarse con alguien que no quiere?, Claro que, tú eres al que quiere…
-Ha veo que las cartas que le entrego están cargadas de información comprometedora.-Le dijo algo burlón pero sorprendido- Bueno, no vine a ser regañado por usted.
-¿Entonces a qué viniste?, a comprometer ahora a Grettel, o déjame adivinar, a aclarar las cosas con papá, decirle que tú y ella están saliendo para que la destierre. ¿Es eso?
-¿Sería capaz tu padre?
-Es tan cerrado y el buen camino para el lo es todo, ¿Tu qué piensas?, ¿Qué Deneve se casará por amor?
-Bueno, aunque así fuera, solo he venido para pedirte que ayudes a Deneve a escapar.
-¡¿Estás loco?!, no los ayudaré a escapar, ya se lo había dicho a Deneve, no puedo creer que sea una necia y que siga con ese ridículo plan.
-¡¿Ella quiere escapar conmigo?!- Leandro abrió los ojos haciendo irradiar cierto brillo.
-Tu no lo sabes… Entonces, ¿Qué es lo que sucede?- Lilith al fin bajo la guardia y se dispuso a escuchar a Leandro.
-Vera, Kevin se ha enterado de lo que tenemos Deneve y yo, la ha encerrado en el calabozo y ha pedido mi cabeza…
-Realmente te ama… Es una terca, pudo haber intentado estar con el Príncipe, pero al parecer te es fiel a ti.- Suspiro.- Y ¿Qué es lo que quieres que haga?, ¿Cuál es tu plan?
-Sígame, haremos una visita a un viejo conocido y después rumbo a liberar a Deneve.
Salieron lo más pronto posible, subieron al caballo y partieron. Mientras en el calabozo de Pech Creck, se encontraban hablando Deneve y Alfonz, el segundo se había logrado infiltrar con cerveza, había matado dos pájaros de un tiro, se fue con el guardia de llaves y unos de los relevos de los guardias a una taberna, ambos sujetos terminaron casi inconscientes, así tomo la llave y suplantó al guardia.
-¿De verdad?, ¿El viene por mi?
-Claro que viene, cómo cree que dejaría a la mujer que ama en una habitación obscura.
-Me emociona la idea, pero a la vez me desagrada.- Miro al suelo casi a romper en llanto.
-Calme , no ponga esa cara triste, ¿Qué usted no lo quiere?
-Claro que lo quiero, pero por eso mismo no quiero que venga, lo asesinaran.
-Tranquila, todo saldrá bien, por cierto ya casi es hora de que me vea con el.- saco la llave de su cinturón.- Tome, está llave es de esta puerta, cuídela mucho.
-Muchas gracias por todo Alfonz, solo le pido una última cosa.
-Claro, lo que sea.
-Se que no se detendrá y me buscará, esta enfermo ese hombre. Por eso le pido que trate de ponerle trabas al príncipe, no deje que me encuentre por favor, y si lo llegará a hacer, no importa en qué situación me encuentre pero trate de proteger a Leandro y no a mí, se que el sufrirá , en cambio yo, puedo manipular a Kevin con trucos.
-Po-por supuesto, haré todo lo posible, el es mi amigo, por no decir el mejor.
Así Alfonz se retiró dejando sola a Deneve, que ya no estaba triste y preocupada… ya solo preocupada.
-Espera, espera, te estás pasando de Pech Creeck, ahora vamos rumbo a Cavalon.
-Lo se, te dije que iríamos a visitar a un conocido, que nos dará algo que nos ayudará mucho.
Cabalgo un buen rato ya que a dónde se dirigían se encontraba al pie de un barranco que se destacaba por sus piedras de color naranja que terminaban a la orilla de un rio con un hermoso pastizal en la cual solo había una cabaña. Al acercase y tocar la puerta salió un hombre alto de tezl opaca con un semblante aterrador.
-¿Cómo esta joven Leandro?, hace mucho que no lo veo por aquí, Perdiz puede ver que trae una hermosa dama, - Hablo en un acento un poco raro pero que sonaba amistoso y noble.
-Hola Perdiz, ella es Lilith princesa de Klagender See.
-Ho, Es para Perdiz un honor recibirla majestad.- Reverenciaba cortésmente.
