VII
-¿Qué es lo que sucede?- Kevin acercó su silla hacia mi, viéndome con una ceja levantada.
-Estoy igual de confundido que tú, no tengo ni la menor idea.
-No me refiero a eso, me refiero a tu actitud con Alfonz. Te comportas indiferente y frío.
-Esperen un momento, ¿Qué tienen en contra de mi padre?- Se levantó Nathan de la silla y se metió en la plática a la defensiva.
-No es nada, no se de que estás hablando.- Trate de mirar a otro lado pero estaba acorralado entre Nathan y Kevin.
-No digas que nada, tan solo hace algunos instantes, querías irte al ver a Alfonz en la cocina, sabes bien que veníamos a comer algo para luego ir a entrenar.- Kevin frunció el seño y clavo esos ojos en mi. No sabía que hacer, su comentario me tenso el cuerpo.
-No- no es eso, recordé que tenía que hablar con Grettel.- Fue lo único que se me ocurrió en el momento. Estaba empezando a molestarme, ¿Por qué me cuestionaba?, Como si hubiera echo malo.
-Igual note tu cambio de voz, se escuchaba distinta antes de entrar a la cocina.- Se volvió a meter Nathan. Me sentía tan presionado.
-Y si dices la verdad, ¿Qué es eso tan importante que tienes que hablar con Grettel?- Me pregunto Kevin sin quitarme la vista de encima.
-Y-Yo…
Kevin me interrumpió.- Lo ves, estás mintiendo, aprietas los puños y tratas de evadir mi mirada, ¿Qué es lo que te pasa?
Ya no pude aguantar más solo empecé a hablar, no podía pensar en lo que decía.-Desde cuando eres tan observador ¡¿he, Kevin!?- Estaba molesto, levanté el tono sin darme cuenta.-Hablas como si me conocieras y me juzgas como si fuera la peor persona de este pueblo.
-Claro que no te conozco bien, nunca quieres hablar de nada, trato de comprenderte pero ni siquiera eres capaz de abrirte, ocultas tu llanto, ocultas tu preocupación ocultas todo.- Kevin hablo al mismo nivel que yo.
-¡¿Y por qué te importa tanto?!.- Levante aún más la voz.
-¿Sabes que?, ¡Tienes razón, no se por que me preocupo por un completo desconocido!. Dices ser mi amigo y no me tienes ni un poco de confianza, ni siquiera sé algo de ti como para comprenderte.- Su cara se ponía roja de lo enojado que estaba, nunca lo había visto así.
-Tranquilos chicos, solo era una plática tranquila.- Se metió de nuevo el peliesmeralda, pero su intromisión ya me había hartado.
-¡¿No que ya te ibas?!, ¡dijiste que no querías meterte en nuestra plática!- Le grite levantándome de la mesa.
-¡Pues no es el único que se va!- Kevin grito más fuerte que yo y sin mas salió de la cocina azotando la puerta.
El peliesmeralda, no dijo nada solo se fue detrás de Kevin. No comprendía nada, la desesperación pudo más que yo y empecé a llorar. ¿Por qué Kevin se había puesto así?, Nunca se había dado cuanta cuando lo evadía, ¿Qué es lo que cambio?, ya somos más grandes comprendemos más cosas, puede que sea eso, pero de ser así, ¿Por qué se enojo conmigo?, Nunca me exigió explicaciones, además que siempre se portó comprensivo en cuestión a mi pasado, un pasado que él conoce… algunas partes…
Tal vez, tenga un poco de razón, no, tiene mucha razón, soy un egoísta, ahora que lo pienso, siempre se ha preocupado por mi, es la segunda persona más cercana que tengo en este lugar, cuando los guardias intentaban hacerme daño y Grettel no estaba cerca, el me defendía y les daba órdenes a los guardias para que se marcharán de ahí.
Me dice lo mismo que Grettel, no me puede ayudar si no le tengo confianza, tengo el mismo sentimiento de cuando era niño, necesitaba hablar con alguien y sacar lo que me lastimaba en ese momento. Pero ahora necesitaba desahogar el echo de tener a Alfonz cerca, “Alfonz” ese maldito hombre que me quito a mi hermano.
Ahora por alguna razón Kevin me hace sentir cierta confianza, parecida a la de Grettel, aún así, no tiene el derecho a juzgarme de esa manera tan dura, ya bastante tiempo lo he hecho yo, al pensar que soy una persona despreciable tan solo por considerar hacerle daño a Alfonz.
Apretaba la punta de los dedos contra mis párpados, como si esa acción provocará que las lágrimas dejarán de salir, pero era solo era un absurdo pensamiento que no ayudaba en nada, tan solo recordar sus palabras, me herían, ¿Pero cuál era el motivo?, El sentimiento de impotencia de no poder hablar sobre Alfonz tal como me lo pedía o el desprecio que salía de su mirada al decirme que solo soy un desconocido para el… ¿Qué rayos está pasando por mi mente?, No puedo pensar con claridad.
