I
-Vamos despierta bastardo..!- Sentí un golpe en el estomago, que me dejó sin aire, el dolor me provocó empezar a sollozar- ¿Qué no escuchas?- Grito el hombre que me golpeo, sujetando me de la camisa y levantándome a la fuerza.- ¡Vaya que eres un ligero pedazo de mierda!- Me sacudió bruscamente, obligándome a caminar.
Estaba cansado, con hambre y muy sediento, el cuerpo me dolía y cada movimiento que hacía provocaba una punzada.
- ¿Que haremos con el?- pregunto su compañero.
- Alfonz lo trajo como sirviente, pero no creo que dure la escoria esta.- se empezó a reír cruelmente aquel hombre.
Abrieron una puerta, la única de la fría y obscura habitación, que daba hacía un pasillo con varias puertas iguales a la que me encontraba; el pasillo era iluminado por antorchas que estaban sujetas a la pared. Podía escuchar lo que sonaban como susurros en forma de lamentos. Me empujaron en dirección a donde estaba otra puerta pero está se encontraba en el centro del pasillo que suponía era salida de aquel horrible lugar.
-¡Vamos estúpido!, avanza, no tengo todo el día – Me dio otro empujón, que me hizo caer, haciendo que mi mejilla raspara en el suelo.- ¡Oh vamos!, maldición, vaya que eres un inútil. El hombre me tomo del cabello para levantarme y lanzar mi cuerpo hacía adelante para seguir caminando.
Llegamos a final del pasillo, el otro hombre que solo se limitaba a ver el comportamiento de su compañero, tomo una llave del cinturón que portaba, la metió en la cerradura y abrió esta. Al otro lado había bastantes escalones en espiral hacía arriba, que en cualquier otra circunstancia las habría subido como si nada, pero en el deplorable estado en el que me encontraba, era agobiante e hiriente el solo dar un paso. Cómo podía avanzaba, los hombres seguían hablando, pero dejé de prestar atención, solo me humillaban “Gran error”, pensé.
-¿Cómo te e atreves a ignóranos bastardo?- Me pateó y caí sobre los escalones, me pare lo más rápido posible para no recibir otro golpe, ya no lo soporta a mas.
- Lo sddgg- Trate de disculparme pero la garganta me lo impidió, la tenía tan seca hacía tres días que no probaba líquido alguno. Seguí subiendo las escaleras y enseguida escuché unas risas, eran los guardias mofándose de mi.
Llegamos al final de la escalera uno de los guardias abrió una puerta y al instante una luz me cegó, era la luz del sol, que entraba por las ventanas que tenía el pasillo, estás dejaban ver un hermoso jardín. Nos dirigimos a otra puerta que daba paso a lo que parecía ser el centro de aquel castillo.
-¿Lo llevarás con Grettel?- pregunto el guardia que portaba las llaves.
-Seria lo mejor, para que le dé un baño apesta asqueroso.
Al pasar por la puerta pude ver un hermoso salón, estaba tan bien adornado, el estaba cubierto por una alfombra roja adornada con lo que parecían ser unos ramajes dorados que terminaban en una pica. Los ventanales estaban cubiertos por unas cortinas gigantes de color dorado y algunos toques plateados, había alrededor de 28 pilares y cada uno tenía una mesa que sostenía un florero que portaba unas bellas flores que hacían juego con las cortinas. Entre cada dos pilares había una puerta. En el centro había dos escalera que daban hacía el mismo sitio del segundo piso y frente a estás se encontraba la entrada principal.
-¡Camina ya maldita sea!- sentí un golpe en mi cabeza. Aquella sala me había echo olvidar por un momento dónde y bajo que circunstancias me encontraba.
Nos dirigimos a una de las puertas y recorrimos varias puertas no tan bonitas como por la cual habíamos entrado. El guardia abrió una de ellas sin avisar y me empujo dentro de la habitación.
-Buenas tardes señora Grettel, aquí le traigo a un mocoso, Sir. Alfonz lo trajo como sirviente.
La mujer que estaba pelando papás dejo el cuchillo en la mesa y volteo a ver al guardia.-¿Y por qué no te encargas tu de el?, Suficiente trabajo tengo aquí en la cocina, como para enseñarle a un débil niño como limpiarse las narices.
-Bueno, la verdad es que usted era la única opción, como veo que nadie se hará cargo de ese mal nacido, lo degollare en el patio trasero.
“No puede ser, me matará” pensé y al instante unas lágrimas cayeron. Sentí mi cuerpo tenso y un escalofrío recorría mi espalda.
-Ves niño te dije que eras inservible.- dicho esto me tomo de la mano y salimos de la habitación.
No tenía fuerzas para al menos forcejear por mi vida, no tenía ni una gota de fuerza para siquiera hablar. El hombre abrió la puerta y me aventó fuera del pasillo.
-¡E-espera!- se escuchó la voz de la mujer que estaba pelando papas.- Esta bien, me encargaré de el.- Hablo la mujer con tono pesado.
-Si así lo quieres Grettel…- Se burlo, me sujeto del brazo y me aventó al pasillo, está vez caí de espaldas, viendo como el hombre reía y cerraba la puerta.
-Corre niño ven aquí.- hablo la mujer en con voz molesta.
Me levanté y corrí a dónde la mujer estaba.- Cierra la puerta.- Ordenó la mujer.
Así lo hice, me quedé parado viendo como la mujer sacaba de un mueble de madera un plato, un vaso y una jarra, dejando el plato y el vaso sobre una mesa que estaba en el centro de la cocina. Se dirigió a la esquina donde habían tres barriles y metió la jarra en uno de estos.
-Siéntate, debes estar cansado.- Dijo la mujer sin verme. Hice caso de inmediato, no quería hacerla enojar.