-Gracias Perdiz, El gusto es mío.- Lilith sonrió devolviendo el gesto.
-¿Qué puede hacer este curandero por ustedes?
-Si bueno, ¿Recuerdas ese líquido que me diste para dormir?
-Por supuesto, ¿Aun sigue sin poder dormir?
-No, no es para mí, de echo necesito el mismo remedio pero que haga efecto al instante y el efecto sea mucho más potente.
-Joven Leandro, lo que me está pidiendo es prácticamente un veneno ¿Verdad?, usted sabe que los principios de Perdiz no le permiten crear venenos.
-¡No!, No me mal entienda, no quiero asesinar a nadie solo dormir por un rato, no para siempre.
-Bueno, solo un momento, Perdiz hará algunos cambios a esto.- les enseño una pequeña botellita.- Y listo tendrá lo que necesita.- Se alejo a una mesa donde tenía diversas yerbas, hongos y plantas.
-¿De dónde lo conoces?, Pregunto Lilith extrañada.
-Bueno, como mensajero conoces a mucha gente en tus viajes y más cuando son largos.
-¿Sabes?, Creo que se por que mi hermana se fijó en ti, tienes una respuesta para todo, hasta para lo que no te agrada tienes algo que decir pero sin ser grosero y hasta tierno eres, cosas que Deneve le atraen mucho.
-Así que, ¿Soy como un niño pequeño respondón?- Bromeó, sonriendo a Lilith.
-Yo diría, todo un caballero.- Suspiro profundo.- Lamento haberte juzgado mal, de ser cualquier otro hubiera huido al saber que su cabeza pende de un hilo por órdenes de la corona pero mírate, estás aquí ideando un plan para sacar a mi hermana.
-No te preocupes, antes yo hubiera hablado de mi en la forma en la que lo hizo hace un rato y hasta aun lo creo en esas palabras, pero Deneve me mostró que ella me quiere por quién soy, no por lo que tengo.- Una lágrima corrió por su mejilla.
-Listo, aquí tiene joven Leandro.- Este lo volteo a ver limpiando rápidamente la lagrima.
-Gracias Perdiz, aquí tienes, le entrego un pequeño saco con monedas de plata.
-No es nada, es un gusto Joven Leandro, venga más seguido.- Se despido sonriendo.
-Hasta luego, vendre más pronto de lo que imaginas.- Se despido Leandro empezando a cabalgar, Lilith se despidió gentilmente con la mano y una sonrisa. Se dirigiéndose a Peach Creek, a todo lo que podía correr el caballo.
-Nos infiltraremos en la cocina, un amigo nos abre camino desde dentro del castillo, te dejare sola en la cocina para que viertas el contenido del frasco en la jarras del vino y la cerveza yo iré por Deneve y te veremos en la salida trasera del castillo., el problema es que no sé a dónde huir, no tendremos mucho tiempo antes de que alguien se de cuenta que todos duermen.
-Yo tengo una idea, ve rio abajo como si fueras a Klagender see, encontrarás un lago y una cabaña a lado de este, estarán seguros ahí. Yo los veré más tarde ahí, me resultará más fácil escapar de Pech Creeck sola que contigo.
-Muchas gracias por tu ayuda.
-No agradezcas, es mi hermana y aparte te lo debo.- Lilith sonrió.
-¿Estas Lista?
-¡Lista¡
-Acabemos con esto…>>
-Y ¿Dónde está Lilith?- Pregunto preocupada Deneve. Separándose de Leandro.
-Bueno, ella decidió marcharse a Klagender See, para no llamar la atención.
-Es la mejor.- Dijo volviendo a abrazar a Leandro.- Y bueno, ahora que somos libres, ¿A dónde iremos?
-¿Que te parece Cavalon?, Conozco mucha gente ahí, así que podríamos empezar de cero y lo mejor es que Peach Creeck no tiene relación con ese reino .- Beso sus labios tiernamente
-Cualquier lugar contigo es perfecto…
ESTÁS LEYENDO
Pendientes
RandomEl amor no es fácil, menos cuando todo está en tu contra por errores del pasado y peor aún cuando no son tuyos. ¿Cuanto tienes que luchar para sobrevivir y amar? **Advertencia es una historia BL (ChicoxChico) si no es de tu agrado por favor no leas*...