Se abrió la puerta de la cocina, era Grettel y Alfonz, cerraron la puerta y se sentaron en la mesa.
-¿A dónde fueron los jóvenes Kevin y Nhatan?- Grettel fue la primera en hablar. Limpie de inmediato mi rostro, para que no se dieran cuenta de lo que pasaba.
-Es lo que menos importa Grettel, es mejor, así podremos hablar bien con Eddward.- Me miro Alfonz, tenía ganas de abalanzarme sobre el, por la discusión que provocó hace un momento, que, aunque tenía cierta culpa en la discusión era más mía que suya.
-¿Qué es lo que quieres Alfonz?- Le pregunté serio, tratando de hablar bien y no se notara que hace unos instantes estaba llorando.
- Mira Eddward, se que jamás me perdonarás por lo que pasó, pero yo solo seguía órdenes, además no sabía que tu y tu hermano…
-¡Cállate!, No te atrevas a decir nada de el.- le Grite furioso.
-¡Alfonz!- Grettel le dio un golpe en la cabeza- Déjame hablar a mi.
-Esta bien mujer.-Se paro de la mesa y fue por una jarra de cerveza para después regresar y empezar a beber. Yo solo podía verlo con odio.
-Bueno Eddward.- Tomo mi mano para tranquilizarme.- ¿Cómo te lo explico?
-Niño… Tienes los días contados dentro de este castillo.
-¡Alfonz te dije que me dejaras hablar a mi!
-Niño te explico, creemos que eres hijo de alguien de nuestro pasado y ahora que estás creciendo no me quedan muchas dudas, apuesto a que tienes los mismos ojos que tu madre.-Termino y bebió de su cerveza.
-Si que eres un idiota.- volteo los ojos Grettel.- Mira Eddward, no se ni por dónde empezar, pero es cierto, el rey quiere tu cabeza y no solo querrá deshacerte de ti, te hará sufrir antes de que llegues a la tumba, tiene tanto odio en tu contra.
-Pe-pero, ¿Por qué?- Me empecé a sentir mareado, las manos me temblaban y la garganta me dolía. No iba terminar como los anteriores, si no peor.
-Bueno, ¿Recuerdas las historias que te conté cuando eras niño?, La de el mensajero y la Duquesa.
-¡Ja!, Desde antes ya lo sabías Grettel, pusiste su vida en riesgo todos estos años, ¿Por qué?, ¿Por un amor de madre que te surgió de la nada?, ¿O será a caso que tú pasado te alcanzo?
-¿De que estás hablando?- Grettel se puso nerviosa y algo roja.- Yo solo cuide de él y trate de que olvidará todo lo que tú y los demás monstruos le hicieron.
-Ese fue, solo el comienzo, pero tan solo pensar que probablemente es tu sobrino te lleno más de amor al pequeño, y cuando viste en el, el hijo que nunca pudiste tener se te iluminó el mundo y te dejaste cegar más por aquel amor que creíste recuperar de tu hermana de sangre, que perdiste cuando decidiste cambiar de lugar con la verdadera Grettel, ¿No es así?, Lilith…
-¿Cómo es que tu…
-Oh, vamos bonita, Los Dagger, no tienen el cabello anaranjado, ¿Cómo es que los dos principitos nacieron con ese peculiar cabello?, Si bien los Dagger se distinguen por sus lagunas en los ojos cosa que no te distingue, lo que si tienes es el cabello negro que estos tienen. ¿Pero porque hacerte pasar por una cocinera?, Si bien Grettel ocupaba el título de princesa.- Bebió de su cerveza burlonamente.- Adoptada, pero princesa.
-N-No entiendo, como es que tu…
-Vamos no fue difícil, no es un secreto que los Dagger se expandieron por medio de la guerra y que los antiguos reyes eran pelinaranjas, no fue difícil pensar en que tal vez le perdonaron la vida a una recién nacida.
-¿Desde cuándo lo sabes?, ¿El rey sabe algo acerca de esto?- La mujer lo veía con horror.
-Ammmm ¿Qué si el rey sabe algo de esto?, Sigues viva ¿No? y veamos, lo sé desde la muerte del príncipe Carlos.- Contesto Alfonz, dejando a Grettel con los ojos abiertos.- Y a juzgar por tu expresión, el Príncipe Carlos tiene mucho que ver en esto. Así que te enamoraste del príncipe Carlos, ¿Pero porque asesinarlo?
Grettel empezó a llorar.- No es lo que piensas… yo lo amaba, por eso termine siendo una cocinera...
-¡Majestad, lo vienen a buscar!- Llegó corriendo un guardia del castillo.
-¿Quién viene a solicitar hablar conmigo?- Le cuestiono aquel rey de cabellos y barba, prominente de un obscuro intenso.
-Es un mensajero acompañado de un joven, dicen venir del reino de Peach Creek.
-Háganlos pasar y atiendan bien a los muchachos.