Sirvió agua en el vaso.- Ten.- me acerco el vaso. Lo tome temeroso, pero al dar el primer trago de agua no pude despegarlo de mi boca hasta que ya no pude sentir gota alguna.
-Vaya que tienes sed, será mejor que tomes directo de la jarra- la acercó y dude por un momento.- vamos, vamos.
Tome la jarra y tome agua hasta donde mi estómago me lo permitió. La mujer tomo el plato y lo lleno, me lo dio y no espere a que dijera algo enseguida empecé a comer.
-¿Cuanto llevas sin comer?- Pregunto preocupada.
- Creo que… que son tres días con este.- Respondí mientras bebía un poco más de agua.
-Bueno ahora entiendo tu desesperación al comer.- se rio tapándose la boca.
-Lo lamento mucho.
-No te preocupes, mejor dime ¿Cuál es tu nombre?
-Mi nombre es Eddward Marion.- Conteste dándole una sonrisa. Su actitud había cambiado, su tono ahora era más amable y me daba confianza.- Por cierto muchas gracias por la comida.
-No es nada Eddward, un gusto, yo me llamo Grettel.- dijo mientras se levantaba de la mesa y ponía una olla grande al fuego.- Bueno te tenemos que bañar, no quiero ser grosera pero hueles un poco mal.- rio un poco
-Oh… Lo siento mucho.
-De nuevo no te preocupes, supongo que no es tu culpa, posó su mano sobre mi hombro.
-¡Haaa!- Me aleje de ella apenas sentí el contacto de su mano.
-¡¿Qué sucede?!- pregunto alarmada, pegando un pequeño salto hacia atrás.
- Me duele mucho.
Grettel se acercó a mí y desabrochó mi camisa, pude ver una cara de horror cuando vio mi piel.
-Por dios, tenemos que curarte.- Se alejo y saco una botellita y un pañuelo de una de las puertas de la alacena.- Te va a arder un poco pero es por tu bien, quiero que seas fuerte, ¿Bien?.
Asentí y la mujer empapó el pañuelo con el líquido de la botella, y empezó a frotar la herida que tenía en el hombro, no pude aguantar y grite, eso ardía como el fuego.- Es por tu bien, esto es muy profundo, es de una flecha ¿cierto?- Pregunto.
-Si, ¡ha!, a sí es.- Conteste con una mueca de dolor.
-Bueno, ya no te preocupes, ya está mejor.- sonrió.- Ya debe estar caliente el agua, ven te daremos un baño.
Nos dirigimos afuera de la cocina, yo solo la seguía, con la mirada abajo para que nadie notara mi presencia, no quería tener problemas con alguien, ya no quería ser lastimado, mi cuerpo ya no lo soportaría .- Pasa Eddward.- Grettel me saco de mis pensamientos.- Corre hombrecito sucio.- dijo en un tono juguetón. Indicando con su mano una puerta.
-Si, voy.- Le sonreí.
Entre al cuarto y Grettel lo hizo detrás de mi.- Desvístete Eddward, mientras yo prepararé la tina.-Y así lo hizo, vi que ponía varios líquidos de distintas botellitas de colores en la tina y después echo el agua caliente, de inmediato todo el lugar se llenó de olores dulces y cítricos.-¿Así está bien el agua?- Me acerque y metí la mano a la tina.
-Esta perfecta, Grettel, muchas gracias.
-Bueno pues desvístete y adentro.
Empecé a desvestirme, había un espejo en la pared, ahora podía comprender la cara que puso Grettel cuando estábamos en la cocina, mi cuerpo estaba lleno de moretones y raspones, que tenían tonalidades que iba desde el verde hasta el morado y en algunos casos hasta negros. Una vez termine de quitar mis ropas Grettel me ayudó a entrar a la tina, al entrar el cuerpo me ardía, pero sentía tan bien como si esa agua quitará el dolor mágicamente. Grettel se dio cuenta de esto y con una esponja empiezo a limpiar mi cuerpo.- Así que dime Eddward, ¿Cuántos años tienes?- paso la esponja sobre mi cabeza.
-Auuch.- Me queje un poco.- Tengo Seis años, no tiene mucho los cumplí.
-Que lindo, me recuerdas a alguien.- Decía mientras veía la causa de mi quejido, a través del espejo alcance a ver una herida un tanto amplia, del lado izquierdo de la cabeza, la había provocado el guardia cuando me hizo caer en la escalera.
-Es grande y se ve horrible.- dije con tristeza.
-No te preocupes conseguiré algo para cubrirla.- Me miro por el espejo y me sonrió.- ¿ Y tienes hermanos Eddward?
“¿Hermanos?, ¡Arturh!” Grettel se había portado tan bien conmigo que olvide todo, pero esa palabra me hizo caer en la realidad en la que me encontraba. Una lágrima callo de mi ojo izquierdo y enseguida otra del derecho le hizo compañía y después no pude parar de llorar.
-Lo siento Eddward, olvide tu situación, lo lamento tanto, soy una tonta.- Se disculpó y me abrazo.- Mejor dime ¿Qué día fue tu cumpleaños?.- alcance a ver una mira de preocupación y arrepentimiento en el espejo
-A decir verdad, tenía un hermano…- Me voltee y la abrace, llorando un poco más fuerte. Por alguna razón, mi boca empezó a decir lo que recordaba, mi ser, quería que todo saliera, apenas podía hablar por el llanto.-El murió hace tres días... To-todo empezó cuando el…
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Pendientes
RandomEl amor no es fácil, menos cuando todo está en tu contra por errores del pasado y peor aún cuando no son tuyos. ¿Cuanto tienes que luchar para sobrevivir y amar? **Advertencia es una historia BL (ChicoxChico) si no es de tu agrado por favor no leas*...