El caballero solo acentuó con la cabeza y se retiró obedeciendo la orden, por otro lado, una de las hijas del rey había escuchado todo por detrás de una puerta su nombre era Deneve, una bella mujer con un cabello color negro y unos hermosos ojos color azul con una piel un tanto pálida que parecía de porcelana. No dudo en correr para avisar a sus hermanas lo que había escuchado.
-¡Grettel, Lilith!, vengan conmigo, escuche que hay un mensajero que viene del pueblo vecino.
-¿Y eso que tiene de especial?- Hablo una joven de cabello pelinaranja ondulado, de unos ojos amielados y una piel blanca. La cual cepillaba su cabello frente aún espejo y veía atreves de este a su hermana.
-¡Ay Grettel!, eso significa que nos invitan a un baile, ¿te imaginas que tan romántico debe de ser?, Tener la oportunidad de conocer el amor de tu vida y que mejor que sea el príncipe de aquel reino.
-Deneve, no todo es celebración y amorío, ¿Qué tal si solo vienen a proponer rutas de comercio?.- Se metió una joven de cabellos negros, ojos color avellana y una piel casi pálida. Que leía recostada en una cama.
-Lilith, tú siempre tratas de arruinar todo.- Le contesto la chica de ojos azules.
-Vamos, suena interesante, aunque sea un rato, ¿Si, Lilith?- Bajo el peine y volteo a ver a su hermana que se encontraba en la cama.
-Esta bien Grettel vamos, pero compórtense, no quiero que papá se enoje.- Decía mientras dejaba el libro sobre la cama y se levantaba.
Las tres jóvenes se arreglaron los vestidos y se dirigieron dónde su padre se encontraba. Al llegar vieron que el mensajero y el joven ya habían pasado y estaban hablando con el rey.
-Que bueno que vienen mis tesoros- Hablo el rey extendiendo sus brazos para recibir a sus hijas. Las cuáles de inmediato llegaron a abrazarlo.
-¿Qué sucede papá?, ¿Por qué es oportuno que estemos aquí?- Pregunto Lilith.
-Verán, el príncipe Carlos Graells, segundo hijo del rey de Peach Creek, vino a hacer una invitación a su reino, a la presentación del Príncipe Kevin Dominic Graells, heredero a la corona. Siendo invitadas de honor ustedes tres. Por lo que partirán el día de hoy con el príncipe Carlos, acompañadas de los mejores guardias de nuestro reino.
-¿Hoy?, ¿No es un poco, apresurado padre?- volvió a preguntar Lilith.
-Disculpe.- Interfirió un joven de ojos verdes y una piel blanca con una barba que apenas había sido recortada.- Me presento, soy el príncipe Carlos.- Hizo una reverencia y beso la mano de Lilith, viéndola a los ojos con una sonrisa, acto que hizo a la joven sonrojarse. Seguido se levantó y siguió con su explicación.- Lo que sucede es que el Príncipe adelanto las fechas por cuestiones de trabajo si lo podemos llamar así.
-¿A qué te refieres?- Se cruzó de brazos arqueando una ceja.
-¡Lilith!, Eso es muy grosero.- Le susurro Deneve.
-Bueno, yo tengo cosas pendientes por hacer, vendré antes de que se marchen para despedirme de ustedes.
-¿No irás padre?.- lo miro Grettel confundida.
-No hija, tengo cosas que hacer en el reino, pero diviértanse ustedes.- se levanto de su trono – Príncipe Carlos, lo dejo para que conozca el reino y lo dejo en las mejores manos del reino que son las de mis hijas.- Las señaló al momento que las nombraba.- Deneve, Lilith y la pequeña Grettel.
Cada una hizo una pequeña reverencia al escuchar su nombre en señal de cortesía.
-Muchas gracias su majestad.- le dio una reverencia junto con el mensajero que estaba a lado de el.
-Las dejo mis hermosas hijas.- Beso a las tres en la frente.- Yo avisaré a los sirvientes que preparen sus cosas para su partida. Permiso caballeros.
-¡Gracias!, Te amamos.- Hablaron las tres a unísono. Sin más el rey abandono la sala sonriéndole a sus hijas.
-Yo los dejo, iré a ver qué llevaré para el viaje.-Hablo Grettel sonriendo y antes de que pudieran decir algo, la joven ya no estaba.
-Vaya que es una joven rápida, ni un caballo corre tan rápido.- Hablo por fin el mensajero en un tono algo divertido. Era un joven de tés pálida unos ojos color azul claro, y un cabello negro que se ocultaba por un gorro de color grisáceo.
Deneve rio un poco.- Eres muy divertido, ¿Cuál es tu nombre?.- Lo miro divertida.
-Claro que imprudente soy.- Se quitó el gorro he hizo una reverencia.- Mi nombre Leandro, un placer Princesas.
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Pendientes
RandomEl amor no es fácil, menos cuando todo está en tu contra por errores del pasado y peor aún cuando no son tuyos. ¿Cuanto tienes que luchar para sobrevivir y amar? **Advertencia es una historia BL (ChicoxChico) si no es de tu agrado por favor no leas*...